Todo lo que hay que saber sobre los cuidados postparto

Una vez pasados los primeros días tras el parto y siempre tras la aprobación del médico, es bueno comenzar a hacer algo de ejercicio. La actividad física suave puede ayudar en la recuperación postparto; así, los ejercicios de bajo impacto, como caminar, nadar o practicar yoga postnatal, pueden ayudar a fortalecer los músculos abdominales, mejorar la circulación y aumentar la energía. Es importante comenzar lentamente y escuchar al cuerpo, evitando ejercicios extenuantes o levantamiento de pesas excesivo en las primeras semanas después del parto.

Durante el embarazo y el parto, los músculos del suelo pélvico pueden debilitarse. Es importante trabajar para fortalecerlos de nuevo y prevenir así problemas a largo plazo, como la incontinencia urinaria. Para ello es de gran ayuda la fisioterapia especializada, al igual que los ejercicios de Kegel son una técnica comúnmente recomendada para fortalecer el suelo pélvico. Es esencial consultar a un fisioterapeuta especializado para obtener una evaluación personalizada y un plan de ejercicios adecuado.

Durante el postparto, es fundamental que las mujeres mantengan una alimentación equilibrada y saludable. Es importante consumir una variedad de alimentos ricos en nutrientes, como frutas y verduras frescas, proteínas magras, granos enteros y grasas saludables. Además, se recomienda aumentar la ingesta de líquidos, especialmente agua, para mantenerse hidratada y facilitar la producción de leche materna.

El descanso y la recuperación son fundamentales durante el postparto, a pesar de que no es nada fácil, sobre todo los primeros días, con un recién nacido que aún no ha regulado sus ritmos circadianos. Por mucho que parezca que nuestro bebé no duerme nunca, lo hará; tomará al menos algunas siestas a lo largo del día y será ese el momento que la mamá debe aprovechar para dormir también. No siempre será suficiente, más aún si el parto ha tenido alguna complicación y ha sido por cesárea, pero es importante hacerlo. Como decíamos anteriormente, pide ayuda si la necesitas; la falta de sueño puede afectar negativamente el estado de ánimo y la capacidad de recuperación física.

En ocasiones, el autocuidado tras dar a luz pasa por buscar ayuda psicológica. Muchas mujeres (en concreto, el 15% de las recién estrenadas mamás) padecen depresión postparto o baby blues , lo que les lleva a experimentar importantes altibajos emocionales e incluso algunas llegan a sentir que no quieren al bebé. No es algo por lo que deban culparse; es producto de la depresión postparto. Quienes se encuentran en esta situación deben recibir apoyo psicológico, pues con el tratamiento adecuado, se podrán recuperar y vivir su maternidad de manera mucho más calmada.

Otras veces, los problemas vienen por la lactancia, bien porque el bebé no se engancha correctamente, porque sentimos que no lo alimentamos lo suficiente o bien por afecciones como las mastitis. También por dudas o miedos en los cuidados al recién nacido: no sabemos cómo calmar su llanto, cómo ayudarle a dormir… Si se nos empieza a hacer cuesta arriba, lo mejor, de nuevo, es pedir ayuda. Una asesora de lactancia, en el primer caso, o de crianza, en el segundo, pueden ser el apoyo que necesitamos.

Es fundamental acudir a la matrona no solo en las visitas correspondientes y previamente fijadas, sino también ante la más mínima duda respecto a nuestro propio cuerpo, a la lactancia o al bebé. Ella valorará qué es lo que nos ocurre y nos derivará a otro profesional (como psicólogo o médico) si lo considera necesario.

Lo recomendable es esperar a que finalice la cuarentena para comenzar a tener relaciones sexuales. En concreto, los médicos recomiendan esperar al menos de cuatro a seis semanas. En cualquier caso, también se debe consultar con la matrona; ella tendrá en cuenta la situación concreta de cada mujer y determinará si es o no adecuado en cada caso.

Sobre todo en los primeros días tras dar a luz, es muy importante lavar la zona con agua y jabón neutro dos veces al día si ha habido episotomía. Habrá que tener también cuidado de secarse bien y de hacerlo con una toalla limpia y suave. Se recomienda ducharse en lugar de bañarse en la bañera, puesto que los baños de inmersión están, a priori, contraindicados. Por supuesto, tampoco se deben introducir tampones ni consumir alcohol y, antes de tomar cualquier medicamento, es preciso consultarlo con el médico.