Paris Hilton ha recibido numerosos comentarios en redes sociales sobre el aspecto físico de su bebé, Phoenix Barron, de tan solo 9 meses, tras haber subido una imagen con él en sus perfiles públicos. A tal punto han llegado los comentarios hirientes que la heredera del imperio hotelero ha tenido que hacer frente a ellos: “hay algunas personas enfermas en este mundo“, dice con evidente malestar. “Y sí, por supuesto que ha ido al médico, simplemente tiene un cerebro grande”. Una explicación acerca de una característica física de su pequeño que no tendría por qué haber dado públicamente y a la que puede haberse visto obligada por presión social.
¿Qué hacer ante una situación así?¿Puede un padre o una madre tomar medidas legales contra quienes hacen comentarios ofensivos contra su hijo menor de edad en redes sociales? En España, “los comentarios negativos siempre que den un trato degradante o humillante hacia la persona que realiza la publicación o hacia el menor, por supuesto son denunciables y están recogidos en el Código Penal”, nos indica Jennifer Muñoz, abogada especialista en derecho de familia en Le Morne Abogados. “En el caso de que esos comentarios negativos fueran dirigidos a los padres, son ellos mismos quienes encabezan esa acción en nombre propio. Y en el caso de que esas publicaciones o comentarios negativos lo fueran con respecto de sus hijos menores, pues la acción la han de ejercitar a los padres en representación legal de los hijos, pero en todo caso son acciones que se persiguen judicialmente y están tipificadas en el Código Penal”.
Si, además, esos comentarios son reiterados en el tiempo y pasan a considerarse ciberacoso o ciberbullying , este “es claramente un delito penal que puede acarrear cárcel con penas que van de tres meses a dos años y multas de 6 a 24 meses”. Por otro lado, habría que tener en cuenta que, “como sucede en la mayoría de los casos, si la víctima acosada es una persona especialmente vulnerable por causas de su edad o situación de salud, se puede imponer una pena de prisión de seis meses a dos años sin multa”, aclara.
Por supuesto, como medida práctica a llevar a cabo de inmediato, es posible bloquear al usuario que ha escrito el comentario en cuestión y reportarlo a la red social como inadecuado. Eso sí, si se tiene previsto tomar medidas legales, lo mejor es no borrarlo para poderlo presentar como eventual prueba.
La tecnología, una alternativa para intentar atajar el problema
Una solución intermedia con la que sí sería posible eliminar el contenido, sería acudir a empresas de tecnología especializadas que se encargan de borrar el rastro digital de determinados contenidos. Si bien están orientadas a borrar contenido gráfico (fotos o vídeos), sería una manera de intentar acabar con ciertos comentarios en caso de que la imagen se haya repicado y vuelto a subir a otras redes sociales y a otros perfiles.
Es lo que hace el llamado ‘Botón rojo’ de la empresa RepScan, cuyo CEO, Josep Coll, nos explica que, al activar dicho botón, “los padres del menor, en minutos, pueden detallar el problema y firmar los documentos necesarios para poder eliminar en horas esos contenidos en internet que son humillantes para menores”.
A pesar de borrarse el contenido, sería posible emprender posteriormente acciones legales: “Nosotros documentamos todo el proceso, los padres pueden ver en la plataforma, a tiempo real, todo lo que está pasando, dónde estaban esos contenidos y cuándo se han eliminado, así como sus republicaciones”, detalla Coll. “Eso hace que después puedan tomar medidas legales contra las personas que hayan publicado y realizado este acoso digital”.
El sharenting, a debate
Una vez deliverada la opción de acudir o no a la justicia, una situación como la vivida por Paris Hilton vuelve a poner sobre la mesa la cuestión del sharenting ; es decir, ¿es lícito que los progenitores suban a sus redes sociales o compartan en plataformas de mensajería instantánea imágenes de sus hijos menores de edad?
Aunque no seamos conscientes de ello, eso deja ya una huella digital que será, en la mayoría de los casos, imborrable, por mucho que, como nos explica la abogada Jennifer Muñoz, el menor “tenga la posibilidad, al alcanzar la mayoría de edad, de reclamar la retirada de las fotografías y publicaciones sobre su persona, pudiendo obtener una indemnización por daños morales”.
Esa huella digital no la han decidido ellos y, de una u otra forma, tendrá implicaciones en su futuro (incluido su futuro laboral, pues la mayoría de los reclutadores comprueban ya la vida digital de los candidatos). Hemos de ser conscientes, además, que esta tendencia de compartir imágenes de nuestros hijos de manera indiscriminada puede volverse en nuestra contra cuando los niños vayan creciendo y dispongan de su teléfono inteligente. ¿Cómo poner coto a lo que comparten en redes sociales o en otras vías telemáticas si nosotros mismos no lo hemos hecho antes?