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ni o en la pizarra© GettyImages

Educación

Cómo ayudar a mejorar en matemáticas a niños y adolescentes, según un experto

Ya sea por problemas de aprendizaje, ya por cierto rechazo a la asignatura o bien por la llamada ‘ansiedad matemática’, no es extraño que a muchos alumnos les resulte especialmente difícil


16 de enero de 2024 - 14:26 CET

Las matemáticas es la asignatura difícil por antonomasia o al menos podríamos decir que es una de las asignaturas a las que acompaña peor fama. Y no solo es una cuestión de percepción, es un hecho a juzgar por los resultados del último informe PISA que, si ya muestran un preocupante descenso en todas las materias, en matemáticas aún más, pues los alumnos españoles han bajado nada menos que 8 puntos respecto a la edición anterior, de 2018. Es, por tanto, una caída muy superior a la del siguiente aspecto evaluado que más ha descendido, la comprensión lectora, que ha bajado tres puntos. Más allá de datos que, en la práctica, parece que poco pueden tener que ver con un niño o adolescente en concreto, la realidad es que a muchos escolares las matemáticas se le atraviesan.

La ‘ansiedad matemática’

¿A qué se debe que esta asignatura le resulte más complicada que otras de manera muchas veces generalizada? Se habla de la llamada  ansiedad matemática , que “se refiere a un estado de angustia o miedo experimentado por algunas personas cuando se enfrentan a situaciones relacionadas con las matemáticas y puede manifestarse en distintos grados, desde un nerviosismo leve hasta un temor paralizante, por lo que puede tener consecuencias significativas en el rendimiento académico y en la autoestima”, tal y como nos indica Pablo Tosato, tutor de Matemáticas en GoStudent.

Pero, ¿por qué se produce esa ansiedad matemática? “Las causas pueden ser muy variadas, desde falta de confianza hasta presión familiar por sacar buenas notas, experiencias negativas, el estigma de las matemáticas como esa asignatura que es tan complicada, o sencillamente falta de apoyo y de recursos externos”, explica Tosato. “En base a mi experiencia personal, puedo decir que a lo largo de mi etapa como tutor particular he vivido muchos casos de alumnos que empiezan la primera clase diciendo las matemáticas se me dan fatal o no me gustan las matemáticas y, tras tres sesiones, el discurso ya empieza a cambiar y se enfrentan a los ejercicios de otro modo”. De ahí que el experto se muestre convencido de que en muchos casos es más producto de “esa percepción negativa que nos formamos a base de repetirnos constantemente que algo se nos da mal, cuando la realidad es que solo necesitamos un poco más de tiempo y, en ocasiones, apoyo externo”.

Pautas para ayudar a un niño o a un adolescente a mejorar en matemáticas

Cuando un estudiante suspende una asignatura y, en concreto, matemáticas, no es extraño pensar que se debe a que no han estudiado lo que deberían. Sin embargo, es aconsejable no dar nada por sentado, pues no siempre es ese el motivo, como apunta el tutor de esta materia: “es posible que no estén estudiando de forma adecuada y, para ello, es importante darles técnicas y herramientas que les ayuden”. Entre ellas, destacan las siguientes:

  • Aprendizaje manipulativo. Cada vez es más común que en los centros escolares se opte por apoyar la enseñanza de las matemáticas a través de materiales manipulativos, como las regletas Cuisinaire o los policubos, por ejemplo. De hecho, esto es un apoyo también en  el método Singapur , orientado específicamente a las matemáticas e inventado y muy popular en el país que le da nombre (y que, dicho sea de paso, es uno de los que mejores resultados obtiene siempre en el Informe PISA).
  • Tener en cuenta las necesidades particulares del alumno. “El aprendizaje manipulativo es un buen método y se ha demostrado que en el caso de las matemáticas puede ayudar mucho pero, en mi caso, prefiero adoptar enfoques variados y personalizados, ya que cada alumno es un mundo”, nos comenta Pablo Tosato. “Además, su desempeño académico a veces no solo depende de ellos, sino de las particularidades de cada colegio y su adaptación a los planes de estudio”.
  • Buscar la simplicidad. “A veces la clave está en la simplicidad”, señala el experto, quien en lo que tiene que ver con las matemáticas da dos consejos básicos:
  1. Repasar y repetir constantemente con nuestros hijos los ejercicios que se realizan en clase, haciendo especial hincapié en los errores que se han cometido, ya que habitualmente son los ejercicios que se incluyen en los exámenes”.
  2. Los padres siempre deben animar a sus hijos a preguntar las dudas en clase. “Habitualmente me encuentro con niños tímidos que necesitan un pequeño ‘empujón’ a la hora de atreverse a levantar la mano y muchos no lo hacen por ese miedo a parecer menos listos pero es un gran error. Debemos enseñarles desde pequeños a que de los errores se aprende y que no somos perfectos, que no entender algo no nos hace menos válidos y que preguntar va a ser clave para subsanar lagunas y triunfar más adelante en un examen o cualquier otra área de nuestra vida”.
  • Ante la ansiedad matemática, buscar la causa. Cuando un estudiante siente, durante un tiempo prolongado, ese miedo o tiene un bloqueo ante una asignatura como, en este caso, las matemáticas, “lo primero es intentar entender cuál es la causa y, a partir de ahí, tratar de brindar el máximo apoyo posible para que los niños recuperen la confianza”, sugiere el tutor de GoStudent. “Lo principal es que se sientan entendidos y apoyados por sus allegados” y que estos no saquen conclusiones por adelantado, “como, por ejemplo, achacar el problema a que no se estudia lo suficiente”.

Una vez que esto se da, que el alumno recibe el apoyo necesario por parte de sus padres, “si se tiene la posibilidad, lo ideal sería recurrir a apoyo externo en forma de clases particulares y a poder ser en formato individual”, recomienda Tosato. “A este tipo de niños que sienten ese bloqueo les ayuda mucho tener a alguien que le entienda y que pueda adaptar sus explicaciones a su situación personal y a su ritmo de aprendizaje”.

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