Ana Iglesias tiene, a sus 39 años, nueve hijos. Es la cara visible de @unalocuradefamilia, como se los conoce a ella y a su familia en las redes sociales, y nos cuenta cómo se organiza ahora mejor que cuando era madre primeriza de un solo bebé. Con niños con edades comprendidas entre 11 años (la edad del mayor, Hugo) y un mes y medio de vida (Luca), la planificación es tan básica como la autonomía de los niños, algo que ella y su marido, Jesús, fomentan desde que son pequeños. Aún así… ¿cómo logran llegar a tiempo por las mañanas al colegio? ¿Cómo les ayudan con los deberes y cómo se organizan con las extraescolares? ¿Qué hacen cuando van todos juntos al parque? De todo esto hemos hablado con Ana, la madre de esta admirable familia.
¿Cómo es el día a día de una familia con nueve hijos?
Puedo decir que es de todo menos monótono. Cuando tienes una familia tan numerosa, tratas de marcar una rutina, porque solo así eres capaz de llegar al final del día sin morir en el intento. Sin embargo, siempre surgen imprevistos: uno que se ha tirado la leche encima antes de salir, otro que olvidó la mochila, de repente los peques han arrasado la nevera y te encuentras sin nada para meterles de almuerzo a la mañana siguiente… es una auténtica locura. Siempre hay un montón de percances que tienes que solventar rápidamente para que no se te descontrole la situación, ya que todo aquello que se sale de la rutina les altera.
¿Cómo os organizáis para vestiros y prepararos todos por la mañana para ir al colegio, un momento de estrés en muchas familias incluso de uno o dos hijos?
Generalmente todos, incluso el de 3 años, son bastante autónomos. Les animamos desde pequeños a que traten de realizar pequeñas tareas por sí solos, como vestirse, recoger la mesa… y todo eso ayuda porque aunque yo les dejo la ropa preparada por tallas antes de levantarse, son ellos los que se encargan de vestirse y bajar a desayunar sin ayuda. Mientras que nosotros nos vamos arreglando, nos encargamos también de los dos más pequeños.
Si durante el desayuno alguno de los pequeños necesita ayuda, son los mayores quienes les echan una mano, por ejemplo, para coger una taza o algo que no esté a su alcance. Pero es muy habitual ver a los de 3 y 4 años servirse solos y apañarse para llegar incluso a los rincones que pudiesen resultar más inalcanzables.
El momento en el que los padres terminamos de arreglarnos suele coincidir con que los peques han terminado el desayuno. Así que se calzan y nos vamos al cole. Es en este intervalo es cuando suceden los imprevistos que a veces nos hacen llegar tarde. Además, yo suelo ser el coche escoba de la casa, que voy recogiendo todo lo que se han dejado a última hora: la carpeta de uno, la chaqueta de otro, el almuerzo, siempre hay algo… Y por eso siempre echo un vistazo antes de salir.
¿Y la hora del baño?
Primero baño al bebé, y cuando ya he terminado, aviso a los demás para que suban a bañarse. Cuando los mayores eran más pequeños, les metíamos a todos juntos en la bañera. Como si se tratase de un trenecito, les íbamos bañando a todos a la vez, así era más rápido y sencillo. Después les sacábamos por orden de edad y les íbamos secando y vistiendo.
Ahora que algunos son más mayores, se meten en la ducha por turnos, mientras los más pequeños se bañan en la bañera. Normalmente, incluso los pequeños nos reclaman hacerlo solos, aunque siempre antes de salir les echamos un vistazo para comprobar si alguno necesita un repaso. La peor parte llega a la hora de secar el pelo y cortar las uñas, momento que se nos hace eterno.
¿El hecho de ser una familia numerosa, de nueve hijos, es algo planeado?
No. En nuestro caso según iban llegando nos dábamos cuenta de que no nos queríamos plantar, pero nunca los buscamos considerando los días de mayor fertilidad según el calendario, simplemente dejamos que ocurriese, que viniese cuando tuviese que venir.
¿Cómo era tu vida cuando eras madre de un solo niño? ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en la maternidad? ¿Te parecen ahora demasiado sencillos?
Vivía muy estresada. No conseguía organizarme nada bien, y mi hijo era muy demandante tanto por la frecuencia en las tomas, ya que nació en pleno mes de julio y hacía mucho calor, como por la necesidad de estar 24 horas en brazos, lo cual me impedía hacer absolutamente nada. Salir de casa era dificilísimo, siempre ocurría algo en el último momento y los imprevistos iban en cadena. Muchas veces se me hacía tan tarde que tiraba la toalla y me quedaba en casa.
Sin duda los cuatro primeros meses fueron muy duros, imagino que es algo por lo que pasan todos los primerizos, la experiencia se nota mucho. Las cosas me salen por inercia, cosas que antes se me hacían un mundo y a las que prestaba atención, de una forma quizás un tanto exagerada, ahora las relativizo mucho más dándoles la importancia real que para mí tienen.
Muchas madres y padres se sienten desbordados con dos, tres o, incluso, un hijo; ¿qué les dirías?
Cada uno se siente desbordado con la situación que tiene. Al final todos nos adaptamos a la situación que tenemos. El que tiene un hijo centra toda su atención y su día a día en él. A medida que vas teniendo más, la atención y el esfuerzo se reparte. Pero puede ser similar, porque el día tiene 24 horas teniendo uno, dos o nueve hijos. Les diría que no me considero ninguna superwoman ; estoy segura de que saldrían adelante al igual que yo, es una cuestión de organización.
Has publicado en tus redes sociales un vídeo sobre cómo ir al parque con 9 hijos y a tu marido explicándoles qué es lo que deberían hacer antes de salir del coche; ¿cómo hacéis para estar pendientes de todos a la vez? (de que no se suban a un lugar demasiado peligroso y no se caigan, los más pequeños no se escapen, respeten turnos y se relacionen de manera adecuada con otros niños…)
Tratamos de evitar acudir a lugares muy saturados para poder controlarlos mejor. Pero si aún así se presenta la situación, es importante recordar las normas antes de salir del coche y recordarles que no deben separarse. Los mayores entienden la situación y colaboran jugando y controlando a los medianos, para que nosotros podamos estar más pendientes de los pequeños.
Aún así estamos continuamente pendientes de todos, de que no les pasa nada y de que respeten a otros niños. La verdad es que aunque les recordemos las normas antes de salir, hay que recordarlas tantas veces como sea necesario mientras juegan.
Has comentado también la importancia de los cabeza de familia, el padre y la madre sean un verdadero equipo y se repartan con equidad todas las tareas tanto del hogar como del cuidado de los hijos. ¿Cómo os las repartís tu marido y tú? ¿Cada uno se encarga de una serie de tareas concretas o vais cambiando en función de las necesidades del momento?
No tenemos tareas asignadas, nunca nos hemos parado a negociar lo que debe que hacer uno u el otro, simplemente vamos colaborando en las necesidades de cada momento según las circunstancias. Por ejemplo, si mi marido está secando el pelo a los niños, yo mientras voy haciendo la cena. Si cuando termina y llega a la cocina yo sigo cocinando, y él ve que hay que vaciar el lavavajillas y se pone a colocarlo sin que nadie diga nada.
Hay días en los que uno está más cansado que el otro, es algo que se percibe y el otro toma en ese momento el control. Se trata de facilitar la convivencia, algo que es sencillo cuando los dos tenemos la misma voluntad de trabajo, y no siempre es el mismo el que carga con toda la responsabilidad. Por supuesto, hay tareas que sabemos que uno se le dan mejor al otro y no pasa nada, no es un tema de roles
¿Cuánto podéis gastar de media al mes en gastos básicos (alimentación, ropa, educación...)?
Es complicado decir exactamente lo que nos gastamos mensualmente porque cada mes las necesidades varían. Pero podemos estimar una media de unos 6.000 euros mensuales, aunque es importante recalcar que nosotros no marcamos una norma y que cada familia cuenta con un presupuesto distinto. Hay familias que tendrán mayor gasto y otras que hacen verdaderos malabares para llegar a final de mes y consiguen reducir mucho el gasto.
¿Van tus hijos a muchas extraescolares?
Realizar extraescolares fuera del horario escolar se hace imposible, así que las llevan a cabo en el colegio durante el recreo que tienen a la hora de la comida.
¿Cómo se organizan con los deberes? ¿Tenéis que ayudar a los más mayores? En caso de ser así, ¿cómo lo hacéis, cómo os organizáis vosotros?
Todos los años, a principio de curso, decidimos de qué peques se va a encargar cada uno en lo que a temas relacionados con el cole se refiere: trabajos, pago de actividades escolares, deberes, etc. Aún así, tratamos de que sean lo más autónomos posibles y traten de hacerlo por sí mismos.
En ocasiones, incluso los mayores ayudan a los pequeños. Nos centramos sobre todo en los que más lo necesitan, lo cual tampoco quiere decir que no prestemos atención al resto, pero les pedimos que al menos traten de hacer todo lo que puedan solos, a pesar de que obviamente les van surgiendo dudas, en cuyo caso quien se encarga de resolverlas puede ser a veces papá y otras mamá, dependiendo de quién esté más libre o a quién se le dé mejor.
¿Qué es lo más bonito de tener una familia tan numerosa?
La relación y la conexión que existe entre ellos es envidiable. Yo nunca tuve una conexión similar con mi único hermano y tengo claro que es el mejor legado que les vamos a poder dejar.
Es genial sentirte siempre acompañada, hay momentos de estrés pero también hay mucho amor. Sin duda, en un futuro mis hijos siempre tendrán en quien apoyarse.
¿Y lo más difícil?
Ahora que son pequeños, hay momentos complicados, como cuando tienes que hacer frente a las rabietas de varios peques al mismo tiempo. El descontrol se produce en momentos de hiperactividad, o cuando debemos realizar alguna tarea en un breve espacio de tiempo, ya que la percepción del tiempo de los peques varía sustancialmente de la nuestra.
¿Cómo es la relación entre hermanos?
Pues como en cualquier familia hay momentos de peleas por algún juguete o por querer ser el primero en algo. Pero, por encima de todo, reconozco que se adoran. Es habitual verles abrazados, pasear cogidos de la mano y siempre sacan la cara por el resto, por ejemplo cuando tienes que regañar a alguno de ellos. En resumen, se quieren y forman un gran equipo.