Que la música tiene multitud de beneficios en los niños es algo que se sabe desde hace tiempo, si bien cada nuevo estudio arroja información detallada que lo confirma. Así, gracias a diferentes investigaciones, se ha comprobado que “la música actúa sobre el individuo de una forma organizada y estructurada, e incide no solo directamente sobre la mejora de las habilidades cognitivas , sino también sobre aspectos o componentes sensoriales, motores, emocionales, sociales, etc.”, nos explican Sonia Sánchez, musicoterapeuta y especialista en Pedagogía Musical y Jordi A. Jauset, codirector del máster en Neuromúsica de NUS Agency, centro especializado en formación de profesionales de la salud.
Principales beneficios de la música en el cerebro infantil
- Potencia amplia variedad de habilidades. “Algunos de los principales beneficios que la música ejerce sobre el cerebro, en especial el de los bebés y niños, es que es capaz de intervenir en la creación de estímulos que posibilitan la activación de diferentes circuitos cerebrales relacionados con las emociones, la integración sensorial, el desarrollo del lenguaje (gracias a la utilización de los tonos, melodías, ritmos, intensidades….) que van a posibilitar un acercamiento al código lingüístico, fomenta la creatividad, la imaginación, la capacidad atencional, la memoria, la concentración, y un largo etcétera”, detallan los expertos.
- Activa un gran número de áreas cerebrales. Investigadores del Hospital Infantil de México Federico Gómez comprobaron en 2016 mediante resonancia magnética cómo, en tan solo nueve meses de entrenamiento musical, se produjo un crecimiento de fibras y nuevas conexiones en el cerebro de los niños que formaron parte del estudio (estos niños tenían entre 5 y 6 años, eran diestros y neurotípicos, es decir, no se les había diagnosticado ningún tipo de trastorno neurológico ni de otro tipo en ese momento).
- Ayuda a niños con trastornos neurológicos. Lo más destacable de la investigación es que vieron que ese crecimiento tenía lugar en partes del cerebro que se asocian a trastornos de déficit de atención y a trastornos del espectro autista. Aunque ya se sabía que la música era beneficiosa también para menores con estos trastornos, el estudio del hospital de México arroja una mejor comprensión del funcionamiento de su cerebro y de cómo reacciona ante la música.
- Favorece el desarrollo evolutivo de los niños de manera integral. “Podemos afirmar que la música es un elemento que contribuye a generar y activar la red y conexionado neuronal del cerebro de la etapa infantil, interviniendo de forma muy positiva en el desarrollo evolutivo integral del individuo”, señalan Sánchez y Jauset.
Cómo estimular al niño a través de la música
- Exploración mediante el juego. El poder de la música en la etapa infantil “se intensifica cuando ésta es experimentada por el niño”, nos indican los expertos en pedagogía musical y en neuromúsica. “El niño siente un enorme placer y satisfacción en la realización personal de la práctica instrumental y vocal, a través de los juegos musicales, experimentación de timbres, canto de canciones, realización de ritmos, movimientos, bailes, etc. Es importante y necesario que experimente y que esas creaciones las sienta como suyas, considerándose capaz de realizar hasta sus propias audiciones porque toda esta conjunción de expresiones, estimulaciones, exploraciones proporcionan una serie de herramientas que les van a ayudar a desenvolverse con mayor autonomía y seguridad y, al mismo tiempo, están generando situaciones de aprendizaje funcionales, significativas y emocionalmente positivas”.
- Experimentación con sonidos. “Es importante incidir que, en esta edad, no solo se utiliza la música, entendida como la reproducción de audiciones; debemos tener en cuenta que la música se caracteriza por la combinación de sonidos”. En este sentido, los expertos de NUS Agency destacan “la experimentación con sonidos, por ejemplo, para discriminarlos, asociarlos, realizar juegos sonoros, descripciones de elementos del entorno sonoro (voces, animales, sonidos ambientales), sonidos del cuerpo humano (percusión corporal: palmas, pitos, pies, etc.). Si todo esto también lo complementamos con la expresión plástica (colores, manualidades…) y el movimiento, va a contribuir muy positivamente en la apertura de canales de comunicación y experimentación, favoreciendo un desarrollo físico, mental y emocional equilibrado e integrado”.
La utilidad de tocar un instrumento musical a edades tempranas
Tocar un instrumento musical es, en cierto modo, el culmen del aprendizaje de la música. Los padres de niños de corta edad que tocan el violín, el piano o la guitarra se llenan de orgullo al ver el talento de sus hijos. No es para menos, pues entre otras cosas, “tocar un instrumento desde edades muy tempranas suele llevar implícita una motivación por la ejecución del mismo”. Sin embargo, Sánchez y Jauset advierte de que “esto puede volverse en contra, cuando los niveles de exigencia puedan ser altos, provocando el efecto contrario”.
En todo caso, subrayan que, “a edades tempranas, el objetivo no es formar músicos. Los objetivos se orientan hacia el desarrollo de habilidades y competencias evolutivas en general: potenciar la sensibilidad afectiva, equilibrio de las facultades mentales, estimulación sensorial, desarrollo de la psicomotricidad, lateralidad, integración del esquema corporal, control conductual, mejora de las funciones fisiológicas (ritmo respiratorio, cardíaco), disminución del estrés y estados de ansiedad, etc”.
Ambos expertos en música tienen claro que “la especialización y ejecución instrumental se puede potenciar en un futuro y seguro que, si lo tiene claro, el mismo niño se declinará por profundizar en el estudio del instrumento. Primero se han de proporcionar las herramientas para que de una forma motivadora y lúdica pueda experimentar este maravilloso mundo de la música”.