El postparto puede ser una etapa muy complicada para muchas mujeres. A los cuidados y la atención al bebé recién nacido se une el baile hormonal, la exigencia de hacerlo bien, el cansancio, y sentirse en un cuerpo que no era el que tenía antes de esos nueve meses. Algunas madres lograrán volver a su figura anterior y otras no, pero sí es importante conocer todos los factores que influyen, por ejemplo, en la tripa postparto. El estado del suelo pélvico es uno de ellos.
Para ti que te gusta
Lee 8 contenidos al mes solo con registrarte
Navega de forma ilimitada con nuestra oferta
1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
Este contenido es solo para suscriptores.
CelebramosSuscríbete 1 año por 49€ 9,80€
TIENES ACCESO A 8 CONTENIDOS DE
Recuerda navegar siempre con tu sesión iniciada.
Para profundizar más en el tema hemos recurrido a Marta Aranda, fisioterapeuta de Clínica Bmum en Madrid (www.bmum.es).
La importancia del suelo pélvico en la distensión abdominal postparto
“El suelo pélvico no es una estructura aislada, sino que trabaja conjuntamente con la faja abdominal, el diafragma y la musculatura profunda de la espalda”, explica la experta. La tripa que queda en el postparto suele relacionarse con la debilidad o la falta de tono justamente de esa faja abdominal, “y esto puede generar también problemas en la musculatura del suelo pélvico por una mala gestión de la presión intraabdominal”, señala.
Esa musculatura abdominal no se va a recuperar de inmediato al dar a luz. La vuelta al estado anterior o a uno similar va a depender de muchos factores como la ganancia de peso que se haya experimentado durante los nuevemeses anteriores, el tamaño del bebé o la cantidad de líquido amniótico. “Pero el factor fundamental es haber realizado o no actividad física durante el embarazo”, destaca la fisioterapeuta.
No hay que tener demasiada prisa para caber en la ropa de antes o sentirse igual ante el espejo. El cambio que se ha producido en muy significativo y en general harán falta entre tres y seis meses para “recuperar la musculatura y la funcionalidad del abdomen”, recalca.
Trabajar el suelo pélvico durante el embarazo
Cada vez más embarazadas toman conciencia de la importancia de la prevención y de cuidados específicos en estos nueve meses en este ámbito. Para ello, se necesita una valoración especializada por parte de un fisioterapeuta. Tras este examen, “lo principal es trabajar específicamente durante el embarazo la musculatura del transverso abdominal y el suelo pélvico”, comenta Marta Aranda.
Este trabajo va a permitir a la mujer aprender técnicas y ejercicios específicos para mantener la musculatura profunda tonificada y así evitar la diástasis abdominal en el postparto (que no es más que la separación de partes que habitalmente están unidas).
“Una correcta activación de nuestra faja abdominal y nuestro suelo pélvico, junto con una correcta postura y respiración, son la clave para prevenir”, indica. Además, “el trabajo de fuerza durante el embarazo ha demostrado no solo ser seguro sino también fundamental para prevenir disfunciones en el postparto”.
Pasos a seguir en el postparto
Una vez la mujer ha dado a luz, lo primero que se hace es una valoración integral desde la fisoterapia pasada la cuarentena. Así, se explora manualmente y mediante ecografía funcional el estado del abdomen y del suelo pélvico, además de evaluar la postura y la respiración. Todo ello tiene una importancia en esa recuperación abdominal.
Según los resultados, se programa un plan u otro de tratamiento, que va a variar en función de la sintomatología que presente la mujer. “Utilizamos diferentes técnicas como radiofrecuencia, electroestimulación, biodfeedback, terapia manual, ejercicio terapéutico, ejercicios funcionales o posturales y readaptación del esfuerzo”, detalla la especialista de Bmum. El objetivo no es otro que lograr que tanto el abdomen como el suelo pélvico recuperen su funcionalidad.
No obstante, hay que saber que desde el principio, tras dar a luz, la madre puede comenzar con ejercicios suaves de tonificación de la faja abdominal y el suelo pélvico, ejercicios respiratorios y posturales, “respetando el descanso y la necesidad de recuperación de nuestros tejidos tras el parto”, insiste la especialista. Será ya pasasda la cuarentena y tras la evaluación pertinente, cuando pueda comenzar con ejercicios más enérgicos, siempre “bajo la supervisión de un profesional”.
¿Cuándo es necesario una intervención mayor?
A veces el abdomen, a pesar de los ejercicios y el tratamiento de fisioterapia, sigue mostrando una excesiva distensión. Es el momento de pensar en otras soluciones. Tal como detalla la experta, ocurre cuando:
- Persiste tras el programa de fisioterapia una diástasis superior a tres centímetros.
- La piel está muy dañada por exceso de flacidez o estrías.
- Hay exceso de grasa abdominal.
- La paciente continúa con sintomatología digestiva.
- Hay disfunciones en el suelo pélvico.
- La mujer tiene dolor lumbar.
En estos casos se puede plantear la opción quirúrgica “mediante REPA (reparación endoscópica pre-aponeurítica) o abdominoplastia”, señala. “El tipo de cirugía será diferente según el caso, pero el tratamiento de fisioterapia pre y post quirúrgico también es fundamental para garantizar el éxito de la intervención”, subaya Marta Aranda.