Hinchazón de piernas, digestiones pesadas, insomnio... y cloasma. Son algunas de las molestias típicas del embarazo. La mayoría suelen desaparecer cuando se da a luz, pero otras como las manchas en el rostro, que habitualmente se llaman melasma pero toman el nombre de cloasma en el embarazo, no lo hacen.
Para saber si se pueden prevenir o no y cómo tratarlas hemos recurrido a la Dra. Paloma Borregón Nofuentes, dermatóloga en Clínica de Dermatología y Medicina Estética Kalosia (www.clinicakalosia.com).
¿Por qué salen las manchas en la cara?
La causa del melasma (o cloasma en el embarazo) es desconocida, “pero sí se sabe que hay una predisposición genética sumada a factores hormonales”, confirma la experta. Esto provoca que a las mujeres les salgan estas manchas con más frecuencia durante el embarazo, cuando hay una auténtica revolución hormonal en marcha.
La influencia de los estrógenos es decisiva, por eso situaciones en que se alteran las hormonas, “como los anticonceptivos hormonales o el embarazo hacen que aparezcan las manchas”, destaca. Además de estos factores, el sol es un elemento crucial en la aparición del cloasma.
¿En qué zonas suelen salir las manchas durante el embarazo?
Las manchas en el rostro pueden salir desde el comienzo del embarazo y durante los nueve meses. Son pigmentaciones ligadas a la edad fértil de la mujer, por lo que en la menopausia ya no se dan.
Con respecto a las zonas más afectadas son “la cara y, sobre todo, la frente, el labio superior o las mejillas y los laterales de la cara”, detalla la dermatóloga. Son manchas que oscurecen la piel, a menudo de color ‘café con leche’ y que pueden ocupar extensiones más o menos grandes de piel dependiendo de cada mujer embarazada.
¿Hay alguna forma de evitar que salgan en el embarazo?
Al haber una predisposición genética detrás es muy difícil prevenir la aparición de este tipo de manchas en la cara. Una recomendación básica que aporta la especialista es protegerse muy bien del sol, “que no nos dé el sol en la cara. Hay que usar protección solar y además ponernos gorro, sombrero, gorra...”. Cualquier barrera es poca para evitar el cloasma.
Ahora bien, hasta que no aparecen las primeras manchas no se sabe si hay o no predisposición a tenerlas, “lo cual hace difícil prevenirlo”, insiste la Dra. Paloma Borregón.
Si se sabe que existe esa predisposición genética porque antes se han tenido o porque aparecieron en un embarazo previo, “hay que cuidarse del sol desde el principio”, aconseja.
¿Se pueden usar tratamientos despigmentantes durante el embarazo?
Al igual que sucede con otro tipo de productos o cosméticos en relación a la gestación, “durante esta época estamos un poco limitados porque no podemos usar los despigmentantes más eficaces como la hidroquinona ni el retinol”, apunta la experta. Eso no significa que no se pueda utilizar ningún tratamiento, pues hay algunos permitidos. “Solo podríamos aplicarnos ácido azelaico y ácido tranexámico”, revela.
No obstante, la medida más eficaz es evitar el sol todo lo posible, ya que la realidad es que, aunque se usen fotoprotectores, “no será suficiente, ya que no evita que nos pongamos morenos y la mancha se pondrá más ‘morena’ por lo que se notará más”, insiste la dermatóloga (@dra.paloma.borregon, en Instagram).
¿Qué pasa con las manchas en el posparto?
El tratamiento contras las manchas de la cara se puede iniciar en el posparto, pero siempre teniendo en cuenta si la mujer sigue o no en periodo de lactancia y si continúa el verano. Dependiendo de cada circunstancia, las opciones son diferentes.
“Lo ideal es consultar al acabar el verano porque tras dar a luz ya podemos usar más herramientas para tratarlo. Desde hacer peelings hasta poder usar fórmulas magistrales despigmentantes, hidroquinona, retinol...”, apunta.
Eso sí, hay que tener en cuenta una cosa y es que “una vez que sale el melasma no se cura, sino que se trata, pero si te vuelve a dar el sol te puede volver a salir y solo desaparecerá definitivamente tras la menopausia”, aclara la especialista.
Esto implica que , aunque no haya embarazo, lo que reduce la cantidad de hormonas, “una vez que ya te ha salido, sabemos que hay predisposición genética, por lo que si te descuidas con el sol, aunque no haya gestación, puede volverte a salir”, recuerda la Dra. Borregón.