pareja con prueba de embarazo© GettyImages

Fertilidad

El problema de infertilidad que se da en hombres cada vez más jóvenes de todo el mundo

La calidad espermática de hombres cada vez más jóvenes se ha reducido a la mitad en los últimos 50 años, según un estudio internacional


21 de agosto de 2023 - 10:00 CEST

En los últimos 50 años, la calidad espermática de los hombres se ha reducido a la mitad, tal y como se desprende de un estudio internacional que se publicó a finales del año pasado y está dirigido por la Escuela de Salud Pública Hadassah Braun de Jerusalén en el que han participado también investigadores de la Universidad de Murcia (UMU). Son datos muy preocupantes, puesto que afecta a varones en edad fértil y cada vez más jóvenes a nivel mundial, tendencia que se mantiene en España, como constata Mercedes González, embrióloga del Laboratorio Ginemed Sevilla: “es evidente que se ha producido un descenso en la calidad espermática de los varones, también en los más jóvenes”.

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De hecho, los cifras son muy elevadas, ya que “según los estándares marcados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre el 30 y 50 por ciento de los hombres en edad fértil tiene un semen de baja calidad”. Al darse de manera generalizada, lo lógico es pensar que incidirá en el índice de natalidad de cada país.

¿Cuándo se habla de baja calidad espermática?

La baja calidad espermática es causa directa de infertilidad en el hombre, pero ¿a qué se considera baja calidad espermática? Los expertos describen así a la escasa concentración de espermatozoides en el eyaculado. A esta alteración espermática se le conoce como oligospermia, también conocida como oligozoospermia, que puede dificultar notablemente la consecución del embarazo, ya que cuando la concentración de espermatozoides es baja, las probabilidades de concebir de modo natural descienden notablemente.

Entre las principales causas que se relacionan con el descenso en cantidad y en calidad de espermatozoides se encuentran “los factores genéticos y ambientales”, pero también “cabría destacar el estilo de vida de muchos jóvenes en la actualidad: los tóxicos (como el abuso del alcohol y las drogas desde edades tempranas), sedentarismo, mala calidad de la alimentación (grasas y alimentos procesados)…”, indica la embrióloga. “En general, los hábitos de vida poco saludables pueden afectar la calidad espermática, poniendo en riesgo la capacidad reproductiva masculina”.

Afortunadamente, los avances de la medicina reproductiva pueden ampliar las posibilidades para aquellos varones con una baja calidad espermática que sueñan con tener hijos. Por eso y teniendo en cuenta que el 17,5 % de la población adulta mundial (una de cada seis personas en edad reproductiva) padece esterilidad en algún momento de sus vidas, la OMS instaba, en un informe del pasado mes de abril, a “aumentar urgentemente el acceso a una atención de la esterilidad asequible y de calidad para quienes la necesitan”, decían textualmente. Es decir, pedían que se facilitara a todo el que lo necesitara el acceso a tratamientos de fertilidad.

Tratamientos de reproducción asistida frente a la baja calidad espermática

Cuando el problema de fertilidad en la pareja está asociado a la baja calidad espermática en el varón, el tratamiento que se suele recomendar es la fecundación in vitro (FIV), si bien “existen diferentes casos de baja calidad espermática que requieren de distintos abordajes”. En consecuencia, el abordaje será uno u otro en función de los tipos de anomalías por concentraciones escasas de espermatozoides, que son las siguientes:

1. Criptozoospermia. Esta anomalía se da cuando no se observan espermatozoides al evaluar una muestra de semen, pero sí se encuentran en el sedimento de la misma muestra tras ser centrifugada.

2. Oligospermia. Hace referencia a las muestras con menos de 16 millones por ml de eyaculado. En estos casos, el embarazo natural es más difícil que en los casos con recuento espermático normal, “pero no imposible, ya que mientras haya espermatozoides móviles, el embarazo es posible”,

3. Azoospermia. Se llama así cuando lo que se da es una ausencia total de espermatozoides. La azoospermia, según su causa, puede ser obstructiva o secretora. En la azoospermia obstructiva, los espermatozoides producidos en el testículo no llegan al eyaculado. Sin embargo, en la azoospermia secretora, los testículos no producen o producen muy pocos espermatozoides. Incluso en algunos casos de azoospermia es posible lograr un embarazo mediante un tratamiento de reproducción asistida, puesto que “es posible obtener espermatozoides mediante una biopsia testicular para posteriormente ser utilizados en una FIV-ICSI (Fecundación In Vitro con microinyección intracitoplasmática). “Si no se encuentran espermatozoides en biopsia, sería necesario recurrir a un donante de esperma para realizar el tratamiento de reproducción asistida”.

  • La biopsia testicular es “una técnica que puede llevarse a cabo con anestesia local o con sedación y que consiste en una pequeña incisión en el testículo, del que se extrae una pequeña porción de tejido”, explica Mercedes González. “Tras dilacerar los túbulos seminíferos, se observa al microscopio”. Una vez hecho esto, “si se encuentra presencia de espermatozoides, se utilizarían para la FIV-ICSI o se congelarían para su uso posterior”. En caso de que no se localicen espermatozoides en biopsia, “sería necesario recurrir a un donante de esperma para realizar el tratamiento de reproducción asistida”.