En épocas tan especiales como la Navidad, las emociones se amplifican tanto para bien como para mal y algunas situaciones se convierten en verdaderos desafíos. Es el caso de las parejas con problemas de fertilidad. ¿Por qué estas fiestas pueden ser muy duras para ellos?
María José Barquero es psicológa especializada en infertilidad (www.mariajosebarquero.com) y divulgadora en Instagram (@psicologa.infertilidad). A ella le hemos preguntado sobre este asunto.
¿Por qué puede ser una época tan dura?
La Navidad puede ser un momento especialmente complicado para las parejas con infertilidad “porque suele estar cargada de momentos que les van a recordar justamente aquello que más les duele: que no consiguen un embarazo”, destaca la experta.
Hay muchas comidas familiares y con amigos donde los niños suelen ser protagonistas, donde pueden encontrarse con otras mujeres embarazadas y, sobre todo, con preguntas incómodas como: “¿Y tú para cuándo?”. Además, los días de Navidad y de Reyes todo se llena de imágenes de niños abriendo regalos, una vivencia que desean y que no tienen en ese momento.
Además, por coincidir con vacaciones, algunas parejas en tratamientos de reproducción asistida están inmersos en esos días en fechas clave como la extracción de ovocitos, la transferencia o esperando el resultado.
Hay algunas circunstancias que van a hacer que este periodo sea más o menos duro, como si son las primeras navidades con infertilidad o si ya llevan varias; el momento en el que te encuentres en relación al tratamiento; que alguien cercano aproveche para anunciar un embarazo...
“Si finalmente se consigue el embarazo, la Navidad se vive como una fecha especial donde se ha conseguido lo que más se quería, pero si no se consigue, esta época se oscurece aún más”, señala. “Se puede vivir también un aborto y afrontar esto en estas fechas es extremadamente doloroso”, añade la psicóloga.
¿Qué puede hacer la pareja para sobrellevarlo mejor?
Para que la pareja que vive esta situación tan compleja pueda pasar las Navidades de la mejor forma posible, “lo principal es ser conscientes de qué es lo que les hace sentir bien y qué es lo que no y no obligarse a ir a eventos para los que no se esté preparado”, recomienda la experta.
Son unas Navidades diferentes y, en este sentido, conviene adaptarlas al máximo. Estos son otros consejos que ofrece María José Barquero:
- Elegir los lugares a los que se va, intentanto minimizar los ‘disparadores’, es decir, esos estímulos o situaciones que van a conectarnos con aquello que nos duele: elegir salir en horarios o lugares en los que no suele haber niños.
- Ensayar antes las respuestas a las posibles preguntas o comentarios que suelen recibirse, porque siempre suelen ser los mismos.
- Contestar a estos comentarios de forma asertiva puede hacer que nos sintamos mejor y que la otra persona no se moleste ni haya tiranteces.
- Cuidar los momentos en pareja y procurar que todos los temas no se centren en la infertilidad. Hay que hacerse la pregunta de ‘¿qué nos apetece hacer?’ o ‘¿con qué disfrutábamos antes?’ y lanzarse a por esas actividades.
El papel de la familia y los amigos
“La infertilidad no solo afecta a la persona o pareja que la sufre, sino, aunque en diferente medida, a todos su entorno, ya que es complejo de entender por lo que están pasando y acompañarlos adecuadamente”, señala la especialista.
Lo importante es que tanto la familia como los amigos se adapten, comprendan y respeten lo que la pareja ha decidido, por ejemplo, no acudir a una cena. “A veces, las personas con infertilidad necesitan un espacio y tenemos que aceptarlo. Es importante escuchar sin juzgar, es importante acompañar”. ¿Cuál es el modo más adecuado de hacerlo? “La mayoría de las veces es mejor un abrazo o compartir momentos que intentar calmar desde el razonamiento o dando consejos”.
Sí hay que prestar especial atención a los comentarios que se hagan, del tipo: “¿Y vosotros para cuándo?”, “¿para cuándo el segundo?”... porque nunca se sabe el proceso por el que está pasando una persona sin hijos, ya que habitualmente lo lleva en silencio.
Cuando la familia o los amigos son conocedores de que hay problemas de infertilidad, hay que evitar frases como: “cuando te relajes, te quedas”, “lo mismo tienes un trauma”, “cuando dejes de pensarlo te quedarás”, “una amiga se fue de viaje y se quedó embarazada”, “a lo mejor tener hijos es tu destino”....
Tampoco hacer comentarios si la persona no bebe alcohol, del tipo, “¿no bebes alcohol?, ¿estás embarazada?”. A veces una comida familiar o con amigos puede coincidir con la betaespera (momento entre la transferencia del embrión y el test de embarazo que te dirá si ese embrión se ha implantado y estás embarazada), por lo que la mujer no toma alcohol y esas preguntas la pueden incomodar.
“Lo mejor es no hacer preguntas o emitir juicios sobre lo que hacen otras personas”, señala María José Barquero. La solución pasa por “hablar de aspectos de la vida de los otros en los que sabemos que les va bien o sobre temas sociales que no sean polémicos o contar anécdotas familiares o de uno mismo donde se puedan dar momentos de risas”, propone.