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La calidad del esperma ha descendido de manera alarmante en los últimos 50 años, según un estudio de la revista Human Reproduction Update ; de hecho, esta pérdida de calidad está en torno al 50 %. Los microplásticos tendrían mucho que ver en esta situación que “afecta directamente en la fertilidad del hombre”, tal y como asevera Ana de la Encarnación, bióloga de Clínicas Eva. Se trata, por tanto, de un factor que incide de manera muy clara en “la capacidad de crear descendencia, bien porque los epsermatozoides no cumplen su función en el momento de la fecundación con el óvulo, o bien porque puede haber daño en el ADN que transportan los espermatozoides, lo que afecta directamente a la viabilidad de los embriones generados tras la fecundación”.
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La experta resume en tres los parámetros que determinan la calidad del semen: motilidad, concentración y morfología. Y los tres han empeorado notablemente en las últimas décadas; así lo dejan patente los datos recabados en la investigación de Human Reproduction Update y que están basados en serie comparativa que se inicia en1973, hablan de un descenso en la cantidad total de espermatozoides por eyaculación de 335,7 millones en dicho año a 126,6 millones en 2018. Si nos centramos en el mililitro de semen, la disminución va de101 a 49 millones, apuntan desde la clínica de reproducción asistida.
El plástico, clave en la pérdida de calidad espermática
El estilo de vida es, como se sabe desde hace tiempo, fundamental para una buena salud reproductiva. El estrés y el tabaco son grandes aliados de la infertilidad, tanto masculina como femenina, pero a ellos se une otro al cual no se le ha empezado a prestar cierta atención hasta hace poco: el plástico y su presencia abrumadora en nuestras vidas.
Los ftalatos y bisfenoles son unas moléculas que están presentes en todo tipo de productos que utilizamos a diario, desde envases de alimentos a otros de higiene, como cremas y geles. Estas moléculas tienen una incidencia directa en la fertilidad masculina. Así lo advierte otro informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, que cifra en más de 2000 los contaminantes nocivos presentes en el esperma de hombres sanos. Aunque la muestra es pequeña (tan solo diez varones), y está reducida geográficamente (se ha realizado únicamente en Tarragona), pone sobre la pista de uno de los grandes problemas de la fertilidad masculina, explican desde EVA.
De ahí que los expertos que han participado en el citado estudio animan a profundizar en el tema y llevar a cabo más investigaciones al respecto, pues encontraron nada menos que 21 compuestos químicos de diferentes familias, entre los que se encuentran los ftalatos y bisfenoles. Compuestos que contaminan de manera sencilla y sin que el afectado ni siquiera se percate: mediante el contacto diario y reiterado en el tiempo, es decir, por sobreexposición.
¿Es posible recuperar la pérdida de calidad espermática?
La precaución básica que deben seguir los hombres frente a esa pérdida de calidad es “evitando los productos y hábitos que afecten a la calidad del semen, así como llevando una vida y alimentación saludable”, asegura Ana de la Encarnación. Es clave eliminar, en la medida de lo posible, el contacto abusivo con estos contaminantes y procurarse una alimentación limitada en cuanto a conservantes (bebidas azucaradas, conservas y otros productos envasados) puede revertir, aunque no del todo, el proceso. Otro consejo común es abandonar las bebidas alcohólicas y el tabaco y limitar el uso del teléfono móvil.
Hecho esto y ante la búsqueda sin éxito del embarazo, se hace necesario acudir a la consulta de un andrólogo, especialista que llevará a cabo un estudio completo del varón (y no centrarse únicamente en el factor femenino como posible causa única de infertilidad en la pareja).