Entre el 5 y el 7% de la población pediátrica tiene TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad). Entre los problemas que se asocian al mismo están los de sueño. De hecho, se calcula que más de la mitad de estos niños y adolescentes presentan alteraciones de este tipo.
La relación entre ambos es tan bidireccional que, incluso, tal como destaca el Dr. Óscar Sans, coordinador del Grupo de Trabajo de Pediatría de la Sociedad Española del Sueño (SES), “no es inhabitual que algunos niños sean diagnosticados del trastorno tras acudir a una unidad de sueño pediátrica por problemas con su descanso”.
Retraso de fase a la hora de dormir
El retraso de fase en el sueño es un trastorno asociado al ritmo circadiano. Supone que la persona es más nocturna que diurna y eso le lleva a tener sueño más tarde que el resto. Si los horarios pudieran adaptarse al descanso de cada uno, el retraso de fase no sería en sí mismo un problema, pero no ocurre de esta manera en la vida real. Los niños suelen entrar pronto a sus centros escolares, por lo que los que tienen retraso de fase (muy habitual, por otra parte, durante la adolescencia), arrastran un déficit de descanso.
¿Qué pasa entonces ante esta situación? “El hecho de dormir menos acentúa y empeora la clínica del TDAH durante el día (están más irritables, más hiperactivos y presentan mayores problemas de concentración). Es la pescadilla que se muerde la cola”, advierte el experto.
Otros problemas durante el descanso
Pero además del retraso de la fase de sueño, los niños y los adolescentes con TDAH suelen sufrir también otros problemas relacionados con el descanso. Así, aunque no está clara la causa, hay más niños con apnea obstructiva del sueño, lo que provoca despertares nocturnos y un sueño mucho más fragmentado que dificulta el sueño reparador.
Y, por si fuera poco, también hay más riesgo de desarrollar parasomnias, como serían el sonambulismo o los terrores nocturnos. “Aproximadamente entre el 20 y el 25% de los niños con TDAH presentan también criterios clínicos de piernas inquietas y entre un 60 y un 70% de estos niños tendrán por la noche movimientos periódicos de piernas, lo que puede dar lugar a un sueño más inquieto, más fragmentado y de peor calidad”, destaca el especialista de la Sociedad Española del Sueño.
Cuando aparece el síndrome de piernas inquietas, hay que analizar los niveles de ferritina del niño. Es importante ver si están por debajo de 50 microgramos/litro, pues en ese caso habría que darle una suplementación oral. “No es una anemia, pero la suplementación mejora las molestias asociadas al síndrome de piernas inquietas, reduce también los movimientos periódicos de piernas y, en algunos casos, también puede mejorar el sueño inquieto”, revela el Dr. Óscar Sans.
La importancia de tener una buena higiene del sueño
Si tener una buena higiene del sueño, esto es, unos hábitos que faciliten el descanso, es fundamental en la población pediátrica, cuando hablamos de niños con TDAH se hace mucho más perentorio. Estas son las recomendaciones que ofrece el Dr. Sans para lograrlo:
- Alejarse de las pantallas dos horas antes de dormir.
- Evitar el consumo de bebidas excitantes o energéticas por la tarde.
- Si realizan deporte federado, intentar que no lo practiquen en las dos horas anteriores a dormir, “porque el ejercicio físico intenso provoca una mayor excitación en niños que ya tienen problemas para conciliar el sueño”.
Además, hay que tener en cuenta lo siguiente en relación al momento de irse a la cama, ante el que los menores con TDAH suelen mostrar resistencia: “Empezarán a intentar salir de la cama o a hacer peticiones (’quiero agua’, ‘me hago pis’, etc.) para alargar el momento porque se encuentran inquietos en la cama”, revela. En este sentido, aconseja acordar una hora fija para irse a dormir y garantizar así su descanso.
Si aun así continúa habiendo problemas para que la cumplan y no logran conciliar el sueño, habría que consultar con el médico. “Llegados a este punto podemos recetar melatonina, que está indicada en niños con TDAH porque les mejora el inicio del sueño y pueden descansar más”. Pero sería siempre bajo prescripción del especialista y no automedicándolo. Los problemas de sueño pueden esconder otras alteraciones que hay que descartar.