Pautas para mejorar la relación de los niños con la comida
Es recomendable buscar estrategias no solo para que nuestros hijos se alimenten correctamente desde pequeños, sino también que vayan entendiendo la importancia que tiene hacerlo
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Para evitar todo ello, es fundamental fomentar una adecuada educación nutricional desde muy pequeños, casi desde que empiezan con la alimentación complementaria en torno a los seis meses de vida. En cualquier caso, nunca es tarde si la dicha es buena y hay opciones para ayudarles a empezar tener una relación saludable con la comida. Así, las recomendaciones de la dietista-nutricionista Griselda Herrero de la mano de HelloFresh son las siguientes:
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1.No utilizar la comida ni como premio ni como castigo
Ya sabemos que recurrir a los premios y a los castigos, sean del tipo que sean, no es precisamente adecuado para educar a nuestros hijos, puesto que verán el valor de su acción en el resultado de la misma. De este modo, si se comportan de manera adecuada únicamente para obtener un premio, cuando no estemos delante y no le podamos dar esa recompensa, lo más probable es que no intenten hacer lo que se espera de ellos. En lo que a la comida se refiere, utilizarla como premio o castigo le otorga un papel emocional a los alimentos que no solo no ayudará en nuestro objetivo de que los niños tengan una mejor relación con la comida, sino que puede ser muy perjudicial en este sentido y lograr el efecto opuesto (como, por ejemplo, buscar saciarse para sentirse mejores cuando sean más mayores).
2. Educación nutricional
Sin necesidad de darles datos técnicos, sí es importante explicarles para qué sirven los alimentos y por qué debemos comer de un tipo más que de otro. Adaptar la información que le damos a su edad y transmitírsela de la manera más amena posible (a través de cuentos sobre la temática, por ejemplo) para que vayan comprendiendo el papel que desempeña una adecuada alimentacion. Hay que evitar, eso sí, hablar de calorías, de peso o del cuerpo asociándolo a la comida.
3. Implicarles en la planificación del menú
Hacerles partícipes de la elección de su comida será un gran aliciente para ellos, pues eso les hará sentirse responsables y ‘mayores’, lo que favorecerá que vayan adquiriendo buenos hábitos alimenticios. Podrán tomar parte tanto en la decisión de aquello que se van a llevar para desayunar en el cole y para merendar como, incluso, en la planificación del menú o en su elaboración, adaptándonos a su edad, por supuesto.
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4. Que la comida sea un momento ameno
Especialmente con aquellos niños que les cueste comer determinados alimentos, puede ser de gran ayuda preparar presentaciones divertidas (haciendo, por ejemplo, caras en el plato con trozos de frutas o de verduras) e idear juegos a la hora de elegir la comida junto a ellos. Pero sobre todo, lo más importante es que el momento de sentarse a la mesa no sea algo tedioso, sino una oportunidad para pasar un rato ameno en familia, en el que compartir vivencias del día o reírnos.
5. Respetar sus señales de hambre y saciedad
Aunque a los padres nos cueste tomar conciencia de ello, es fundamental no obligarlos a comer y respetar sus señales de hambre y saciedad. Esto nos va a permitir fomentar una alimentación consciente e intuitiva, que le será muy útil el resto de su vida, incluso de adulto, para atender a las señales que el cuerpo le vaya enviando e irlas reajustando según sus propias necesidades, lo cual será la mejor defensa frente a trastornos alimenticios como la bulimia, que podrían aparecer años más tarde.
6. Dar ejemplo
Esta es, sin duda, la pauta más importante de todas. Comer de forma saludable y flexible y tener una buena relación con la comida en casa es la mejor herramienta para que nuestros hijos también la tengan. Ya sabemos que ellos nos observan en todo momento, por lo que incluso de manera inconsciente seremos determinantes en su relación con la comida. De este modo, si nosotros no comemos fruta, en la mayoría de los casos ellos tampoco lo harán por mucho que les insistamos.
7. Ser conscientes y hacerles saber el papel emocional de determinados alimentos
Primero, tenemos que ser conscientes los padres de que ciertos alimentos alimentos pueden tener un impacto sobre el estado de ánimo de nuestros hijos (y el nuestro propio). La ciencia nos dice que los precocinados, los productos ricos en grasas saturadas y azúcares libres, o la comida rápida, disminuyen los niveles de serotonina, conocida como la hormona de la felicidad. Y un estudio publicado en 2020 por la Universidad de Cork concluyó que una dieta saludable regula nuestro estado de ánimo de forma positiva al fomentar la salud intestinal, dado que las bacterias intestinales producen neurotransmisores como la dopamina o la serotonina. Esto es algo que debemos conocer para poder dar ejemplo a nuestros hijos y también hacerles saber esta vinculación entre emociones y alimentos para poder así inculcarles verdaderamente la necesidad de seguir una alimentación saludable.
8. Ir con ellos a la compra
Ir a tiendas de proximidad con ellos para que aprendan a elegir la fruta más o menos madura (según nos interese en el momento de comprarla) o la verdura más fresca, para ir asimilando los tipos de carne y de pescado que hay… les dará pie a tomar conciencia del valor de los alimentos y, dada la cuidada presentación de los mismos que tienen en la mayoría de los establecimientos, será también un gran reclamo para animarles a ingerir lo más saludable y a preferirlo frente a productos procesados.
9. Cocinar con tus hijos
La cocina aporta múltiples beneficios a los niños, como interiorizar el sentido del orden, refinar los movimientos y hasta practicar conceptos matemáticos y aprender ciencia, pero sobre todo es una manera fantástica de inculcar buenos hábitos alimenticios. Y cocinar es algo que les vendrá muy bien incluso si no hay tiempo de ir con ellos a hacer la comprar kits de recetas con los ingredientes exactos para tenerlo todo a mano de manera sencilla y práctica en el instante de ponernos con las manos en la masa junto a nuestros hijos.