Lo habitual es acudir a la consulta de un fisioterapeuta pediátrico cuando comprobamos que nuestro hijo padece algún dolor óseo o articular o ante determinadas lesiones. Sin embargo, esta figura es fundamental en la infancia y, en concreto, en los primeros meses de vida, no solo a nivel patológico, sino para aportar bienestar y tranquilidad a las familias y evitar complicaciones en el futuro.
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“La fisioterapia infantil tiene como objetivos acompañar el neurodesarrollo de los niños, prevenir posibles alteraciones, tratar y mejorar las estructuras dañadas, educar a las familias como grandes estimuladores, mejorar la calidad de vida de los pacientes y fomentar la participación en los entornos naturales”, nos detalla Belén Concejero, fisioterapeuta y osteópata pediátrica, y experta en neurodesarrollo en @littlebylittlefisioterapia. “Tanto en niños con diversidad funcional o discapacidad como en peques que no la tengan, es importante valorar y acompañar su correcto crecimiento”.
¿Reflujos?, ¿cólicos? El papel de la fisioterapia pediátrica en la mejora de molestias digestivas del bebé
Se estima que entre un 8 y un 40% de bebés sufren el llamado cólico del lactante, según datos proporcionados por la marca de alimentación infantil Nutribén. A esta, hay que sumar otras afecciones muy comunes como el reflujo gastro-esofágico y el estreñimiento. ¿Pueden aliviarse con la fisioterapia pediátrica? Belén Concejero confirma que sí: “través de técnicas manuales locales y a distancia, podemos mejorar y aliviar los síntomas tan característicos de los primeros meses de los bebés”.
“ Su sistema digestivo es inmaduro y mientras aprende y ensaya su correcto funcionamiento, podemos acompañar el proceso”, asegura. Para ello es “clave también la formación de las familias en el manejo de estas situaciones” y, del mismo modo, “es importante en los casos de reflujo gastroesofágico patológico o estreñimiento hacer equipo con pediatras para diseñar un tratamiento efectivo”.
La experta da, además, unas pautas básicas para prevenir en casa las molestias digestivas:
- Portear al bebé , con especial cuidado de hacerlo de forma correcta
- Utilizar una pelota de pilates para botar en ella suavemente con el bebé en brazos
- Darle masajes digestivos, habiendo practicado previamente con la matrona o el fisio pediátrico la manera adecuada de realizarlo
- Valorar el tipo de alimentación, si se está realizando de manera correcta o hay que introducir cambios, tanto en lactancia materna como en lactancia artificial. Para ello, habrá que acudir al pediatra y solicitar la evaluación ante posibles intolerancias o alergias.
El papel de la fisioterapia pediátrica para mejorar el curso de infecciones respiratorias
Y ahora que el otoño ya ha hecho acto de presencia, vuelven con fuerza afecciones respiratorias como las bronquiolitis y catarros. ¿Cómo es posible mejorar los síntomas en los niños con fisioterapia? “La fisioterapia respiratoria elimina el exceso de moco generado tan característico de todas las infecciones. Gracias a esto los procesos se acortan, las medicaciones se administran mejor y, por lo tanto, también durante menos tiempo y los peques vuelven a poder comer y dormir con normalidad”, detalla Concejero. “Son técnicas de higiene bronquial que se adaptan a la edad del bebé o del niño. No son dolorosas y se combinan con recomendaciones para casa de lavados nasales y nebulizaciones”.
¿Por qué acudir a un fisio pediátrico para prevenir diferentes patologías?
“Los fisioterapeutas infantiles hacemos una valoración mecánica y neurológica completa del bebé y del niño. Al ser expertos en biomecánica y neurodesarrollo, podemos detectar problemas de postura, de movimiento o rango articular, de funciones alteradas de estructuras o de gestos o hitos aún no alcanzados o patológicos. En niños sin alteraciones 0 diagnóstico sigue siendo igual de importante la prevención y el acompañamiento”, asegura la experta. “Somos capaces de ver y tratar problemas en bebés recién nacidos como: frenillo restrictivo corto o anquiloglosia, tortícolis congénita, patrones en extensión y tensiones cervicales, distensión abdominal, bajo tono muscular, retraso madurativo o desarrollo motor alterado”.
Además, desempeñan un papel clave en el tratamiento de la plagiocefalia, una deformidad craneal bastante común. “Ocurre cuando se aplana un lado de la cabeza frente al otro. Es muy característico ver una oreja más adelantada que otra, un ojito más cerrado, problemas asociados de giro de cuello y de trabajo orofacial”. Modificaciones o alteraciones que van mucho más allá de una mera cuestión estética, ya que pueden llegar a afectar al correcto desarrollo del bebé, a la vista o al oído.
“Hay peques que nacen con ellas pero lo normal es que sean posturales; se van adquiriendo con semanas de vida”, explica Concejero. Por ello, “la prevención y el tratamiento precoz en estos casos es clave”, subraya. “El crecimiento del cráneo nos marca el ritmo y es ideal empezar el tratamiento antes de los 3 meses. Si no llegamos a tiempo y la deformidad craneal es severa combinamos fisioterapia con ayuda ortopédica o casco”.