estre imiento tras retirar el pa al© AdobeStock

Salud infantil

‘Se ha estreñido al quitarle el pañal, ¿es normal?’

La retirada del pañal supone un hito en la evolución del bebé. Hay que elegir bien el momento para que el pequeño esté preparado. En ocasiones puede conllevar cambios en su salud como el estreñimiento. ¿A qué se debe? ¿Cómo hay que actuar en esos casos?


17 de agosto de 2023 - 15:32 CEST

La retirada del pañal suele producirse a partir de los dos años, aunque cada niño está preparado en un momento distinto. No hay que acelerar el proceso, ya que para el pequeño es un paso clave y conviene que alcance esa autonomía sin forzar.

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Uno de los problemas que se pueden presentar con la retirada del pañal es que el niño comience a estar estreñido. Sobre ello le hemos preguntado a la Dra. María Jesús Pascual, pediatra de Vithas Madrid Aravaca.

Miedo e inseguridad ante el WC

Con la retirada del pañal, el niño comienza a hacer sus deposiciones en el orinal o directamente en el WC, pero algunos sienten temor. “Es un momento clave en que el niño puede tener miedo o inseguridad a hacer la deposición en el WC o en un orinal”, destaca la pediatra. De hecho, algunos pequeños se sienten mal porque las heces se vayan por el desagüe: es como si fuera una parte suya, una parte de su cuerpo, que dejan de ver. Y también pueden sentir asco. Todo ello hace que no quieran hacer las deposiciones fuera del pañal.

Por este motivo, “justo en el momento en que están aprendiendo a controlar el esfínter voluntario que nos permite controlar la defecación,  en vez de relajar el esfínter, lo contraen por ‘miedo’, iniciándose así un hábito retentor”,  detalla. Es la explicación de por qué niños que nunca habían sido estreñidos comienzan a serlo tras retirarles el pañal.

¿Cómo actuar si se estriñe con la retirada del pañal?

Hay un mensaje clave y es que  la retirada del pañal nunca debe forzarse.  Hay que estar muy seguros de que el pequeño está preparado para iniciar el proceso. Además, la especialista de Vithas Madrid Aravaca ofrece estas pautas:

  • Facilitar la postura del niño al defecar, poniéndole adaptadores infantiles o dispositivos más pequeños. Colocar un taburete en los pies, para que pueda apoyarlos “puede ser de gran utilidad para optimizar la postura y hacer que el niño pueda defecar con normalidad”.
  • Vigilar que no se haga daño al defecar. Si el niño siente dolor con las deposiciones, el reflejo para inhibirlas será cada vez mayor, y el problema del estreñimiento se agravará. Hay que estar al tanto de si las deposiciones son duras y le cuesta ir al baño.
  • No usar laxantes por vía rectal. “Hay que evitar, en la medida de lo posible, usar laxantes por vía rectal”, indica la Dra. Pascual. “En algunos casos, si las deposiciones son duras o dolorosas se pueden recomendar laxantes orales”, aclara, eso sí, siempre supervisados por su pediatra o su gastroenterólogo infantil.
  • Controlar la alimentación.   Una alimentación adecuada puede facilitar que ese estreñimiento vaya mejor.  En este sentido, la especialista recomienda “no abusar de lácteos en la dieta y aumentar en la medida de lo posible la ingesta de líquidos (agua) y, sobre todo, mantener una dieta variada con la fruta y verdura aconsejada”.

¿Cuándo se puede convertir en un problema más grave?

El estreñimiento funcional en niños, el que no responde a otro problema secundario o a una patología orgánica, puede darse en este periodo de cambios vitales cuando el bebé avanza en su autonomía y también cuando hay algunos cambios de alimentación o de hábitos. Es un motivo frecuente de consulta pediátrica.

Pero hay que vigilar siempre que no vaya a más. “Las deposiciones con dolor pueden convertirse en un problema importante si no se maneja adecuadamente en sus fases iniciales”, advierte la Dra. María Jesús Pascual. El momento de consultar con el pediatra es cuando el niño comienza con ese hábito retentor, evitando hacer deposiciones por sí mismo. De continuar así, el estreñimiento puede evolucionar hacia lo que se denomina encopresis, “donde el niño realiza deposiciones por rebosamiento y tienen continuos escapes fecales, con las implicaciones psicológicas que esto puede conllevar para él”, advierte.

 “Hacer las deposiciones duras no parece ser un problema hasta que se transforma en un problema.  Por lo tanto tenemos que ser capaces de detectar esas fases precoces y hacer las modificaciones necesarias para evitar la instauración de un estreñimiento crónico”, insiste la especialista. Es una situación que se puede resolver con el asesoramiento y el tratamiento adecuado y que no hay que minimizar. De hecho, el periodo entre los dos y los tres años de edad es más vulnerable para el inicio de un estreñimiento funcional.