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detectar consumo de drogas en los hijos© AdobeStock

Adolescentes

Estos son los signos en que fijarte para saber si tu hijo ha consumido drogas

La inclinación a experimentar, la falta de conciencia de peligro y la presión de sus iguales pueden llevar a los adolescentes a iniciarse en el consumo, esporádico o habitual, de drogas. ¿De qué modo detectar que las han probado? ¿Cómo actuar entonces?


16 de agosto de 2023 - 14:08 CEST

El alcohol y el tabaco son los primeros consumos de riesgo a los que acceden los adolescentes. Suelen iniciarse en ellos hacia los 14 años, según la Encuesta Estudes 2022, la última que ha ofrecido datos oficiales en el Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad. Pueden ser la puerta de entrada a otras sustancias como el cannabis, que empiezan a probar sobre los 15 años.

Hemos preguntado a Carlos Benedicto, psicólogo sanitario, coordinador técnico de Centros GINSO y director del Área de Proyectos, Estudio e Innovación de la entidad, especializada, entre otros, en adicciones de sustancias tóxicas, sobre cómo saber si se están produciendo estos consumos y de qué manera reaccionar.

Las señales de que tu hijo ha consumido drogas

Hay distintos tipos de drogas que van a provocar diferentes síntomas. “Si se trata de drogas depresoras del sistema nervioso (alcohol, cannabis, hipnóticos...), los síntomas serán descoordinación psicomotriz, habla distorsionada, confusión, poca concentración, mareos o sequedad de boca”, indica el experto.

En el caso de sustancias estimulantes, puede haber reacciones airadas o descontroladas, problemas de sueño, locuocidad excesiva, pupilas dilatadas y frecuencia cardiaca elevada, detalla.

“En cualquiera de los dos casos, se percibirán  conductas que se salen de forma notoria de los repertorios habituales del menor y que no son congruentes  con el momento o las causas a las que las atribuye”, puntualiza.

Si el consumo no es esporádico sino que ya se ha convertido en un hábito, la forma de proceder del adolescente será muy identificable. Así, puede haber una bajada en el rendimiento escolar, incumplimiento de normas, cambios de humor, reacciones poco habituales y “puede que ‘desaparezcan’ dinero u objetos de valor de casa o que se relacione con otros menores diferentes de repente”, advierte Carlos Benedicto. En cuadros más graves de adicción, comienzan las conductas de aislamiento y hay una afectación emocional muy clara.

Consumo de drogas en la adolescencia© AdobeStock

Cómo reaccionar cuando descubres que ha consumido drogas

Es importante reaccionar de forma adecuada si se descubre que el menor ha consumido drogas.

  • Si llega con síntomas de haber consumido. “Lo primero es intentar cerciorarnos de ello, preguntarle directamente, evidenciándole los síntomas”, aconseja el experto de www.ginso.org. En ese momento, lo ideal es saber qué ha consumido, por si necesitase asistencia médica, pero no es el instante idóneo para mantener una charla ‘correctiva’.
  • Al día siguiente se llevará a cabo esa conversación. “La comunicación es lo más importante, generar cierta confianza y que sepa que estamos ahí si lo necesita”.
  • En caso de sospecha de consumo importante, buscar otras evidencias, como las sustancias entre sus pertenencias. “Somos sus progenitores y debemos proteger su salud”, recalca el psicólogo. En estos casos hay que recurrir a la ayuda de profesionales especializados en entornos adolescentes y en conductas adictivas, “especialmente si hemos  observado cambios de humos, de rendimiento, de amistades,  que pueden indicar que el grado de interferencia de las sustancias en su vida es mayor”, destaca.

Cómo prevenir el consumo en la adolescencia

Al margen de los efectos sobre la salud física de los menores que tiene el consumo de drogas, hay que considerar el alto riesgo sobre la salud mental. “La relación entre consumo de cannabis y problemas psicóticos ha sido demostrada a nivel empírico, más en estas edades en las que todavía estamos ante personas en formación física y mental”, alerta Carlos Benedicto. Además, cuando hay cierta predisposición, el consumo prolongado puede provocar alteraciones emocionales que condicionen su día a día, con consecuencias en todos los ámbitos: familiar, social, escolar...

Por otro lado, el experto señala cómo el hecho de que la tercera sustancia en consumo sean los hipnosedantes puede estar revelando otros problemas. “¿Por qué las consumen nuestros hijos?, ¿no pueden tolerar el sufrimiento?, ¿quieren anestesiarse emocionalmente?  Es probable que debamos mejorar sus estrategias de afrontamiento para poder ‘soportar’ situaciones difíciles,  por otro lado normales en este momento evolutivo”, reflexiona.

En este sentido, los padres tienen un papel fundamental en la prevención en el consumo de drogas, al ser los primeros referentes para sus hijos. Inicialmente, dando ejemplo: “Siempre ha resultado chochante un padre o madre fumadores que le dice a su hijo ‘no hagas lo que yo’... esa incongruencia es un mal caldo de cultivo”.

Además, hay que insistir en la comunicación y el afecto, para que los hijos se sientan comprendidos, escuchados y valorados. Son variables que actúan como protectoras frente al consumo. Además, es importante que se sientan bien consigo mismos, que desarrollen un pensamiento crítico, que les permita no caer ante influencias externas, que puedan soportar la presión, a veces extenuante, de su grupo de iguales”.

Llevar una vida sana, con la  práctica de deportes y actividades de ocio donde la diversión no se asocie al consumo también es de gran ayuda.  Y “estar atentos a síntomas, conductas, emociones que pueden indicar que a nuestro hijo le podría estar afectando algo. Menos pantallas y más conversaciones”, subraya el especialista de GINSO.