Entre las ventajas de la lactancia materna que hay que conocer está la influencia positiva que tiene sobre la cavidad oral del bebé. Tanto es así que se considera como el primer aparato de ortodoncia con el que contará en su vida.
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Para saber de qué forma concreta se plasman esos beneficios hemos consultado con Cristina Domínguez García, odontopediatra especializada en odontología del bebé y experta en lactancia materna en www.leibe.es.
10 beneficios de la lactancia materna en la salud bucal
No hay evidencia de ningún perjuicio que la lactancia pueda ocasionar en la cavidad oral del bebé y, por el contrario, sí muchas ventajas, tal como detalla la experta.
- Ayuda a que se establezca una microbiota oral correcta: mejora la inmunidad y protege contra infecciones oportunistas durante la fase postnatal (fúngicas o víricas), por eso no se recomienda limpiar la boca del bebé con gasa tras las tomas.
- La lactancia materna es la base del desarrollo bucal y maxilofacial. Las tetinas artificiales entorpecen el desarrollo correcto y, en ese sentido, la lactancia materna favorece un dearrollo craneofacial más favorable. Por eso se dice que la lactancia materna es el primer aparato de ortodoncia del bebé.
- Favorece el crecimiento de la mandíbula, corrigiendo así el pseudoretrognatismo mandibular con el que nace el bebé (la mandíbula se encuentra retraída de forma fisiológica en los recién nacidos).
- Propicia que se establezca una correcta respiración nasal y una buena postura de la lengua (a diferencia de las tetinas artificiales).
- Entrena los músculos de la masticación y favorece el aprendizaje de la masticación a la hora de la introducción de la alimentación complementaria.
- Facilita el buen tono muscular de labios y mejillas.
- Promueve una mejor articulación del habla y la fonación, gracias a la correcta respiración, la adecuada posición de la lengua, la mejor posición de los dientes, el buen tono muscular de labios y mejillas y la buena posición mandibular.
- Reduce las maloclusiones un 51- 68% (tanto las maloclusiones en dentición temporal como en dentición permanente, ya que una maloclusión en dentición temporal es predictora de maloclusión en dentición permanente). En el caso de los bebés prematuros, que tienen mayor riesgo de maloclusiones moderadas o graves, la lactancia materna durante más de nueve meses reduce por tres el riesgo de maloclusión.
- Es un medio sensorial que predispone al bebé a la mejor aceptación de alimentos (el bebé ‘prueba’ lo que come la madre a través de la leche materna que cambia de sabor). Por ello, si la madre lleva una alimentación adecuada y baja en azúcares, podría ayudar a que el bebé tenga menor predisposición por los dulces, favoreciendo que tenga un menor riesgo de caries.
- Favorece una buena mordida. Aunque existe el mito de que el pecho deforma la mordida, es al contrario: son las tetinas artificiales (chupete o biberón) las que tienen ese efecto.
¿Qué sucede con las caries?
La lactancia materna no provoca caries en el bebé. De hecho, como apunta Cristina Domínguez, “hay menor riesgo de caries dental en bebés amantantados en comparación con los alimentados con biberón”.
Es así por una mezcla de factores, como los azúcares que se le añaden a las leches de fórmula (especialmente de tipo 2), o los cereales, zumos u otros líquidos que se pueden poner en el biberón y que tienen un efecto cariogénico. En todo caso hay que saber que, aunque la lactancia materna tiene características protectoras frente la caries, no hace al bebé inmune a ella.
Es controvertida la relación entre la lactancia prolongada y la caries, ya que “la leche materna por sí sola, no tiene la capacidad de bajar el pH de la boca hasta el punto límite donde se produciría una lesión de caries”, explica. Así, lo más probable es que cuando los mayores de 12 meses amamantados presentan caries pueda haber otros factores que la provoquen, como un alto consumo de azúcares en su dieta y una mala higiene dental.
Por todo ello, la odontopediatra no aconseja destetar para tratar la caries, ni para prevenirla. “La caries es una enfermedad multifactorial y hay que valorar cada caso de forma individual para identificar esos factores de riesgo y, paralelamente, implementar factores protectores”, recomienda.
¿Hay que cepillar los dientes tras las tomas nocturnas?
Desde que el bebé ya tiene algún diente hay que comenzar con el lavado dental con un cepillo de cerdas de nylon blandas y cabezal pequeño (”no sirven los dedales o cepillos de silicona”, apunta la experta). En este momento se usará pasta de dientes con 1000 ppm de flúor (en cantidad aproximada como medio granito de arroz, que aumentará a lo equivalente a un grano de arroz cuando salgan las muelas).
El cepillado debe hacerse, como mínimo, dos veces al día, siendo una de ellas antes de dormir. Además, hay que tener en cuenta estas recomendaciones de la especialista (@leibe.es, en Instagram):
- Acudir al odontopediatra durante el primer año de vida para que valore cada caso individual.
- No hace falta cepillar ni limpiar la boca del niño tras cada toma nocturna.
- Si el bebé se duerme al pecho o al biberón, “dejar pasar al menos media hora entre el cepillado de la noche y la toma con la que se duerme para que el flúor haga efecto”.
- Es importante que el bebé no se quede dormido con el biberón en la boca; debe retirarse.