La baja maternal de escasa duración obliga a muchas familias a buscar opciones para el cuidado de sus hijos antes de lo que les gustaría, pero cuando se trata de niños tan pequeños (desde bebés de meses hasta los 3 años de edad), puede resultar especialmente complicado tomar una decisión al respecto. ¿Optamos por una cuidadora que venga a casa o por una escuela de educación infantil? Una opción intermedia es buscar una madre de día, es decir, “una profesional titulada del ámbito educativo que ejerce su profesión en su propio hogar, el cual prepara y adapta a un máximo de 4 niños y niñas de 0 a 3 años”, como nos explican Arancha Cuéllar, de La Casita de Pez Austral y Silvia López, de La Casa de LuMa, ambas pertenecientes a la Asociación de Madres de Día de Madrid Amadima.
¿Qué diferencias hay entre una madre de día y una escuela de educación infantil?
Ya en la definición que aportan Arancha Cuéllar y Silvia López de lo que es una madre de día indican el principal elemento diferenciador respecto a una escuela de educación infantil: la atención individualizada. Al contar únicamente con cuatro niños como máximo, “una madre de día puede centrarse más en los cuidados y las necesidades de los niños, así como atender y respetar sus ritmos en función del momento evolutivo en que se encuentren”, detallan. Ratios tan bajitas son, de hecho, inviables en centros educativos.
Junto a esta, las dos madres de día nos detallan otras diferencias:
- El papel del entorno y el de la persona que cuida al niño. El entorno en el que se desenvuelven en su día a día los pequeños que asisten a estos hogares “es un entorno cálido, hogareño y familiar, muy parecido al que vive en su casa y con una figura de referencia, la madre de día, más parecida a su propia madre”.
- El período de adaptación es mucho más respetuoso con las necesidades de cada niño. Mientras en los centros de educación infantil no se permite, por lo general, que los padres permanezcan en el aula un tiempo para ayudar a los pequeños a adaptarse a su nuevo entorno, con una madre de día el periodo de incorporación “se realiza junto con la familia, de manera progresiva, para crear un vínculo seguro con ella”.
- Más autonomía para el niño. Todo lo anterior facilita que el niño sea mucho más autónomo, aseguran Cuéllar y López, “porque se le da espacio y tiempo, y todo fluye para él de manera más segura y tranquila”.
¿Puede cualquier persona convertirse en madre de día?
La respuesta es tajante: no. Ser una madre de día requiere mucho más que adaptar una estancia de la casa para el cuidado de niños de muy corta edad; quien atiende a estos niños debe ser una profesional cualificada y debe poder demostrarlo. “La titulación de base es necesaria y obligatoria. Para ejercer, una madre de día ha de estar en posesión de un grado o licenciatura de Magisterio, Educación Infantil, Pedagogía o Psicología Infantil. Además, es muy recomendable que se forme específicamente en pedagogías respetuosas que vayan en línea con la forma de trabajar”, advierten las profesionales. “Una cuidadora sin ningún tipo de formación no podría ejercer como madre de día”.
Pero, ¿cómo pueden las familias comprobar que están llevando a sus hijos a la madre de día indicada? “Primero, deben tener en cuenta efectivamente que la profesional sea verdaderamente una madre de día que cumple con todos los requisitos exigidos por la administración y que cuenta con la documentación en regla”, advierten Arancha y Silvia. “En el caso de la Comunidad de Madrid, estamos reguladas por la Consejería de Familia, Juventud y Políticas Sociales y estamos sometidas a inspecciones sorpresa al igual que sucedería en una escuela infantil”.
Sería tan sencillo, por tanto, como acceder a la web de Amadima (madresdediamadrid.com), donde tienen un listado público de las madres de día que cuentan con regulación y que cualquier usuario puede comprobar de manera sencilla si la profesional que han conocido está incluida en él. “Desde luego, como profesionales que somos, nos preocupa mucho el intrusismo que se puede dar en la profesión y somos las primeras interesadas en que nuestras familias verifiquen este listado”.
Otras cuestiones sobre las madres de día a tener en cuenta
Las familias que estén barajando la posibilidad de llevar a sus hijos a una madre de día en lugar de a una escuela de educación infantil deben tener en cuenta otros aspectos muy importantes, entre los que hay pros y contras:
- Hay una única persona al cuidado de los niños. Las familias “también deben saber que sus hijos o hijas pueden convivir con otros tres niños y niñas de 0 a 3 años y que es la madre de día la única profesional que se hará cargo de ellos durante la jornada laboral, que normalmente no sobrepasará las 7 u 8 horas diarias”. Esto implica, necesariamente, que en el caso en el que la madre de día se ponga enferma, “deberán contar con un plan B para poder quedarse con su hijo. Y que, sí o sí, si el niño o niña es el que está enfermo, no podrá asistir al hogar de la madre de día, igual que ocurriría si estuviera inscrito en una escuela”.
- El precio de una madre de día. “La de madre de día es probablemente una opción algo más cara que una escuela infantil porque no cuenta con subvenciones de la administración, aunque se compensa con creces con el trato individualizado que se da a cada uno de los niños y niñas”, puntualizan las profesionales.
- Aspectos del día a día. Teniendo en cuenta que se busca ofrecer al niño un ambiente en consonancia con las pedagogías respetuosas y lo más parecido al de su propio hogar, “la salida al exterior es diaria, haga el tiempo que haga, y la comida es casera y, normalmente, cocinada por la madre de día”.