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El grupo de edad en que con más frecuencia se presenta la enfermedad del beso es el que va desde los 10 hasta los 20 años. El virus que está detrás de ella es el virus de Epstein-Barr (VEB). Es así en nueve de cada diez casos, aunque hay otros gérmenes que pueden provocar síntomas parecidos como el citomegalovirus o el toxoplasma.
Se considera que hasta el 90% de la población adulta es positiva para el virus de Epstein-Barr. La mitad de los niños va a contraer la infección antes de los cinco años, pero sus manifestaciones varían mucho dependiendo de la edad en que se presente. Para conocerlas, hemos preguntado a la Dra. Mª Reyes Mazas Raba, coordinadora del Grupo de Trabajo de Educación de la Salud de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP) y pediatra en el Centro de Salud de Gama (Cantabria).
¿Cómo se contagia la enfermedad del beso?
La enfermedad del beso o mononucleosis recibe su nombre precisamente de la forma en que se transmite: de forma directa a través de secreciones procedentes de la vía oral. “La principal vía de contagio es la saliva de la persona infectada, por lo que se necesita un contacto estrecho con besos o intercambio de saliva”, explica le experta.
En pacientes adolescentes, el intercambio de besos puede ser el modo principal de transmisión, mientras que en niños muy pequeños, lo es el intercambio de saliva, al chupar los mismos útiles o juguetes, especialmente en la escuela infantil.
Hay que tener en cuenta un asunto más, como resalta la pediatra: “La eliminación del virus a través de la saliva puede persistir meses”. Eso sí, ya con un grado de contagiosidad muy escaso.
Así se manifiesta la enfermedad del beso a cada edad
La infección cursa de forma asintomática o con síntomas muy leves en los lactantes y en los niños muy pequeños. En cambio, entre los escolares y los adolescentes sí que hay síntomas, como detalla la Dra. Mª Reyes Mazas. Son los siguientes:
- Fiebre.
- Dolor de garganta (hay placas de exudado en las amígdalas).
- Aumento del tamaño de los ganglios del cuello, del hígado y del bazo.
- Cansancio.
- Inflamación de párpados.
- Pérdida de apetito (que puede prolongarse durante varios días).
Además, la especialista cita cómo “en algunos casos se puede asociar un exantema [erupción] característico en la piel, especialmente si se está tomando antibiótico (ampicilina)”.
En la mayoría de los casos estamos ante una enfermedad benigna y con se cura por sí misma y sin secuelas. No obstante, “la complicación más frecuente es la sobreinfección bacteriana, que suele cursar con faringoamigdalitis”. Además, menos del 5% de los pacientes pueden sufrir complicaciones respiratorias, neurológicas o hematológicas, “siendo la más grave la rotura del bazo”, advierte la representante de la SEPEAP.
© AdobeStockQué hacer mientras el niño está con mononucleosis
Los síntomas de la mononucleosis pueden durar una o dos semanas. Lo importante es, en esos momentos, prevenir el contagio a otras personas y evitar las complicaciones que el niño o el adolescente pudiera presentar. Así, para intentar no transmitir la enfermedad a otras personas lo fundamental es que la saliva del enfermo no esté en contacto con nadie en la medida de lo posible. Además, es importante que el enfermo “evite el contacto con pacientes inmunodeprimidos y con embarazadas”.
Mientras dura la fase aguda de la enfermedad, esto es, una o dos semanas, no debe acudir al centro escolar. Para protegerlo frente las posibles complicaciones, la pediatra señala estas precauciones:
- Evitar los deportes de contacto y la actividad física intensa durante, al menos, tres semanas.
- Vigilar si hay signos de alarma “como dolor abdominal importante o dificultad para respirar”, pues en ese caso hay que acudir a un centro sanitario.
¿Cómo se trata en niños la enfermedad del beso?
El tratamiento que el niño va a recibir cuando tiene mononucleosis depende mucho de los síntomas que presente. “Durante la fase aguda de la enfermedad, se recomienda reposo, hidratación abundantes, antitérmicos si hay fiebre y analgésicos o colutorios tópicos de antisépticos si hay dolor de garganta”, recomienda.
Al tratarse de un virus, los antibióticos no están indicados. Es más, “incluso pueden favorecer la aparición de exantemas. Si el cuadro se complica, habrá que usar tratamientos antiinflamatorios más potentes, “siempre bajo supervisión del pediatra”, subraya la Dra. Mª Reyes Mazas.
