A punto de que entre en vigor la ley aprobada por la Xunta de Galicia que prohíbe a los menores el consumo de bebidas energéticas y con el debate encima de la mesa en otras comunidades autónomas, así como la posibilidad de extender la medida a nivel nacional, es imperativo hacerse la siguiente pregunta: ¿es necesario prohibir el consumo de bebidas energéticas a los menores? “Como profesional, no puedo recomendar su consumo, ya que no es una bebida saludable”, asegura José Luis Flores, dietista nutricionista y miembro de Doctoralia. Categorizar a las bebidas energéticas como no saludables se debe a los ingredientes que contienen y a sus efectos en el organismo.
Así afectan los ingredientes de las bebidas energéticas a los menores de edad
El consumo de bebidas energéticas es habitual entre los estudiantes, especialmente en época de exámenes o para incrementar el rendimiento deportivo, por ejemplo. De hecho, casi la mitad de los estudiantes de entre 14 y 18 años han tomado este tipo de bebidas en los últimos 30 días, según datos de la encuesta ESTUDES a la que hace referencia el Observatorio Español de las Drogas y Adicciones en un informe. Aunque este informe está fechado en 2022, muestra una clara tendencia al alza en el consumo de bebidas energéticas por parte de menores de edad en los últimos años, cuestión a tener en cuenta por los efectos nocivos que pueden acarrearles.
En primer lugar, contienen elevadas cantidades de cafeína y de azúcar o edulcorantes, lo que ya es en sí mismo un problema, puesto que ambas “pueden generar adicción y un incremento del consumo”, explica Flores. “En este sentido, es importante añadir que se ha detectado un auge en el uso de bebidas energéticas con alcohol, una combinación que se debe evitar en su totalidad, ya que la cafeína disminuye la percepción de la intoxicación etílica y su efecto depresor del alcohol, elevando el riesgo de aumentar el consumo tanto de alcohol como de cafeína”.
El consumo excesivo de cafeína puede, además, “provocar taquicardia, temblor, mareo, insomnio, aumento de la tensión arterial y problemas digestivos”, añade Karen de Isidro, también dietista, nutricionista y miembro de Doctoralia. El azúcar, por su parte, “puede provocar obesidad, problemas cardiovasculares, diabetes, caries y cándidas”. A estos hay que sumar otros ingredientes que pueden ser también nocivos para cualquier individuo y más aún, por tanto, en niños y adolescentes:
- L-Carnitina. Puede provocar vómitos, gastritis, náuseas y diarrea.
- Guaraná. Puede provocar insomnio, problemas digestivos y aumento de la presión arterial.
- Ginko Bilboa. Puede provocar malestar intestinal y reacción alérgica.
- Exceso de vitaminas. Aunque las vitaminas son necesarias para que el cuerpo funcione y se desarrolle de manera correcta, tomadas en exceso pueden ser perjudiciales y “provocar erupción cutánea, diarrea, entumecimiento articular, intoxicación hepática y hormigueos en manos y pies”, según detalla De Isidro.
- La Taurina y el Ginseng. Aunque no son perjudiciales, son dos de los grandes reclamos de estas bebidas por el papel que se les asocia, de efecto energético, en el caso de la Taurina, y por sus beneficios para hacer frente al cansancio, en el caso del Ginseng. Sin embargo, la EFSA (Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria) ha negado ese efecto energético de la Taurina como positivo asociado a este tipo de bebidas. Lo mismo ocurre con el Ginseng, cuyo papel frente al cansancio no tiene ningún respaldo científico, y con el guaraná y la L-carnitina, que, en contra de lo que se cree, “no ayudan a recuperar el cansancio, ni mejoran la capacidad cognitiva, ni la resistencia física”.
En este sentido, José Luis Flores plantea una alternativa mucho más sencilla y eficaz frente al cansancio: “si nos encontramos cansados o fatigados, tal vez lo que tengamos que hacer sea descansar e hidratarnos bien, en vez de forzar nuestro cuerpo”.