Miguel Bernal, o lo que es lo mismo Mikecrack, es el youtuber español con más suscriptores (más de 45 millones). Su contenido va dirigido a un público infantil de entre seis y 15 años, que son los que lo han convertido en el rey de las visualizaciones con más de 17.300 millones, en sus siete años en el canal.
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El creador de “Las perrerías de Mike” o la famosa canción “Chocolate con almendras” saca ahora una línea de juguetes con sus personajes estrella de la mano de Colorbaby. Hemos charlado con él para que nos cuente qué hay dentras de un creador que triunfa entre los niños y cómo debe ser la relación entre las pantallas y los más pequeños de la casa.
¿Cuál es la clave para conectar con el público infantil?
Creo que lo que me hace especial, sobre todo comparado con el mundo del entretenimiento profesional tipo Hollywood, es que intento hacer personajes que son muy auténticos, con los cuales uno se puede identificar. Son personajes que están lejos de ser perfectos, porque tienen comportamientos egoístas, ególatras, inmaduros… Al final es gente real, gente con la que los demás se pueden identificar. Lo que hago es que tengo un conjunto de personajes que son muy imperfectos, que la lían, que tienen sus discusiones y sus rifirrafes, pero que en el fondo son buenas personas. Porque ser una buena persona no radica en sus imperfecciones sino en sus intenciones. Creo aventuras con ellos en los que hay situaciones muy cómicas y siempre es muy interesante ver cómo se resuelve al final, cómo todo acaba bien dentro de lo posible.
¿El hecho de dirigirte a un público infantil hace que sientas más responsabilidad hacia los contenidos que subes?
Yo tomo conciencia de que me sigue público infantil y entonces siempre voy a tener cuidado con lo que digo y con los mensajes que transmito, pero al final no soy responsable de lo que ven los niños. Soy solo una persona haciendo contenido, que tengo mis opiniones, mis creencias y no vierto en mi contenido opiniones personales de temas políticos o de valores. Al final son los padres los que tienen que juzgar si están de acuerdo con lo que está viendo su hijo y si les gusta. Y ya no solo por mí; los niños consumen mucho contenido de muchos youtubers y el tema es que al final los que tienen que estar protegiéndolos son sus padres. Pero, sí, tengo cuidado, pero, sobre todo, consciencia, que es lo más importante.
¿Intentas transmitir valores a través de tus contenidos?
Yo tengo unos valores muy fuertes de la importancia de la familia como núcleo donde uno se desarrolla como persona, también de lo que es el fracaso, que es bueno y necesario intentar tus sueños, cumplir tus metas, y, de hecho, muchas de esas creencias las represento en mi serie animada. Pero son mis valores y, aunque creo en ellos, un padre no tiene por qué estar de acuerdo. Lo que intento cuidar mucho es no dar malos valores, que no tiene que ver con el comportamiento, porque, por ejemplo, Mike, el perro, es el personaje más infantil y egoísta que puedas ver en una serie de estas. Ver qué situaciones crea por ese egoísmo puede ser una lección para el niño, ver por qué se desencadenan las situaciones y cómo se resuelven.
¿Cuál es tu opinión sobre la controversia social que hay actualmente en la que se pide que las pantallas se retrasen hasta los 16 años?
Es una opinión respetable, pero cada padre debe decidir cómo educa a sus hijos, pensando en lo mejor para ellos. El móvil es un portal de acceso a muchos contenidos que pueden ser dañinos y una exposición de su privacidad, que le puede poner en peligro, pueden sufrir ciberbullying si se meten muy jóvenes en redes sociales, quedar muy expuestos… Hay que tener cuidado con eso, pero no tiene que ver con prohibirles la pantalla. Es un problema de gestión, de cómo se regula y no de prohibirlo todo, pero, como siempre digo, yo creo que cada padre debería tener la libertad de educar a su hijo como quiere.
El problema de las redes es que tienen su parte buena, que es la del entretenimiento, pero luego tienen otra más oscura donde se deshumaniza, por ejemplo, al reírse de otro que has convertido en ‘meme’ a través de una foto.
Los niños suelen buscar vídeos hechos para niños, que son los que funcionan y les entretienen, pero a veces para salir de la rutina pueden encontrarse con imágenes adultas que pueden dañarles al ser sensibles. El problema es que hay muchos padres que se desentienden de sus hijos y para que no molesten les dan el móvil y ya está.
Uno de tus objetivos al crear una línea de juguetes con tus personajes es que salgan de las pantallas y estén en el mundo real, ¿recomiendas algún tiempo máximo delante de las pantallas?
Por lo que me quieren tanto los niños es porque con mis vídeos se sienten felices porque se divierten. Suelo publicar un vídeo por semana de 20 minutos, y a veces menos. Pero los vídeos se quedan en una biblioteca de vídeos. Llevo siete años creando y son más de 3.000 vídeos, entonces no puedo controlar cuánto tiempo están en la plataforma, ya que pueden ver todos los que están en ella. Mi función es que tengan entretenimiento disponible, pero cómo lo gestionan ya no es competencia mía.
Pero sí quiero despertar estímulos para que desarrollen la creatividad y la cognición a base de hacer juegos. El juego es algo que nos viene de la naturaleza. El niño que no juega va a tener limitaciones cuando crezca. El niño necesita jugar y representarse a sí mismo con los juguetes. Es importante.
Muchos niños quieren ser youtubers, ¿qué les puedes decir sobre este trabajo?
Lo primero es que protejan su privacidad. Si quieren entrar en este mundillo que se lo tomen con calma y que no dejen de lado sus estudios porque si en algún momento no les gusta, o porque se está viendo que ningún youtuber aguanta más de 10 años, se acaban retirando antes, que tengan la posibilidad de dar marcha atrás, que puedan ir a otro sitio. Por eso, que no abandonen los estudios es algo súper importante. Y que hagan contenido sobre el tema que más les guste y que sea algo que guste a mucha gente, porque si no, no van a tener público o lo van a dejar antes.