La mañana del 25 de diciembre y del 6 de enero son dos de los momentos más especiales del año para los niños. Se levantan (normalmente mucho, muchísimo antes de lo normal) y se encuentran los regalos que Papá Noel y los Reyes Magos les han dejado cada uno de esos días. No hay mayor emoción que ver los paquetes envueltos en junto al zapato, el árbol de Navidad o junto a la chimenea. Pero… ¿y si no les gustan los regalos que les han dejado?
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En casa de papá y mamá, es menos habitual que esto ocurra, pues suelen tener más claro lo que pedir a Santa y a sus Majestades de Oriente en la carta para sus hijos; sin embargo, no es extraño que ocurra en casa de los abuelos y de otros familiares. Y tampoco es raro que el niño o la niña manifieste abiertamente que no le han gustado nada esos regalos y que lo haga, incluso, con enfado o llanto. ¿Qué podemos hacer los padres para gestionar esa incómoda situación para ayudar a nuestro hijo y, al mismo tiempo, no herir susceptibilidades de ningún adulto?
“Lo difícil es que aquí se suma el cómo me lo tomo yo, que me puedo sentir muy responsable de la reacción de mi peque”, nos dice Sandra Martín Andrés, educadora de familias en Disciplina Positiva y creadora de Edúcame en positivo (@educame_en_positivo). “Si nuestra criatura pone mala cara o dice ‘esto no lo quería’ o ‘no me gusta’, podemos caer en la culpa de ‘no le estoy educando bien’ o ‘qué van a pensar de la educación que le estamos dando’ y podemos actuar desde la ira y no desde la calma”. Por eso debemos seguir una serie de pasos que ayudarán en la mayoría de los casos:
- Mantener nosotros la calma. Si perdemos los nervios, no haremos más que empeorar la situa-ción, aumentando la reacción negativa del niño, el malestar de los demás adultos y, en consecuen-cia, provocando un mayor rechazo al regalo. Hemos de ser consciente de que son días difíciles en lo que a la gestión de emociones se refiere para los peques: “cansancio, mucha excitación, nervios, familia a la que hace un año que no ven…”. Es la ecuación perfecta para que se produzcan más rabietas de lo habitual.
- Agradecer el gesto de quien regala. “En ese momento el niño no estará, posiblemente, en dispo-sición de agradecer a la tía, al primo o a los abuelos por haberles pedido un regalo, así que hazlo tú en su lugar”, recomienda Sandra Martín. Para ello, sería suficiente con una frase tan sencilla como “muchas gracias abuela por haberte acordado de escribir en tu carta de los reyes en nombre de Ma-ría”.
- Evita darle explicaciones. Si siente una gran frustración, no servirá de nada darle explicaciones de por qué no debe reaccionar como lo ha hecho “porque su cerebro no estará en disposición de escucharlas”, sino que estará ‘atrapado’ en que ese no es el regalo que quería o esperaba”.
- Valida la emoción de tu hijo. “Intenta darle palabras a lo que siente, validarlo”. Para ello, po-demos recurrir a frases como: “entiendo que te hayas podido enfadar porque no es el que querías o no te gusta”. Después, seguir manteniendo la calma “y esperar a que salga de ese estado de ‘se-cuestro emocional’, siempre a su lado, para poder buscar soluciones”.
¿Es posible evitar de antemano esta situación antes de que ocurra?
Si los padres desconocen los regalos que otros miembros de la familia han pedido para sus hijos en su carta a Papá Noel o a los Reyes o bien si lo saben e intuyen que no les va gustar demasiado, ¿podemos darle algunas pautas a los niños para que sean agradecidos, independientemente de si les gusta el regalo o no y, al mismo tiempo, no revelarles de qué se trata? “Ojalá tuviéramos la varita mágica para evitar las reacciones; sin embargo, es importante que tengamos en cuenta que las reacciones son automáticas y no podemos controlarlas, al menos en ese momento”, recuerda la experta en disciplina positiva.
Aún así, sí hay ciertas precauciones que los progenitores pueden tomar para curarse en salud ante una posible reacción no deseable en los niños. “Podemos ir preparando el terreno unos días antes y podemos preguntarles desde la curiosidad (no será un interrogatorio) si te traten algo que no te gusta, ¿qué pasaría? Y darles espacio para pensar y contestar”, recomienda. “Es posible que la respuesta no te guste (imagina que dice que lo tiraría a la basura)”. En esos casos, “trata de reconducir con otra pregunta tipo y si haces eso, ¿cómo te sentirás?, ¿podrías hacer otra cosa en lugar de tirarlo?, ¿dárselo a alguien que no haya tenido regalos?, por ejemplo”.
A continuación, es aconsejable “hablar sobre la importancia de agradecer, recordando que todos los años Papá Noel o los Reyes Magos se acuerdan de nuestra casa”. Y, centrándonos en lo que pueda ocurrir cuando vayamos a recoger los regalos que dejen en otras casas, hemos de insistirle “que esas personas se han tomado su tiempo en escribir la carta para que no le falte un regalo”.