Dormir como un bebé . Una expresión que hace referencia a una facilidad extraordinaria de los bebés a la hora de dormirse, a la cantidad y a la calidad del sueño de los más pequeños. Pero… ¿es real o es solo un falso mito? ¿No hay muchos padres y madres que pueden estar meses o, incluso, años sin dormir una noche del tirón? ¿Qué significa entonces dormir como un bebé? Que necesiten dormir mucho -y lo necesitan- no implica que sepan cómo hacerlo. “Siempre decimos que la mejor herramienta que pueden tener unos padres es el conocimiento”, apunta Amelia Hunter, asesora de sueño certificada y cofundadora de Baby Sleep Solutions. “Entender el sueño del bebé es crucial para que toda la familia pueda actuar desde la calma y con seguridad”.
El problema es que no siempre se facilita a las familias la información necesaria al respecto. “Durante el embarazo y el posparto, generalmente nos explican mucho sobre lactancia materna o artificial, alimentación y cuidados del bebé, pero apenas se profundiza sobre algo tan importante como es el sueño”. De hecho, el 49% de las familias considera que la información que ha recibido sobre el sueño del bebé es insuficiente, según una encuesta interna de Baby Sleep Solutions.
Y esa falta de información tiene consecuencias. En primer lugar, en el descanso del bebé, así como en el de sus padres y el resto de la familia, pero incluso en el propio desarrollo del recién nacido, que, cuando duerme, procesa la enorme cantidad de información que recibe. De ahí que sea esencial comprender al menos las nociones más básicas del descanso de los más pequeños y poder así ayudarle a establecer una correcta higiene de sueño.
Claves para entender el sueño del bebé
- Los periodos de vigilia. “Un recién nacido necesita dormir cada poco tiempo para poder asimilar todo lo que está a su alrededor”, como decíamos anteriormente. Para ellos, “todo es nuevo y su cerebro necesita ir cargando las pilas”, explica Hunter.
- Las señales de sueño. “Los bebés enseguida aprenden a comunicarse y si prestamos atención lanzan señales para comunicar sus necesidades: hambre, sueño, malestar…”. Es importante darnos cuenta de esas señales; por ejemplo, cuando se llevan una mano a la oreja suele ser indicativo de sueño. Sería el momento de cogerlo en brazos y acunarlo.
- Recomendaciones de sueño seguro. “También le damos mucha importancia a las recomendaciones de sueño seguro de las principales asociaciones de pediatría”, añade Fernando Ferreira, pediatra especialista en neonatología y también cofundador de Baby Sleep Solutions. “Aunque el riesgo de muerte súbita es muy pequeño, es crucial que las familias tengan esta información para poder evitar riesgos y, así, reducir el riesgo de muerte por otras causas relacionadas con el sueño, como pueden ser la asfixia, el ahogamiento o la estrangulación”.
- Sueño activo. “Es importante tener en cuenta que el sueño de un recién nacido tiene un alto porcentaje de lo que se conoce como sueño activo”, continúa Ferreira. “Por eso podemos observar movimientos corporales, faciales y oculares e, incluso, hay bebés que parece que estén despiertos, pero en realidad duermen”.
- Las necesidades de descanso de un recién nacido. “Durante los primeros meses de vida, los bebés necesitan dormir muchísimo y, como padres, está en nuestras manos el facilitar ese descanso”. La cuestión ahora es ¿cómo hacerlo? ¿Cómo facilitarles ese descanso? Lo primero, según los expertos, es desterrar mitos y establecer rutinas.
Cómo ayudar al bebé a establecer una correcta higiene del sueño
“La higiene del sueño es un conjunto de prácticas que ayudan a cuidar la calidad del sueño y a prevenir desajustes en la calidad del descanso; en otras palabras, es la toma de conciencia sobre qué rutinas y hábitos son beneficiosos para el sueño”, indica Hunter. “Desde el primer día, una familia puede tener en cuenta esas pautas para facilitar el descanso del bebé”.
Para ello es fundamental desterrar mitos en torno al sueño del bebé. Así, por ejemplo, “existe una creencia muy extendida de que no hay nada que hacer antes de la temida regresión de los 4 meses, un momento clave en el desarrollo del sueño del bebé”. Incluso en esta etapa “podemos afirmar que sí podemos procurar un buen descanso y establecer ciertos hábitos de sueño desde que son pequeñitos”.
“Resulta obvio que durante los primeros meses de vida del bebé no se puede seguir un horario”, pero “sí se puede ir estableciendo una rutina o ritual de sueño que le ayude a conciliar y mantener el sueño”. Estos hábitos “se pueden ir introduciendo de manera muy gradual durante las primeras semanas, lo que se irá convirtiendo en una base sólida a medida que crece el bebé”, asegura la asesora de sueño. Esa será la piedra angular sobre la que se asentará todo lo demás, ya que esas rutinas ayudarán al bebé a regular sus ritmos circadianos, con los que, en definitiva, acabará sabiendo cuándo es el momento de dormir y cuándo el de estar despierto.