Alrededor de una de cada cinco mujeres se arrepiente de haberse practicado una ligadura de trompas porque desean ser madres de nuevo. Así, la decisión de no tener más hijos y recurrir a este método de anticoncepción definitivo se puede tomar en un momento concreto de la vida, bajo unas circunstancias que cambian más adelante. Es habitual que el deseo de maternidad resurja con una nueva pareja.
¿Qué alternativas hay cuando la mujer tiene una ligadura de trompas? ¿Hay que recurrir siempre a la reproducción asistida o existen otras opciones? ¿Qué tasa de éxito tiene cada una?
¿En qué consiste la ligadura de trompas?
La ligadura de trompas es un procedimiento quirúrgico para impedir el paso de los espermatozoides hacia las trompas de Falopio. Se lleva a cabo mediante un corte en las citadas trompas, que luego se ‘ligan’, se unen. Pero esta incisión no permite ya que los espermatozoides viajen por ellas para fecundar al óvulo.
Aunque la ligadura de trompas es una de las formas más eficaces de evitar el embarazo, no está exenta de riesgos. Entre ellos, la posibilidad de volver a quedarse embarazada. Se estima que después del primer año tras la intervención la tasa de embarazo está en uno de cada mil. Después de cinco años de practicada la cirugía, sería más improbable, pues se sitúa en de dos a diez entre mil.
Otro de los problemas que conlleva la ligadura de trompas es que, de haber embarazo, hay más probabilidades de que este fuera un embarazo ectópico, con todo lo que ello conlleva.
Posibilidades de embarazo tras una ligadura de trompas
Hay distintas formas de ‘revertir’ una ligadura de trompas, aunque el proceso de reversión no garantiza totalmente que la mujer consiga quedarse embarazada. Hay muchos otros factores que intervienen, como su edad y la de su pareja. Hay que tener en cuenta que, a partir de los 35 años, la reserva ovárica de la mujer desciende de manera acusada. Por lo tanto, a medida que se acerque a los 40 hay menos garantías de éxito.
Fecundación in vitro
Una de las vías elegidas por las mujeres que se han hecho una ligadura de trompas, pero quieren volver a ser madres, es la fecundación in vitro. Recurren a la reproducción asistida para unir el óvulo y el espermatozoide en el laboratorio y transferir luego el embrión a la madre. La tasa de éxito de esta técnica está muy relacionada con la edad materna. De hecho, en mujeres menores de 35 años, se logra hasta un 70% de embarazos, según datos del IVI (Instituto Valenciano de Infertilidad).
Cirugías de reversión
Hay distintas cirugías de reversión que se elegirán en función de las circunstancias concretas de la madre y del estado de las trompas de Falopio, pues en algunos casos se extirpan en su totalidad o en parte, lo que puede complicar la llegada posterior del embarazo.
Estas técnicas no garantizan que la mujer consiga el embarazo, pero sí hay algunas con tasas de éxito elevadas. Es el caso de la anastomosis tubárica microquirúrgica, que consigue tasas de gestación superiores al 65%. ¿En qué consiste esta técnica? “En primer lugar, se realiza una laparoscopia para revisar el estado de las trompas y valorar su recanalización”, explica el Dr. Luis Chiva, responsable de la Unidad de Fertilidad y director del Departamento de Ginecología y Obstetricia de la Clínica Universidad de Navarra, donde esta técnica es pionera en España.
“Si las condiciones lo permiten, se lleva a cabo la anastomosis mediante una pequeña incisión en el abdomen, utilizando un microscopio de microcirugía”, apunta.
Esta recanalización tubárica tiene resultados especialmente buenos en mujeres de más de 35 años. Tal como señala el Dr. Juan Sastre, graduado en Medicina por la Universidad de Navarra que ha estudiado los casos de más de 14.000 mujeres que han optado por esta técnica, es una opción que reduce los problemas posteriores asociados a técnicas de reproducción asistida, como los embarazos múltiples, los partos prematuros, la preeclampsia o la diabetes gestacional. “El incremento del riesgo que se da en la fecundación in vitro para desarrollar este tipo de complicaciones no se da en la reanastomosis microquirúrgica”, añade.
“Es importante que quienes se han sometido a una ligadura de trompas sepan que pueden revertir ese proceso y que cuenten con toda la infromación disponible sobre las opciones terapéuticas para tomar la decisión adecuada según las circunstancias”, recalca el Dr. Chiva.