La toxoplasmosis es una de las infecciones que pueden afectar de forma grave al bebé en formación durante el embarazo. Por suerte, no ocurre siempre así, aunque la madre la contraiga, pero conviene saber dónde están los riesgos y, sobre todo, cómo evitarlos.
La Dra. Lara Rodrigo Molina, facultativo especialista de Ginecología y Obsteticia del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid, nos cuenta cómo protegerse frente a la toxoplasmosis en la gestación.
¿Qué es la toxoplasmosis?
La toxoplasmosis es una infección causada por un parásito, el Toxoplasma Gondii. Las maneras de adquirirla son las siguientes:
- Comiendo carne cruda o poco cocinada que contenga quistes de este parásito.
- Al consumir agua o vegetales que estén contaminados.
- Al entrar en contacto con tierra donde pueda haber quistes de toxoplasma.
- Mediante el contacto con gatos. Aunque “el contacto con gatos domésticos en la actualidad se considera un factor de bajo riesgo para la infección por toxoplasma”, como tranquiliza la experta.
En los adultos que están sanos, la toxoplasmosis no suele provocar síntomas, pero cuando los produce (en un pequeño porcentaje de pacientes) se manifiestan con febrícula, malestar general, cansancio o la aparición de ganglios en la zona cervical.
¿Cómo saber si ya se ha pasado la toxoplasmosis?
El modo de saber si se ha pasado ya la toxoplasmosis es a través de una analítica de sangre en la que se miden los anticuerpos presentes frente a esta infección. “Se calcula que entre el 15 y el 77% de la población ha pasado la infección en algún momento de su vida”, comenta la ginecóloga.
Ahora bien, ¿se puede pasar varias veces? “Una vez infectados, el organismo genera una inmunidad que se considera permanente, aunque se han descrito casos aislados de infección por genotipos de toxoplasma diferentes en el contexto de viajes al extranjero”, advierte.
No en todas las comunidades autonómicas ni en todos los hospitales se realiza el cribado sistemático de toxoplasmosis a la embarazada. En todo caso, si la gestante presenta factores de riesgo o alguna alteración en la ecografía que pueda hacer pensar que hay infección por toxoplasmosis se lleva a cabo esta analítica de sangre.
¿Qué precauciones seguir para no contagiarse en el embarazo?
Se haya pasado o no la toxoplasmosis, no conviene bajar la guardia en el embarazo. Así, hay una serie de recomendaciones que se ofrecen a todas las gestantes, y que detalla la Dra. Lara Rodrigo:
- Toda la carne y productos cárnicos (incluyendo los embutidos) deben consumirse cocinados a alta temperatura (más de 70-80 grados). La congelación por debajo de -18 grados parece destruir los quistes. Es muy típica la pregunta en consulta sobre si se pueden consumir embutidos congelados. La realidad es que los congeladores domésticos raramente llegan a bajar de los -18 grados y sobre todo no mantienen estable la temperatura, por lo que la cadena de frío se rompe y no se puede garantizar la seguridad de los alimentos.
- Lavar y pelar adecuadamente frutas y verduras. Existen productos en el mercado para el lavado de los vegetales, pero sería suficiente con lavarlos con abundante agua al grifo.
- Lavarse las manos con agua y jabón antes y después del preparado de los alimentos. Del mismo modo se deben lavar los utensilios de cocina y las superficies que se hayan utilizado para el cocinado.
- Utilizar guantes en labores de jardinería y siempre que se vaya a manipular tierra.
- En el caso de que tengamos un gato doméstico, debemos de evitar la limpieza de sus heces, no darle alimentos crudos y mantenerlo alejado de la calle con el fin de minimizar al máximo las fuentes de contagio.
Estas precauciones sirven también para evitar otras infecciones muy peligrosas en el embarazo, como la listerioris o la infección por Escherichia Coli.
¿Qué pasa si se transmite la toxoplasmosis al feto?
Dependiendo del momento del embarazo en que la madre contraiga la toxoplasmosis, puede haber más o menos probabilidad de transimisión a su hijo dentro de su viente y las consecuencias para él serán de distinta gravedad.
Si la infección es en el primer trimestre del embarazo (por debajo de las 14 semanas), “el riesgo de transmisión es menor del 10%, pero la probabilidad de afectación fetal asciende a un 60%”, alerta la especialista del Hospital Clínico San Carlos, de Madrid. La forma en que con más frecuencia la toxoplasmosis afecta a estos fetos es mediante problemas oculares, aunque también puede haber afectación neurológica grave.
Si la infección ocurre en el tercer trimestre del embarazo (por encima de las 28 semanas),”hay un riesgo de transmisión entre un 55 y un 80%, pero la probabilidad de afectación fetal es del 15%, siendo generalmente lesiones oculares leves”, apunta la Dra. Lara Rodrigo.