Si hay un momento del año que los niños vivan con verdadera ilusión ese es la Navidad. La llegada de Papá Noel y de los Reyes Magos es mágica y viven de lleno esa fantasía con una inocencia enternecedora que da tanta felicidad a los más pequeños de la casa como a los adultos. Sin embargo, antes o después, llegan las preguntas. Esas preguntas que dejan patente a los padres que una etapa muy bonita de la vida de su hijo está acabando y que, por qué no reconocerlo, nos entristece que nos hagan precisamente por eso, porque esa inocencia sin límite de la infancia está quedando atrás. Al principio son dudas más simples, que no cuadran con la lógica (que ya ellos están desarrollando): ¿por qué parece que van disfrazados?, ¿por qué hay tantas cabalgatas a la vez?, ¿por qué no llevan regalos a los niños que menos tienen?…
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“¡Qué difícil es a veces responder estas preguntas! Tu hijo tiene clarísimo que los Reyes existen, y a la vez hay algunas cosas que no le cuadran del todo… y se genera un conflicto interno. ¡No lo entiende!”, nos dice Amaya de Miguel, fundadora de la escuela online para madres y padres @relajateyeduca. Para estos casos, la experta nos da la respuesta para algunas de las preguntas más comunes; son estas:
- “Hay muchas cabalgatas a la vez porque los Reyes, ¡son mágicos!”
- “Yo no tengo ni idea de cómo lo harán, ¡la magia es así!”
- “Como los Reyes no pueden estar en tantos sitios a la vez, mandan a sus ayudantes, no sabemos dónde estarán los Reyes de verdad. ¡Ojalá sean los de nuestra cabalgata!”
- “Como son ayudantes, pues se disfrazan. Es normal, no son los Reyes de verdad”.
- “Usarán su magia, ¡por eso son magos!”, recomienda responder Amaya de Miguel a aquellos niños que no entienden cómo pueden repartir tantos juguetes en una sola noche
- La respuesta a una pregunta “difícil y dolorosa”. ¿Por qué a los niños pobres no les dejan regalos? “Aquí yo solo he encontrado una respuesta, claramente insatisfactoria: Los Reyes no pueden ir a todos los países del mundo. Tienen mucha magia, pero no tanta. Es una respuesta triste porque subraya la inequidad del mundo, que los niños perciben con mucha claridad”.
Cuando llega ‘la gran pregunta’ sobre el secreto de la Navidad… ¿qué debemos hacer los padres?
Las primeras dudas las podemos ir solventando unos años, pero llega un momento que es luchar contracorriente y nos hacen ‘la gran pregunta’: Papá, mamá, ¿quienes son los Reyes?. “Cuando nos hacen esta pregunta, antes de responder yo os animo a que hagáis más preguntas para entender en qué fase se encuentra tu hijo”, recomienda De Miguel. “Tu objetivo es averiguar qué piensa él de verdad: ¿de veras le parece posible que los Reyes sean los padres, o es algo que ha oído por ahí? Porque hay niños que lo preguntan con la certeza de que, en efecto los Reyes son los padres y lo que buscan es o bien una confirmación, o bien que tú sepas que ellos ya lo saben. En cambio, hay otros niños que preguntan desde la duda, incluso desde la incredulidad”.
De ahí la necesidad de saber en qué fase se encuentra tu hijo o tu hija y, en base a eso, darle una respuesta u otra: “en el primer caso conviene decirles la verdad: pues… creo que ya lo sabes. Sí, somos nosotros. Y ahora tú formas parte del grupo de los mayores que ayudamos a que este día sea tan bonito”. En el caso de que los niños pregunten desde la duda, “entonces puedes reaccionar como hemos dicho antes e intentar que se mantenga la fantasía unos años más”, recomienda la educadora de padres. “También les puedes decir: ¿te parece que tengo cara de Rey Mago?; yo no puedo ser un Rey Mago, ¡si me acuesto en seguida!; o si yo fuera una Reina Maga, habría estado en una carroza de la cabalgata en lugar de estar aquí contigo”.
Una vez descubierto el secreto… ¿qué hacer si se sienten engañados?
Cada vez son más los padres que deciden celebrar la Navidad de una manera diferente con sus hijos desde que son pequeños para evitar hacerlos vivir un engaño. Aún siguen siendo, sin embargo, una minoría los progenitores que optan por ello; la mayoría sumergimos a nuestros hijos en la magia de la Navidad. Lejos de debatir qué es y que no es correcto, es cierto que puede ocurrir que descubren la verdad se sientan engañados; “en mi experiencia esto ocurre pocas veces, pero ocurre”, apunta De Miguel. “Y los padres nos sentimos mal e injustamente tratados. ¡Todo lo he hecho por ti, y ahora te disgusta!”.
La clave en este punto es, nos aconseja, “mantener la calma”. Es importante “comprender que tu hijo se está despidiendo de una parte de su infancia, y es una despedida complicada. Si este es tu caso, yo te animo a que transformes la ilusión de antes en una nueva ilusión: ahora tu hijo forma parte del mundo de los mayores donde se protege el misterio, y tiene que guardar un secreto de manera responsable y emocionante. Hazte su cómplice. Hazle sentir importante”.
Cómo mantener la magia de la Navidad una vez descubierto ‘el secreto’
A veces, los padres creemos que, en el momento en el que nuestros hijos sepan la verdad, su infancia habrá acabado. Incluso, algunos niños no preguntan ni dicen nada a sus padres cuando ya conocen el secreto por temor a que dejar de recibir regalos por Papá Noel o los Reyes Magos. Pero no tiene por qué ser así. Más que pensar en etapas de la vida que van pasando, Amaya de Miguel recomienda “pensar que la vida es un camino en el que nos encontramos varios paisajes; hay un paisaje de la Navidad en el que nuestros hijos disfrutan pensando que vienen los Reyes, y este paisaje se transforma en otro en el que, sabiendo que los Reyes son los padres, pueden (¡podemos!) seguir disfrutando”, asegura.
“Para muchos de nosotros -niños y adultos-, la Navidad es mucho más que recibir o dar regalos. Esta es una parte importante, como también lo es el reunirse con la familia, cantar villancicos (en las casas donde se cantan), comer cosas que no se comen todo el año, probar nuevas recetas, pasar la noche en casa de nuestros familiares… Normalmente los niños siguen disfrutando todo esto cuando aprenden que los Reyes son los padres. Y, además, ¡les sigue encantando recibir regalos!”.