Risas, juegos, imaginación y creatividad protagonizan la casa de la diseñadora gráfica Teresa Gutiérrez Dorronsoro. Ha conseguido que sus niños crezcan felices en un oasis de color, luz y detalles de lo más original. Y es que, en casa de mamá, no hay tiempo para el aburrimiento.
-Teresa, eres madre de tres hijos y triunfas con tu empresa, ¿cómo se cría a tres niños y se emprende con éxito?
-Cuando echo la vista atrás me sorprendo. El camino no ha sido fácil, pero siento una satisfacción tremenda.
“Todavía nos cuesta caer en la cuenta de que los hijos son de la madre y el padre. Pero, a veces, somos nosotras las que nos cargamos con todo el peso”
-¿Cambió mucho la maternidad tus planes profesionales?
-El cambio fue importante. Pero para mí es importante saber poner límites y poder conciliar de verdad. Cuando tienes poco tiempo, te centras mucho más y aprendes a trabajar sacando jugo a cada segundo.
-Muchas mujeres sienten que a los hombres no se les pregunta tanto por la conciliación, ¿estás de acuerdo con ello?
-Creo que todavía nos cuesta caer en la cuenta de que los hijos son de los dos. Yo tengo un aliado incondicional en mi marido. Pero, a veces, somos nosotras las que nos cargamos con todo el peso y nos falta saber solicitar al otro para que, juntos, podamos llegar a todo.
“Para mí es importante saber poner límites y poder conciliar de verdad. Cuando tienes poco tiempo, te centras mucho más y aprendes a trabajar sacando jugo a cada segundo”
-Háblanos de tu pasión por el diseño gráfico.
-Lo descubrí mientras trabajaba en una conocida agencia de publicidad. Enseguida entendí que el diseño gráfico debe traspasar la pantalla. Un papel, una textura, un acabado, una intención... Todo cobra sentido cuando lo tienes en las manos. Somos un estudio donde hacemos diseño gráfico a la carta, y eso es una realidad.
-¿Siempre quisiste emprender?
-Mi andadura surgió de una forma bastante inconsciente y natural. Un día me presenté a un concurso en el que competía con grandes agencias, y yo creo que eso fue lo que nos hizo despegar. Pero mi etapa más bonita como emprendedora llegó hace casi dos años, junto a mi amiga, y socia, Cristina Hernández Blanco.
-Nos recibes en tu hogar, y con tus hijos, ¿cómo definirías su atmósfera?
-Como dice el letrero que tenemos en la puerta de nuestro salón, “vamos a pasarlo muy bien” es nuestro lema. Hace un par de años, mi hijo Santiago escribió esta frase para su fiesta de cumpleaños y me pareció tan bonita que decidimos hacer un neón y hoy se ha convertido en nuestro mantra.
-Háblanos un poco de la casa.
-Tiene mucha luz. El alma de la casa es la cocina, y la terraza nos da la vida, y es la estancia más camaleónica. Hemos hecho grandes fiestas ahí. Mi antiestrés es el bricolaje y me divierto incorporando nuevos elementos que hago con mis propias manos.
-¿Qué ambiente has querido crear en las habitaciones infantiles?
-Quise poner papel pintado en sus cuartos, en las cuatro paredes, y, como no alcanzaba el presupuesto, lo acabé pintando yo con ellos. Tres formas geométricas y tres colores. La decoración es neutra, y lo que quiero es que ellos se sientan a gusto.
“En las habitaciones de mis hijos no pueden faltar color y dibujos sutos que voy enmarcando. Me chifla ver cómo evolucionan”
-Danos dos o tres trucos infalibles que funcionen en toda habitación infantil.
-Una buena litera, una estantería para los libros, un almacenaje a su altura para que sean autónomos y puedan colocar su ropa y sus cosas. ¡Ah!, y muy importante: rotar los juguetes cada mes, así los sienten como si fueran nuevos.
-¿Qué no puede faltar en las habitaciones de tus hijos?
-Color y dibujos suyos que voy enmarcando. Me chifla ver cómo evolucionan.
-¿Cuál es el rincón de vuestro hogar que más disfrutáis en familia?
-La cocina, con los desayunos de los fines de semana, que son sagrados. Y la terraza, que también se convierte en lugar de encuentro para leer o cenar en las noches de verano.
-Y cuando necesitas encontrar la inspiración, ¿en qué estancia la sueles encontrar?
-Tengo un pequeño estudio que me sirve de refugio. Allí es donde puedo desarrollar mi labor como diseñadora.
“Quise poner papel pintado en todas las paredes de los cuartos de mis hijos, y como no alcanzaba el presupuesto, el de los mayores lo acabé pintando yo con ellos. Tres formas geométricas y tres colores”
-¿Os gusta recibir en casa?
-Muchísimo. La mesa redonda del comedor es un magnífico lugar de encuentro para entablar conver-saciones. Antes me agobiaba mucho cuando tenía invitados, quería que todo estuviera perfecto; ahora me dejo llevar porque lo importante es pasarlo bien, aunque me gusta cuidar los detalles y rodearme de cosas bonitas.
-¿Qué te gustaría que sintiera un invitado al entrar en vuestra casa?
-Que pensase “qué bien se está aquí”. Me encantaría que se sintiera como en su casa, relajado, y en un ambiente cálido donde todo fluye.