El colesterol tiene muy ‘mala prensa’. A menudo hablamos de él en sentido negativo cuando se eleva mucho, por los riesgos asociados a la salud que esto puede conllevar. Pero hay circunstancias vitales en que un colesterol alto es beneficioso. Es el caso del embarazo.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
El Dr. Pluvio Coronado, académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina (RANM), jefe de Sección de Obstetricia y Ginecología del Hospital Clínico San Carlos y profesor titular de la Universidad Complutense de Madrid, nos explica por qué el colesterol sube en el embarazo.
La función del colesterol
Nuestro organismo necesita del colesterol para llevar a cabo numerosas funciones. El colesterol es un lípido, una sustancia grasa, que el cuerpo precisa y que está presente en las membranas celulares. Interviene también en la formación de ciertas hormonas y en la producción de ácidos biliares que son los que van a digerir las grasas. El hígado es el que produce ese colesterol, pero también llega de fuera, a través de la dieta.
En personas sanas, el colesterol total no debe subir de 200 mg/dl. Aquí conviene diferenciar entre colesterol LDL, que es el que popularmente se conoce como ‘colesterol malo’, que ha de estar por debajo de 100 mg/dl, y el colesterol HDL, el denominado ‘bueno’, que no debe ser más alto de 40 mg/dl en mujeres. Sin embargo, en el embarazo, estos parámetros son diferentes.
Colesterol y embarazo: una relación que cambia
Además del colesterol, durante la gestación suben otros valores, ya que “la madre pone en su sangre todos los recursos necesarios para que su hijo reciba todo lo que precisa”, explica el experto. En este sentido, aparte del colesterol, sube, por ejemplo, la glucosa. El organismo de la madre está en función del bebé en esos nueve meses y va a trabajar para que se desarrolle.
Muchas embarazadas que cuidan su alimentación se sorprenden cuando la analítica refleja esa subida de colesterol por encima de los valores que se suponen saludables. Es una subida fisiológica, es decir, normal. “El colesterol es básico para la vida, pues participa en procesos metabólicos esenciales”, comenta el Dr. Coronado. Pero es que, además, todas las hormonas sexuales relacionadas con la gestación, como la progesterona, que protege el embarazo, derivan del colesterol.
Aunque un exceso de colesterol en adultos se va depositando en las arterias hasta obstruirlas, en el embarazo no sucede así. Tiene una función positiva, como recalca el especialista de la RANM. De hecho, suben tanto los triglicéridos, como el colesterol HDL y el colesterol LDL. “ Tanto el feto, como el útero y la placenta van creciendo y necesita del aporte de los tres”, señala el obstetra.
¿En qué momento del embarazo sube el colesterol?
Lo habitual es que el colesterol se mantenga en los niveles normales en el primer trimestre y comience a subir en el segundo trimeste. El colesterol en una embarazada puede alcanzar niveles de 280-290 mg/dl. “No debería subir por encima de los 300 mg/dl”, advierte el especialista. En total, suele subir un 30-40%.
Esta subida de colesterol no provoca ningún síntoma en la mujer. Es consciente de ella cuando se hace un análisis rutinario en el embarazo.
Lo habitual es que en el posparto, esos niveles vayan bajando hasta los considerados normales, en uno o dos meses. En las sucesivas analíticas de control se irá comprobando que así sea.
¿Qué sucede cuando el colesterol está alto antes del embarazo?
Cuando la embarazada llega a niveles de colesterol por encima de 300 mg/dl, habitualmente ya existía una disrregulación antes de la gestación. Puede ser una hipercolesterolemia familiar, por la cual la enzima que produce el colesterol no deja de hacerlo, alcanzando así niveles más elevados que hay que controlar con medicación.
Uno de los fármacos más empleados en el tratamiento del colesterol elevado son las estatinas. Sin embargo, en el embarazo no se pueden tomar, ya que bloquean las necesidades del feto, como indica el especialista. Así, las mujeres con el colesterol alto antes de la gestación deben acudir a una consulta preconcepcional para que su médico determine cómo se controlará este problema. Al margen de otras medidas farmacológicas, estas embarazadas han de cuidar mucho su dieta, reduciendo las grasas y los azúcares. Además, han de mantener un buen control del peso y hacer ejercicio físico.