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Salud

Elige bien: los juguetes que ayudan a estimular la visión infantil

El juego es fundamental en el desarrollo del niño. Pero, al margen de su función lúdica, puede cumplir otras. Es el caso de los juguetes que ayudan a estimular la visión infantil. ¿Sabes cuáles son los más adecuados a cada edad?


30 de enero de 2024 - 13:49 CET

El juego, en sí mismo, es riqueza para el bebé y el niño. A través de él se desarrollan muchos procesos evolutivos. Por eso, el pequeño tiene que jugar. Ahora bien, al margen de que se le proporcionen juguetes divertidos, educativos y, cuando son más mayores, que estén en el centro de sus intereses, conviene saber que también pueden ayudar en otros ámbitos como la motricidad o el estímulo de la visión infantil.

La Dra. Pilar Merino, especialista en Oftalomología Pediátrica y Estrabismo de Clínica Baviera, cuenta qué tipo de juguetes son los más idóneos para ayudar a perfeccionar las destrezas visuales de los más pequeños.

Qué pasa cuando son recién nacidos

Los recién nacidos tienen una capacidad visual bastante limitada. De hecho, es de un 5% en comparación con la que tiene un adulto. Se estima que no ven más allá de 20 o 30 centímentros de distancia, más o menos el espacio que hay entre ellos y su madre cuando lo está alimentando. No perciben con nitidez ni objetos ni personas.

Los primeros días de vida, el bebé está cansado del parto y necesita ir acostumbrándose a su nueva vida extrauterina y a todo lo que le rodea, sin una temperatura constante y unos ruidos muy tamizados como los que tenía en el vientre materno.

Deberán pasar unas semanas hasta que comience a poder “jugar”.  “En estas primeras fases se puede jugar mucho con imágenes de constraste en blanco y negro con formas geométricas.  De forma progresiva se irán introduciendo cada vez más colores, que resulten llamativos y vivos para estimular la percepción visual de los bebés y favorecer el movimiento de los ojos”, apunta la especialista. Como cuidado extra, es importante evitar aquellos objetos o juguetes con partes afiladas o puntiagudas que pudieran impactar en sus ojitos.

Entre el tercer mes y el primer año

 Aproximadamente a los tres meses, los bebés ya empiezan a desarrollar la coordinación ojo-mano,  lo que les permite agarrar un objeto. También aparece el reflejo de seguimiento y su visión se vuelve más nítida. En esta etapa son ideales los gimnasios con juguetes colgados, que pueden intentar coger.

Hasta los seis meses, el bebé no tendrá estabilizada la visión por los dos ojos y en color. A esta edad, “ya es capaz de controlar la dirección de su mirada y el movimiento de sus manos”, señala. Es el momento de iniciarlo en el juego con cubos que se apilan, juguetes con algún sonido... Si, además, se le colocan a cierta distancia para que tenga que desplazarse para alcanzarlos, mucho mejor.

Juguetes y visión infantil© AdobeStock

Desde el primer al tercer año

En esta etapa, el libro es un excelente instrumento educativo para el niño. Además, a esta edad comienza a distinguir formas y tamaños, con lo que se le pueden ofrecer juguetes de figuras y bloques que trabajen la coordinación ojo-mano y el enfoque (colocados a diferentes distancias).

“Además, es importante que cuando empiecen a andar también se fomente el juego al aire libre para que estimulen la visión lejana”, apunta la experta de Clínica Baviera.

A los tres años, muchos niños comienzan a asistir al colegio. Ahí,  su desarrollo visual experimentan un gran salto gracias a la lectoescritura.  “Es importante que al principio los padres lean con ellos para que puedan aprender a leer moviendo los ojos de izquierda a derecha”, aconseja. Por otro lado, los puzles y los rompecabezas favorecen el desarrollo de la percepción y la memoria visual a esta edad.

“Hay que tener en cuenta además en estas etapas que es importante jugar con los niños para poder identificar posibles problemas para distinguir los colores o para coger determinados objetos porque no ven bien, si calculan mal las distancias o si su campo visual es limitado”, advierte la oftalmóloga. En caso de detectar alguna anomalía es importante llevar al niño al especialista para que le realicen una revisión oftalmológica.

Desde los seis años: sistema visual completado

El desarrollo visual del niño suele concluir hacia los seis años. A esta edad hay que vigilar especialmente que no pasen demasiado tiempo con pantallas en una visión cercana. Es necesiario establecer unos límites. Así, la mayoría de la sociedad científicas de oftalmopediatría recomiendan lo siguiente:

  • Poner en práctica la regla 20-20-20: hacer descansos cada 20 minutos de 20 segundos mirando un objeto a 6 metros (20 pies) o al infinito.
  • Aplicar la regla 30-40-50: mantener esta distancia (en centímetros) al teléfono móvil, a la tablet y a los ordenadores, respectivamente.

Hay que recordar que los expertos aconsejan  evitar totalmente el uso de pantallas en menores de dos años;  no usarlas más de una hora al día en pequeños de entre tres y cinco años, y en los mayores de seis años, establecer límites de exposición. Para cuidar la salud visual, las pantallas nunca deben ser la única fuente de luz; hay que usarlas con otra luz ambiente.

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