La roséola es una enfermedad infecciosa, aguda, epidémica, que se transmite de persona a persona por contagio directo a través de las gotitas de pflügge, es decir, las pequeñas gotas de las secrecciones, sobre todo de saliva y moco, que se expulsan al hablar, toser, estornudar o al espirar. Está producida por el Virus VHH-6, un miembro de la familia de los virus herpes, que es el causante de esta enfermedad y a la cual también se la conoce también como Exantema súbito o sexta enfermedad. Esta última denominación es consecuencia de estar incluida entre las enfermedades exantemáticas propias de la infancia: escarlatina, sarampión, varicela, rubéola, megaloeritema y roséola o Sexta enfermedad.
La roséola está incluida en el grupo de los exantemas máculo papulosos morbiliformes y afecta a los niños entre los 6 y los 18 meses de edad, siendo casi todos seropositivos pasados los dos años de edad.
¿Cómo reconocer los síntomas de la roséola en los niños?
Se caracteriza por la aparición súbita de fiebre elevada sin otros síntomas iniciales que se mantiene a lo largo de cuatro-seis días y que justo cuando aparece el exantema la fiebre baja y desaparece. En algunos casos, a lo largo del proceso, aparece tos, congestión nasal, síntomas digestivos y síntomas neurológicos que, en pacientes predispuestos, pueden dar lugar a convulsiones febriles.
El exantema tiene corta duración (24-48 horas) y es de características maculo-papulosas, rosado y localizado en tronco y extremidades. En las exploraciones analíticas aparece un descenso de los leucocitos y una cifra reducida de linfocitos. Las pruebas serológicas pueden ser realizadas para el diagnóstico.
Así realiza el pediatra el diagnóstico
El diagnóstico lo suele realizar el pediatra analizando los síntomas clínicos. Recordemos de nuevo que esta es la única enfermedad exantemática en la que la erupción cutánea aparece cuando la fiebre desciende y desaparece, cuando en las demás enfermedades con exantema morbiliforme la erupción exantemática y la fiebre tienen un curso paralelo. Por lo tanto, las exploraciones analíticas suelen ser necesarias en contadas ocasiones.
Sí tiene interés el diagnóstico diferencial de la roséola con otras enfermedades exantemáticas acompañadas de fiebre. Y podemos recordar entre otras:
- Exantemas purpúricos: sepsis meningocócica.
- Exantemas vesiculosos: varicela, herpes zoster, síndrome boca-mano-pie y la acrodermatitis papulosa.
- Exantemas Máculo-Papulosos: escarlatina, enfermedad de Kawasaki, sarampión, rubéola y el megaloeritema.
¿Qué tratamiento hay que administrar a los niños frente a la roséola?
El tratamiento de las infecciones provocadas por el virus VHH-6, dado su pronóstico leve, es sobre todo sintomático y de soporte y se centra en el tratamiento antitérmico y en el alivio de los síntomas. Los medicamentos antivirales no se han mostrado necesarios, ni han sido muy eficaces.
En pacientes predispuestos y ante la fiebre elevada y mantenida, pueden aparecer crisis convulsivas, que precisarán de un tratamiento antitérmico enérgico y un tratamiento anticonvulsivante, con vigilancia y observación posterior.