La laringitis aguda es una inflamación de la región subglótica laringo-traqueal producida por una infección vírica. Es la causa más frecuente de obstrucción de la vía aérea superior en niños entre los seis meses y los seis años de edad.
Está causada, en la mayoría de los casos (80%), por los virus de la parainfluenza 1 y 3. Se presenta en forma de brotes epidémicos con más frecuencia a finales del otoño y en el invierno, sobre todo, en colegios y guarderías. Afecta más a niños que a niñas y su prevalencia ronda los 5 casos por cada cien niños al año.
El cuadro clínico de la laringitis puede repetirse en el mismo paciente en sucesivas y nuevas infecciones. A esta enfermedad también se la conoce como “falso crup ”, debido a su similitud clínica con la fase final de la difteria.
Cómo reconocer los síntomas de la laringitis
Se presentan de forma aguda e imprevista, aunque previamente existían síntomas catarrales, mucosidad y febrícula. Casi siempre comienza por la noche y se caracteriza por los síntomas de tos perruna o de foca, dificultad respiratoria, estridor laríngeo y afonía. El estridor laríngeo es la característica que define esta patología.
Así diagnostica la laringitis el pediatra
El diagnóstico suele ser obvio y evidente debido a los llamativos síntomas clínicos. Sin embargo, el médico debe tener muy en cuenta otras enfermedades de síntomas muy parecidos y que tienen mayor gravedad y diferente tratamiento. Así, la epiglotitis, el cuerpo extraño en laringe, la hipertrofia adeno-amigdalar, el abceso retrofaringeo y el edema agudo angio-neurótico son procesos a tener muy en cuenta en el diagnóstico diferencial.
Las pruebas complementarias no son necesarias, pues la exploración física suele ser suficiente para realizar el diagnóstico. El tipo de respiración, el sonido de la tos y la afonía son característicos del proceso. El pronóstico es favorable y la duración, auto limitada, no suele superar las 48-72 horas.
Tratamiento de la laringitis
El paciente debe ser siempre evaluado por un pediatra lo antes posible, para realizar el diagnóstico diferencial, por si fuera necesario el ingreso hospitalario en un servicio de urgencias. En la mayoría de los casos el tratamiento puede ser realizado en el domicilio.
Las pautas de tratamiento de la laringitis deberían de seguir los siguientes pasos:
- Ambiente tranquilo y sosegado. La respiración lenta y pausada beneficia el intercambio de oxígeno. La respiración agitada y entrecortada lo dificulta.
- El aire húmedo y frío es beneficioso, pues el aire frío produce vasoconstricción y baja el edema de las mucosas respiratorias.
- Corticoides. En forma oral o en forma de aerosol disminuyen el edema y mejoran el espasmo laríngeo.
- Adrenalina nebulizada. Se realiza en ambiente hospitalario con tienda de oxígeno y mejora notablemente la obstrucción de la vía aérea.
¿Por qué es necesario acudir a un Servicio de Urgencias?
La necesidad de que el paciente sea visto lo antes posible por un médico cuando el niño tiene una laringitis se fundamenta en la gravedad de las otras posibles causas de la laringitis y, sobre todo, para hacer el diagnóstico diferencial con la epiglotitis.
Se trata de la infección e inflamación aguda de la epiglotis, considerada como una laringitis supraglótica. Es una enfermedad mucho más grave que la laringitis viral y está producida por la infección bacteriana de la laringe supraglótica.
Se caracteriza por la presentación aguda de síntomas laríngeos más graves que en la laringitis: aspecto tóxico, dolor de garganta, fiebre elevada, babeo intenso, dificultad para tragar y dificultad respiratoria con tiraje subcostal y cianosis.
El diagnóstico y el tratamiento deben ser urgentes, siempre en ambiente hospitalario y, en ocasiones, es necesario el ingreso en un servicio de cuidados intensivos.