regalos de pap noel© GettyImages

Navidad

Cómo pedir a los abuelos que limiten el número de regalos para nuestros hijos en Navidades

A veces ellos y otros familiares piden tantos juguetes a Papá Noel y a los Reyes Magos para los niños que estos se acaban saturando y dejando de lado a muchos de ellos


27 de noviembre de 2023 - 12:01 CET

Las Navidades están ya a la vuelta de la esquina y, con ellas, la ansiada llegada de Papá Noel y los Reyes Magos. En la mayoría de las casas en las que hay niños, se está pensando ya en escribirles la carta (si es que no se ha hecho ya) y cada vez son más los padres que toman conciencia de la necesidad de reducir el número de regalos que se les pide, ya no tanto por una cuestión económica (que también), sino por los efectos negativos que puede ocasionar en los niños un exceso de regalos.

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Sin embargo, por muy claro que tengamos que es importante poner coto al número de sorpresas que recibirán nuestros hijos, en no pocas ocasiones se acaba yendo de las manos. Abuelos, tíos y otros familiares también escriben la carta para nuestros peques y el resultado es que reciben tantos obsequios que luego no prestan atención ni llegan a jugar nunca con muchos de ellos. Teniendo en cuenta que lo hacen con la mejor de sus intenciones, ¿qué podemos hacer para convencer también a estos familiares de la necesidad de limitar el número de regalos que van a recibir nuestros hijos?

Pautas para limitar el número de regalos que nuestros hijos reciben de otros familiares en Navidades

Debemos siempre partir de que no podemos imponer nada a quien, con todo su amor y generosidad, quiere hacer un regalo a nuestros hijos (a no ser que el tipo de regalo interfiera en nuestro tipo de crianza o que consideremos, por un motivo u otro, que no es acorde a las necesidades o a la edad de los niños). Por eso, lo que proponemos a continuación son ideas a sugerir, si bien lo más probable es que accedan con gusto si les explicamos por qué preferimos hacerlo así. Las pautas más básicas son las siguientes:

  1. Que todos los regalos ‘salgan’ de la misma carta. Nuestros hijos escriben una sola carta (a ser posible, con nuestra ayuda) y Papá Noel y los Reyes Magos reparten como consideren oportuno esos regalos en todas las casas de sus familiares. Es decir, lo más práctico es decirles directamente lo que los niños han pedido para asegurarnos que sea eso lo que reciben en casa de los abuelos; así, por ejemplo, si han pedido cinco regalos, pueden recibir tres de ellos en nuestra casa y uno en casa de cada abuelo. De este modo, además, nos aseguramos que los Reyes y Papá Noel van a acertar también allí.
  2. Escribir cartas conjuntas. En las familias en las que hay muchos adultos dispuestos y felices por regalar, la opción más idónea es que se junten y hagan una aportación común para comprar un único regalo (o un par, según el caso). Quizás, se puede aprovechar esta circunstancia para el regalo de mayor precio que han elegido nuestros hijos. Los peques estarán mucho más felices de recibir un único regalo muy especial en lugar de muchos (de los cuales es posible que algunos de ellos ni siquiera les gusten).

¿Y si aún así nuestros hijos acaban recibiendo regalos en exceso en Navidad?

A veces, abuelos y tíos acaban pidiendo a los Reyes y a Papá Noel lo que ellos quieren para nuestros hijos. Tampoco es extraño que, por mucho que ellos sí se hayan atendido a la petición de los padres al respecto, el reencuentro tan propio de estas fechas con familiares a los que vemos menos a menudo acabe dando al traste nuestro plan en cuando al número de regalos. Cuando ocurren alguna de estas situaciones, lo que proponen Isabel Cuesta y Daniel Pérez, especialistas en disciplina positiva y fundadores del proyecto educacional Educa en positivo, es “optar por la rotación de juguetes”.

“Como padres podemos sugerir algunas ideas a los familiares y seres queridos, pero no tenemos un control absoluto”, nos dicen. Por eso, la rotación de juguetes es la solución más eficaz frente al exceso de regalos en esta época del año: “algunos los guardamos y dejamos otros a su alcance; cuando se ha perdido el interés, sacamos alguno de los que teníamos reservados y así los aprovechamos mejor”, explican.

De este modo, damos la oportunidad a nuestros hijos de que jueguen con todo aquello que reciben y, sobre todo, de que valoren cada uno de los regalos, incluso de aquellos que no les gustan tanto y acaban utilizando menos. En este sentido, Isabel Cuesta y Daniel Pérez proponen una idea que permitirá a los niños interiorizar más todo eso y, al mismo tiempo, favoreceremos que vayan desarrollando otros valores como el altruismo y la conciencia social; la idea en cuestión es la donación de juguetes que se quedan nuevos.

“Nosotros lo practicamos semanas antes de Navidad. Así somos más conscientes de aquello que tenemos, lo que realmente no despertó un interés real, más allá de la emoción inicial, y el deseo de dar una segunda oportunidad a esos juguetes que no hemos aprovechado y que quizás otros niños con menos recursos sí puedan hacerlo”, cuentan los expertos en disciplina positiva. “Pero donemos con cabeza, juguetes muy usados, rotos o donde falten piezas, es decir, aquellos que no desearíamos encontrar bajo nuestro árbol el día de Reyes, no son aptos para donación”.