El movimiento libre es esencial para un correcto desarrollo motor del bebé y, con él, para un mejor desarrollo cognitivo. Tiene multitud de beneficios para el pequeño: “les permite desarrollar habilidades motoras, coordinación y equilibrio, además de mejorar su comprensión del espacio y su propio cuerpo”, nos detalla Aurora Matés, fundadora de Mimaar y creadora del Enrollagateo. Por el contrario, el no fomentarlo puede tener repercusiones en distintos niveles: en el plano motor, en el desarrollo de huesos y músculos y en no recibir los estímulos adecuados para su desarrollo cognitivo. Pero ¿qué es exactamente el movimiento libre? “El movimiento libre del bebé consiste en no limitar sus movimientos”, permitir que exploren con total libertad, pero movimiento libre también significa “no forzarlos a alcanzar hitos de desarrollo”.
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Es decir, muchos padres se esmeran en poner a sus hijos en posiciones que aún no pueden mantener porque aún no ha desarrollado la capacidad para hacerlo, como gatear, sentarse, caminar… Sobre esta tendencia nos advierte la fisioterapeuta pediátrica Laura Benedicto, de Mimaar: “en ocasiones, como padres o madres, nos puede la ilusión de querer que aprendan nuevas cosas y tendemos a sentarlos antes de que ellos lleguen a hacerlo solos o les damos las manos para caminar, cuando aún no están preparados. Esto muchas veces acaba en un problema de neurodesarrollo y un bebé que se salta fases, puede provocar que rechace después el suelo, el arrastre, el gateo y se pierden la posibilidad de salir y entrar de las diferentes posiciones de forma autónoma”, subraya.
Tan perjudicial es no darles libertad para moverse y explorar como obligarlos a hacerlo antes de que estén capacitados para ello, puesto que “forzar movimientos también puede ser nocivo para sus estructuras (piernas, espalda…) si aún no están preparadas”. Los padres hemos de intentar no agobiarnos porque nuestros hijos vayan adquiriendo ciertos hitos del desarrollo algo más tarde “porque un bebé sano sin ninguna alteración en su estructura, al que le brindamos posibilidades de exploración y estímulos adecuados en su entorno, lo más normal es que vaya llegando solo a todas las posiciones e hitos motores dentro de unos márgenes cronológicos”.
Aun así, “es importante resaltar que siempre hay que observar el desarrollo del bebé y acudir a un profesional si observamos alguna dificultad”, añade Aurora Maté.
Así puedes favorecer el movimiento libre de tu hijo
Teniendo claras estas primeras premisas, ¿cómo podemos fomentar el movimiento libre del bebé y del niño pequeño? “Es importante brindar un espacio seguro para esta práctica”, señala Maté. Lo primero es retirar todo aquello que represente un peligro potencial para nuestro hijo (objetos que se pueda tragar, cerrar y proteger puertas y ventanas para que no se pille y para que no salte por ellas, tapar los enchufes…). Eso cuando ya es capaz de reptar o gatear, ya que su mayor interés en esa etapa será explorar el entorno.
Una vez que hemos comprobado que nuestro hogar está libre de riesgos para nuestro niño, podemos fomentar el movimiento libre del bebé “ofreciendo suelo”, tal y como apunta la fisioterapeuta pediátrica. Debemos hacerlo “desde bien pequeñitos, de manera progresiva, a nuestro lado y dejándoles que vayan explorando poco a poco el resto de la casa, intentando no limitarles la movilidad dentro de parques con barreras altas o elementos como tacatás o similares”.
Para ello “una colchoneta de gateo es la mejor herramienta para desarrollar el movimiento libre, ya que lo protegerá de caídas y del frío suelo”, añade Maté. Debemos procurar que “la colchoneta sea de materiales respetuosos con su piel y transpirable, ya que pasará horas en contacto con esta superficie”. También debe ser “firme y estable, para no limitar sus movimientos, y antideslizante, para evitar resbalones”.