En aquellas comunidades autónomas en las que, como Canarias o Andalucía, los Carnavales se celebran por todo lo alto, los escolares han tenido algunos días no lectivos para poder disfrutar de la fiesta como merecen. En otras, como la Comunidad de Madrid, no ha sido así y, para compensarlo, este jueves y este viernes, 22 y 23 de febrero, no hay clases. Son lo que se conoce como la Semana Blanca y, por lo general, no coincide con días no laborables para los padres, por lo que hay que tirar de ingenio para que los niños se entretengan en casa o con los abuelos en caso de que no haya otras opciones. Reservar un juguete para que estrenen estos días siempre favorece que se entretengan por más tiempo; por eso hemos seleccionado unos cuantos que, además, son educativos para que los peques aprendan mientras se divierten.
Panel de actividades granja, de Lilliputiens
Se trata de un tablero sensorial pensado para los más pequeños de la casa. Con él, trabajarán la motricidad fina y el agarre, al apretar botones, girar la rueda, agitar el cascabel y abrir los postigos para ver a la gallina Paulette, uno de los amigos de la banda de los Lilliputiens, que aparecen una amplia variedad de juguetes de la marca. El panel tiene, además, unos enganches que permiten que se cuelgue en el parque infantil o en la pared para facilitar que el niño pueda jugar mientras está de pie o sentado. Está hecho de madera de haya y poliéster.
Edad recomendada: a partir de 9 meses
Mi primera pizarra LCD, de Chicco
Y si lo que queremos es que vayan reconociendo algunas letras y haciendo sus primeros trazos, una opción es esta pizarra electrónica, que incluye 10 tarjetas de juegos intercambiables para que los peques comiencen a desarrollar sus habilidades de escritura de forma correcta. Para ello, podrán utilizar el lápiz que viene como complemento de la pizarra, que es ancho para facilitar el agarre de sus pequeñas manitas y con el que podrán hacer, además de sus primeros trazos de letras y números, dibujo libre.
Edad recomendada: a partir de 2 años
Reloj de Madera, de Fisher Price
Es un juguete al que se le podrá sacar partido durante mucho tiempo, pues servirá para que los niños se vayan familiarizando con los números, los colores y las formas, desde las más simples a otras más complejas. Si son muy pequeños, podemos irles enseñando los números del 1 al 3 ó del 1 al 5, los colores primarios y las formas básicas y, a medida que lo van aprendiendo, ir añadiendo más. Incluso, cuando ya sean algo más mayores, en torno a los 4 ó 5 años, podemos utilizarlo para que vayan asimilando las horas.
Edad recomendada: a partir de 3 años
Rompecabezas evolutivos de las 4 estaciones, de Janod
Si hay un juego con múltiples beneficios y que, al mismo tiempo, sea sencillo, ese es un puzzle, pues favorece que mantengan la concentración y la atención -aspectos básicos en su desarrollo- y potencia su memoria visual. Es una actividad que pueden realizar niños de todas las edades en función del número de piezas. Este de Janod es evolutivo, es decir, son cuatro rompecabezas que van aumentando en dificultad cada uno de ellos, adaptándose a la edad del peque a medida que este crece. Además, con él podrán aprender sobre las estaciones (las características del paisaje, las prendas apropiadas en cada una de ellas…).
Edad recomendada: a partir de 2 años
Mi arco sensorial crece conmigo, de Kaloo
Inspirado en el móvil Montessori y desarrollado en colaboración con psicomotricistas, este arco sensorial busca estimular al bebé en sus primeros meses de vida, cuando aún ni siquiera sabe gatear. Tiene dos posiciones: la primera, con la barra situada en la parte de arriba, permite al bebé interactuar con los accesorios mientras está tumbado boca arriba; la segunda posición, con la barra situada en lo más bajo, permite que el pequeño esté se tumbe boca abajo o, incluso sentado, y juegue, agarrando los elementos del arco.
Edad recomendada: a partir de 2 meses
Cubos mágicos Smart Theory, de COLORBABY
Se trata de seis cubos (en realidad cuatro cubos y dos esferas) similares al mítico cubo de Rubik. Otro de esos juegos al que los niños (e incluso los adultos) podrán sacarle partido durante años, pues cada uno de los cubos van aumentando en complejidad; así, el más sencillo tiene cuatro cuadrados en cada lado y los siguientes van aumentando en número y hasta ofreciendo variedad de formas para que los niños y adolescentes más persistentes pueden poner en práctica su ingenio.
Edad recomendada: a partir de 4 años
Laboratorio de Ciencias, de Lisciani
Tubos, pipetas, baterías… y hasta sodio tiosulfato, bicarbonato de sodio. Este juego incluye 50 experimentos científicos para que nuestros hijos puedan comprobar los principios físicos y químicos de aquello que aprenden en clase: el agua, el equilibrio, los cristales y la electricidad. Una opción perfecta para desarrollar habilidades STEM en los niños.
Edad recomendada: a partir de 8 años
Fantasma Blitz, de Devir
En una selección de juegos educativos no podía faltar un juego de mesa. Fantasma Blitz es perfecto para trabajar funciones ejecutivas como el control inhibitorio, la atención y la velocidad de procesamiento. Se trata de un juego de lo más divertido en el que pueden participar de 2 a 8 jugadores.
Edad recomendada: a partir de 8 años
Bloques de construcción de Lego
Y si hablamos de un juego educativo por excelencia, ese es el de hacer construcciones con bloques de Lego. Por un lado desarrollan la motricidad fina y la concentración de los niños y, por otro, su pensamiento matemático y espacial, además de fomentar su creatividad y de, incluso, ayudarles a reducir el estrés. Los hay para todas las edades, desde bloques más grandes para niños de un año y medio a otros clásicos con los que hacer sofisticadas creaciones pensadas hasta para adultos. Este de Lego Friends es a partir de 6 años.
Edad recomendada: a partir de 6 años