madre abraza a su hija© GettyImages

Adolescentes

¿Cómo ayudar a tu hija si le da miedo la llegada de su primera menstruación?

Miedo al dolor, a dónde y cómo les llegará o, incluso, a los comentarios de los compañeros de clase; las niñas y preadolescentes suelen necesitar apoyo emocional de cara a la menarquia


27 de noviembre de 2023 - 17:34 CET

La menarquia o primera menstruación implica en las niñas mucho más que cambios a nivel físico. Cuando por desarrollo físico o por edad ellas empiezan a ser conscientes de que les puede llegar en cualquier momento, muchas sienten miedo. Un miedo que suele girar en torno a la posibilidad de que les cause dolor o a cómo y dónde les vendrá, si les pillará desprevenidas y todo el mundo se enterará. “La menarquía es un hecho muy importante en la vida y como tal es importante darle un lugar”, nos dice Lola Hernández, psicóloga y fundadora de La Caravana Roja (lacaravanaroja.com), un movimiento de cultura menstrual y terapia femenina integrativa. “En muchos casos no se atienden las preguntas, dudas o emociones de las niñas y adolescentes en este momento de su vida, y esta ausencia de espacios o acompañamiento es lo que más afecta psicológicamente, ya que pueden asociar la menstruación al miedo, la vergüenza, el rechazo o la soledad”.

Para ti que te gusta

Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte

Navega de forma ilimitada con nuestra oferta

1 año por 49€ 9,80€

Este contenido es solo para suscriptores.

Celebramoscon un 80% de descuento.

Suscríbete 1 año por 49€ 9,80€

TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE CADA MES POR ESTAR REGISTRADO.

Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.

La experta nos explica que “cuando no hay un acompañamiento y la niña o adolescente vive la menarquía con miedo, rechazo y vergüenza sin el apoyo de los adultos de referencia es más probable que desarrolle dolor menstrual, inseguridad, baja autoestima o rechazo hacia ser mujer”. La causa detrás de todo ello es que, “de manera inconsciente, asocia la menstruación con que hay algo erróneo en su cuerpo y en el cuerpo de las mujeres y, por lo tanto, es más probable que se rechace a sí misma con las consecuencias psicológicas y emocionales que ello conlleva”.

De ahí que Hernández recomiende “incorporar la educación menstrual tanto en casa como en los centros educativos” como el mejor antídoto para evitar miedos e inseguridades y para lograr que “la llegada de la primera menstruación sea contemplada de manera saludable y positiva”. Pero… ¿cómo se imparte la educación menstrual? ¿Cómo podemos ayudar a nuestra hija a combatir sus miedos ante la menarquia?

¿Cómo ayudar a nuestra hija cuando necesita apoyo emocional ante la llegada de su primera menstruación?

“Cuando una niña o adolescente sabe que puede contar con su familia como apoyo es un gran paso para compartir el miedo a la llegada de la primera menstruación y poder afrontarlo con más seguridad y confianza”. Por eso es importante seguir una serie de pautas con ellas:

  • Normalizar la llegada de la menstruación. Es fundamental dejar de lado los tabús en torno a la menstruación y “hablar con naturalidad en casa acerca de la menstruación y los cambios en el cuerpo o celebrar que la llegada de la menstruación es un hecho relacionado con el crecimiento y con la salud” y, por tanto, ayudarla a interiorizar que se trata de algo positivo en su desarrollo.
  • Leer con ella libros relacionados con la menarquia y la menstruación. En algunos casos, puede resultar de gran utilidad leer libros específicos sobre el tema. No es necesario que sea un gran ensayo; en el mercado ya hay opciones de libros infantiles o juveniles que explican las nociones más básicas y que, incluso, dan respuesta a los principales temores que pueden surgir a las preadolescentes al respecto. Si optamos por esta vía, es importante “compartir con ellas la lectura” para poder atender las dudas adicionales que puedan surgirles y, sobre todo, para servir de soporte emocional y permanecer a su lado en ese momento.
  • Ponernos en su lugar. “Siempre recomiendo a las madres que recuerden el momento de la llegada de su primera menstruación y hacerse estas preguntas: ¿cómo me sentí cuando tuve la menstruación por primera vez? ¿con quién estaba y qué me dijeron? ¿qué hubiera necesitado?”, apunta la psicóloga. “Al responder a estas preguntas, es probable que sirvan de inspiración para empatizar con sus hijas y tener en cuenta que ellas como adultas pueden acompañarlas”.

Cómo ayudarla cuando los miedos surgen por lo que pueda ocurrir en su entorno escolar

En no pocas ocasiones, los miedos, más que por el dolor o por los cambios físicos que puedan derivar de la menarquia, vienen por el qué dirán. En una etapa de la vida tan condicionada por la opinión del grupo, puede ser un verdadero quebradero de cabeza pensar en cómo aparecerá la menstruación: si mancharán en clase, en el autobús o en la calle y todos la verán y, en el caso de las niñas más precoces que sean de las primeras del curso a las que le llega la regla, qué ocurrirá si sus compañeros descubren que la tiene. “En este caso es importante mostrarle los diferentes productos de higiene menstrual, como compresas, copas menstruales o ropa interior absorbente, para que se vayan familiarizando y que ellas mismas comprueben que tendrán estos recursos para sentirse más seguras”, apunta la experta.

Debemos también “ofrecerles consejos básicos si en algún momento manchan en clase o en el autobús como por ejemplo, llevar toallitas higiénicas en la mochila y avisar a una profesora o profesor de su confianza para pedir ayuda. Este apoyo les genera más seguridad y siempre es fundamental que nos pongamos en su lugar y acompañarlas en este momento desde la calma, la empatía y la escucha activa”.

Más allá de estos consejos prácticos que tendrán que aprender antes o después, Lola Hernández recomienda, además, “hablar con ellas sobre el significado de la sangre menstrual como un símbolo de sangre de vida e incluso reflexionar con ellas sobre por qué existe el miedo a mancharse con la menstruación y quizá no hay tanto miedo con otro tipo de manchas”.

“Recordemos que una mujer tiene la menstruación durante aproximadamente 40 años de su vida, por lo que si acompañamos a las niñas y adolescentes a contemplar la menstruación como un indicador de salud y como un hecho positivo estamos ayudándolas en su desarrollo personal a lo largo de la vida”.