En el mundo hay 40 millones de personas que viven con VIH (virus de la inmunodeficiencia humana). Este virus es el agente responsable del Sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). Del conjunto de afectados, más de 19 millones son mujeres de 15 años o más, es decir, en edad reproductiva, según datos del año 2021 del Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH y Sida (ONUSIDA). Si nos circunscribimos a los datos en España, un 16 % de los nuevos diagnóticos de VIH fueron en mujeres, en la mayoría de los casos a una edad en la que pueden plantearse ser madres.
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No todas las personas con el VIH van a desarrollar Sida y en torno a la enfermedad ha habido muchos adelantos. De hecho, los avances en los últimos años en este campo han permitido que parejas donde uno de los miembros tiene la infección por VIH puedan ser padres y aventurarse a un embarazo con muchos menos riesgos para el bebé.
¿Qué es la transmisión vertical del VIH?
El VIH se puede transmitir a través de varias vías: relaciones sexuales con penetración sin preservativo, intercambiando material inyectable, mediante la transfusión de sangre y derivados y lo que se denomina transmisión vertical, que es la que se produce de una madre a su hijo en el momento del embarazo; es una transmisión materno-fetal, pues, como recuerda el Ministerio de Sanidad, “no se ha observado ninguna transmisión por besos, caricias o contacto directo con el niño”.
Por tanto, el bebé puede infectarse si su madre tiene el VIH antes del embarazo o lo contrae durante esos nueve meses; en este segundo caso, el riesgo es mayor. Es bastante infrecuente que el niño se contagie en el primer trimestre del embarazo; en la mayoría de los casos, de producirse el contagio, sería durante el parto.
Cómo buscar el embarazo cuando hay VIH
“Cuando una mujer con carga viral indetectable se plantea una gestación, le recomendamos acudir a una consulta preconcepcional en Obstetricia”, indica la Dra. Laura González, médica especialista en Ginecología y Obstetricia del Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo, y participante en ‘Revihsando’ la última campaña de concienciación sobre el tema que ha puesto en marcha Cesida (Coordinadora Estatal de VIH y Sida).
El objetivo, pues, sería que la mujer encare el embarazo con una carga viral indetectable, es decir, que esa carga viral sea tan baja que en pruebas de laboratorio no se detecte.
Hasta hace unos años, las parejas que querían tener hijos cuando uno alguno de los miembros era VIH positivo tenían que recurrir a métodos más complejos de reproducción asistida para evitar la transmisión del virus en el acto sexual.
Ahora hay medicamentos preventivos que se pueden tomar antes para evitar el contagio. Es la denominada PrEP (profilaxis previa a la exposición), que ha de tomar la persona no infectada para poner tener relaciones sexuales sin protección y evitar el contagio en un embarazo por métodos naturales.
¿Cómo es el seguimiento de un embarazo cuando hay VIH?
El embarazo de una mujer con VIH “es de control hospitalario”, según indica la Dra. Laura González. Es así porque “la mujer debe estar acompañada de un equipo multidisciplinar tanto en el embarazo, como en el parto y el posparto, donde haya especialistas en Enfermedades Infecciosas o en Medicina Interna, en Ginecología y Obstetricia, en Neonatología y también en Salud Mental”. Se hace así un seguimiento específico de la mujer en función de su estado.
Las gestantes con VIH toman fármacos antirretrovirales para mantener la carga viral en niveles muy bajos y evitar su paso al feto. Por eso en las analíticas de control durante el embarazo se incluye una prueba para detectar si hay VIH. En el caso de que la mujer no supiera que está infectada y se entere en ese momento, la prioridad es comenzar con la medicación lo antes posible. Es un tratamiento probado que no causa daños en la formación del bebé. De hecho, a estos recién nacidos se les administra por precaución un tratamiento durante algunas semanas.
¿Se puede dar a luz por parto natural o debe ser cesárea?
En este aspecto también ha habido un avance y las madres con VIH pueden tener un parto natural. No obstante, “la vía del parto se elige de manera individualizada para garantizar el mínimo riesgo de transmisión vertical del VIH y la mínima morbilidad en el binomio madre-hijo”, destaca la especialista.
¿Qué se tiene en cuenta para optar por una vía o por otra? “En esta decisión se tiene en cuenta la carga viral de la madre en torno a la semana 34-36 de gestación, la evolución que haya tenido a lo largo del embarazo y la adherencia al tratamiento antirretroviral durante la gestación, además de los deseos de la mujer”, señala. Es importante que esa adherencia (el cumplimiento estricto de las pautas de la medicación) sea alta para garantizar que durante el parto natural el niño no corre riesgos al entrar en contacto con los fluidos vaginales de su madre.
¿Qué sucede con la lactancia cuando hay VIH?
El VIH se puede transmitir a través de la leche materna, por lo que en sociedades occidentales, con acceso a leche de fórmula, se recomienda que las madres con infección positiva no den el pecho. En países en vías de desarrollo que no tienen acceso a agua potable ni a higiene, es preferible la lactancia materna a otros riesgos que conlleva no darla.
No obstante, hay madres de países desarrollados que prefieren la lactancia materna a pesar del riesgo de contagio. En ese caso, conviene contar con el asesoramiento especializado de una consultora certificada en lactancia materna, pues hay que tener en cuenta una serie de cuestiones importantes.