Cómo evitar que niños y niñas padezcan infecciones urinarias una y otra vez en verano
El calor y la humedad favorecen la proliferación de bacterias, por lo que quienes son más propensos a padecer infecciones urinarias pueden sufrirlas más de una vez en el período estival
La humedad, el agua de las piscinas, el sudor… son factores que hacen que las temidas cistitis se den de manera mucho más habitual en verano. Se trata de una infección en las vías urinarias bajas provocada en la mayoría de los casos por la bacteria Escherichia coli (E.coli) y cuyos síntomas son escozor, dolor al orinar o ganas casi constantes de ir al baño podrían arruinar la vacaciones de nuestras hijas o nuestros hijos (la cistitis es más común en las chicas, pero también pueden padecerla ellos); algunos de ellos, sobre todo las niñas, pueden ser más propensos a padecerlas y la sufren de manera recurrente en verano. ¿Es posible evitarla de algún modo? Como decíamos, intervienen diferentes factores, pero sí se pueden tomar ciertas medidas para intentar que no aparezca. Estas son los principales cuidados que debemos seguir con nuestros hijos:
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Beber mucha agua
Debemos estar pendientes de que beban mucha agua porque eso les ayudará a ir más a menudo al baño y, en consecuencia, eliminar las bacterias que pueda haber en el tracto urinario. En este sentido y teniendo en cuenta que estamos en verano y la necesidad de hidratación es mayor, lo adecuado sería ingerir entre 2 ó 3 litros de agua diarios, si bien habrá que estar atentos a la edad; cuanto más pequeño sea el niño o la niña, menor cantidad de agua necesitará.
Secarse bien tras salir de la playa o la piscina
Es importante que los sequemos o que se sequen bien con la toalla cuando salgan de la piscina o de la playa, puesto que la humedad es el ambiente idóneo para que proliferen las bacterias que ocasionan las infecciones urinarias (y, por lo general, todo tipo de infecciones).
Cambiarse de ropa
Precisamente para evitar esa humedad, debemos llevarles siempre ropa de cambio. Por mucho calor que haga y que, por ello, se sientan más a gusto con el bañador mojado puesto, debemos ponerles otro seco o ropa interior cuando ya no se vayan a volver a meter en la piscina o en la playa.
Que lleven ropa interior de algodón
Los tejidos naturales como el algodón son más transpirables que los sintéticos, con los que se suda más y, por tanto, hay más posibilidades de generar un entorno húmedo y cálido, tan propicio para el crecimiento de bacterias. Por eso debemos procurar que lleven ropa interior de algodón frente a otro tipo de tejidos.
Prestar atención a la sudoración excesiva
En verano es casi imposible que no sudar; lo que sí se puede hacer es intentar mantener la temperatura adecuada en casa o en el coche con aire acondicionado o con ventiladores, evitando salir a la calle en las horas centrales del día y bebiendo mucho.
Que vayan al baño con regularidad
Aguantarse las ganas de orinar es un factor que también favorece la aparición y reproducción de bacterias, de modo que debemos insistir a nuestros hijos (sobre todo a los más pequeños, que tienden a aguantarse para no tener que dejar de jugar por ir al baño), que vayan en cuanto tengan ganas. En caso de no hacerlo, deberemos vigilar que va al menos cada tres o cuatro horas.
Enseñarles a mantener una correcta higiene
Es muy importante enseñar a los niños y a las niñas a limpiarse correctamente después de ir al baño y explicarles que siempre debe ser de adelante hacia atrás para evitar que restos fecales contaminen la uretra. Por supuesto, hay que lavar la zona con regularidad, a ser posible con un jabón o gel suave.
La ingesta de arándano rojo americano
Este fruto rojo tiene multitud de propiedades antibacterianas por contener un principio activo, las Proantocianidinas (PACs), que disminuyen la capacidad de la bacteria Escherichia coli de adherirse a las paredes de las vías urinarias y, en consecuencia, ayuda a prevenir las cistitis.
Evitar el estreñimiento
Es importante mantener ‘a raya’ el estreñimiento porque, cuanto más tiempo permanezcan las heces en el intestino, más posibilidades hay de que proliferen bacterias en la zona. Por eso, debemos proporcionar a nuestros hijos una dieta rica en fibra y, si aún así siguen con estreñimiento, deberemos hablar con su pediatra para que nos indique los pasos a realizar.