Las vacaciones escolares de Navidad están ya casi aquí. Solo queda una semana y niños y niñas de todas las edades están pensando ya en los planes a hacer estos días, en descansar, en jugar con los juguetes que les traiga Papá Noel… Pero, ¿y los deberes? Siempre que se acerca un período vacacional largo, asaltan las mismas dudas a las familias: ¿deben dedicar parte de su tiempo en estas vacaciones al aprendizaje y al estudio? “Muchos padres y profesores consideran que las vacaciones de Navidad son un período no escolar en el que los niños no hacen nada, lo que podría hacer que pierdan el hilo de lo aprendido en la escuela. Sin embargo, la realidad es diferente; los niños no solo aprenden a través de las tareas escolares, sino también mediante todos los estímulos que tienen a su alrededor”, nos cuenta Montse Durán, maestra de infantil y primaria conocida en redes sociales como ‘Una maestra con clase’ (@mestraambclasse).
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“El periodo de vacaciones es un momento en el que los niños deben descansar, disfrutar de su familia, divertirse y aprovechar para realizar actividades que no suelen llevar a cabo durante el curso escolar. Todas estas actividades contribuyen al aprendizaje de los niños y pueden sustituir a las tareas escolares”.
De hecho, las actividades y planes a realizar en estas fechas no suelen ser precisamente pocas. Reencuentros familiares y con amigos, entradas para espectáculos navideños, comidas, cenas especiales… la realidad es que el tiempo al que se le puede dedicar a reforzar ese aprendizaje no es tanto como podría parecer a priori. ¿Puede, además, ser contraproducente para los niños no poder desconectar del todo en vacaciones? “Sí, puede ser contraproducente para los niños que no desconecten del todo durante las vacaciones y tengan que seguir haciendo deberes”, nos responde Durán. “Las vacaciones representan un período crucial para el descanso, tanto físico como mental, de los niños. Obligarlos a realizar deberes durante este tiempo puede generar estrés y reducir los beneficios del descanso”.
Deberes en función de las necesidades del niño
¿Significa eso que, en ningún caso, se deba permitir que nuestros hijos dediquen tiempo vacacional en Navidades a hacer tareas escolares? “En caso de que los profesores no asignen deberes, debemos trabajar o repasar con ellos siempre que lo consideremos necesario. Es decir, si como madre o padre creemos que durante este periodo es un buen momento para seguir reforzando los aprendizajes de la escuela, ya sea porque el niño está motivado con los deberes, tiene ganas de seguir aprendiendo o pensamos que le vendría bien un refuerzo extra en casa, podemos hacerlo”.
Depende siempre, por tanto, de las necesidades e intereses del niño. “No obstante, no podemos olvidar que, para seguir aprendiendo, no es imprescindible realizar deberes como tal”. En este sentido, Montse Durán propone poner a su alcance otro tipo de actividades no puramente académicas, sino lúdicas, “para que aprendan a través del juego, la experimentación o situaciones cotidianas”.
Pone como ejemplo el caso de un niño o una niña que esté aprendiendo a escribir . Una idea muy práctica -que no asociará a deberes ni a contenido de clase- es “proponerle que nos ayude a redactar una carta a un familiar o que colabore en la elaboración de la lista de la compra para adquirir los ingredientes de la cena de Nochebuena”. Serán, además, actividades a hacer en conexión padre o madre e hijo, lo que redundará en fortalecer el vínculo familiar.
En cualquier caso, lo importante es ser conscientes de que, independientemente de la necesidad de aprendizaje o de reforzar conocimientos que tenga nuestro hijo, “todos los niños merecen disfrutar de un tiempo de descanso”, subraya la maestra de infantil y primaria. “Especialmente aquellos que enfrentan dificultades durante el curso escolar”.
“Es por eso que, como maestra, recomiendo que durante las vacaciones no se asignen deberes, sino que se fomente el aprendizaje a través de diversas actividades y juegos”, añade. Siempre, eso sí, hay otras opciones y, “en caso de querer reforzar alguna dificultad académica, podemos diseñar o buscar dinámicas diferentes, como juegos de mesa o películas, que nos ayuden a abordarla”.