El juego es parte fundamental en el desarrollo de todo niño, es una vía de disfrute que les permite relacionarse y entender su entorno y que es clave para la correcta formación de sus capacidades cognitivas y habilidades sociales. Tanto es así que la Declaración de los Derechos de los Niños, firmada en noviembre de 1959 por todos los Estados miembros de la ONU, reconoce el juego como un derecho fundamental de todo infante: “El niño tiene derecho al descanso, al ocio, al juego y la participación en actividades culturales y artísticas”, recoge el artículo 31.
Los beneficios del juego son tales que se emplea, incluso, en terapia: “el juego terapéutico es una forma de evaluación e intervención en psicoterapia, llevado a cabo por un profesional, en la que se hace uso de diferentes tipos de juego para trabajar aspectos como la regulación emocional, el juicio moral, la agresividad, el duelo o situaciones dolorosas, patologías, etc.”, nos explica Mónica López-Quintana, doctora en psicología con estudios específicos en psicología infanto-juvenil y directora del Gabinete Mónica López-Quintana (@monicalopezquinata_psicologia). “Es decir, se hace uso del juego para ayudar a los niños a prevenir y resolver dificultades psicosociales y para lograr un buen crecimiento y desarrollo”.
La utilidad y la importancia de la terapia del juego con niños radica en la posibilidad que ofrece el juego de sustituir a la palabra, tal y como detalla la doctora en psicología. Hace, por tanto, que sea “más sencillo poder trabajar las dificultades que presenta un niño a través de esta herramienta, ya que cuando son pequeños aún no saben razonar, identificar y explicarse como los adultos”.
Por un lado, ayuda a los niños a expresarse y, por otro, a procesar de manera consciente la información que recibe y a aprender ciertas pautas de comportamiento ante determinadas situaciones. A su vez, el profesional puede extraer muchos datos de interés durante una sesión de juego terapéutico, lo cual repercutirá de manera positiva en el pequeño, puesto que podrá abordar de manera mucho más certera las pautas a trabajar con él.
Tipos de juego terapéutico
El juego terapéutico, al igual que el juego de la vida real, fuera de consulta, de todo niño, no es único e inamovible. “Existen diferentes tipos de juego en función de la edad de los menores” que, tal y como indica López-Quintana son:
- El juego funcional. Se utiliza en terapia de 0 a 2 años y “consiste en que los niños identifiquen cuál es la función de cada juguete y la reproduzcan (ejemplo: entender para qué sirve un teléfono de juguete y reproducir un secuencia poniéndose el teléfono en la oreja y hacer que habla con su madre)”
- El juego simbólico. Se emplea en los tramos de edad de 2 a 6 años y es aquel que “implica que el niño cree escenarios imaginarios en el que imiten situaciones del mundo real (ejemplo: el niño se pone una bata y un estetoscopio y hace que cura y ausculta a un bebé de juguete)”.
- Juegos de mesa. Se recurren a ellos con niños de 6 a 12 años, rangos de edad en los que el profesional “hace uso del juego de reglas, los juegos de mesa comúnmente conocidos (ejemplo: ajedrez o juegos de cartas)”.
- Juegos de construcción. “De manera paralela, en todas las edades se puede utilizar también el juego de construcción con los que pueden crear diferentes cosas (ejemplo: plastilina, bloques de plástico etc.)”.
¿Se puede hacer terapia del juego en casa?
“En casa se puede llevar a cabo el juego común con el que el niño pueda desarrollar capacidades, habilidades, de una forma adecuada, además de pasar tiempo con sus padres de calidad y divertirse”, apunta la experta. “En cambio, es importante que la terapia de juego se realice en un contexto terapéutico seguro, donde un profesional pueda supervisar e intervenir con una formación amplia en esta disciplina”.