Sabemos los peligros que el mar o la piscina tiene cuando nuestros hijos no saben aún nadar, pero no siempre somos tan conscientes de los riesgos que entraña cuando les ponemos un flotador o cualquier otro elemento de flotación o bien cuando ya saben nadar y les dejamos jugar lejos de la orilla de la playa con una barquita o colchoneta hinchable; es precisamente aquí donde está el peligro. En primer lugar, debemos tener en cuenta que tanto este último tipo de hinchables como los flotadores no son considerados elementos de seguridad, sino juguetes acuáticos . Como tal, como juguetes, se pueden usar, pero siempre siguiendo una serie de precauciones para evitar sustos o accidentes:
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Que el niño siempre esté junto a un adulto
Esta es la primera norma cuando se va con niños a una piscina o a la playa: nunca debemos alejarnos de ellos, sepan o no nadar y lleven o no un elemento de flotación para evitar hundirse. En el agua, el más mínimo susto puede resultar fatal, de modo que lo ideal es seguir la ‘norma 10/20’, que consiste en mirar a nuestro hijo cada 10 segundos y comprobar que podemos llegar hasta él con el brazo en menos de 20 segundos.
Comprar un elemento de flotación con materiales no tóxicos
Cuando vayamos a adquirir el flotador o el elemento hinchable, debemos comprobar que cumple la normativa europea de seguridad, no tanto porque vaya a proteger al niño verdaderamente en el agua como por los materiales de los que está compuesto, ya que hay algunos que pueden ser tóxicos e incluir sustancias que, como los ftalatos, son considerados disruptores endocrinos, por lo que además deberíamos estar pendientes de que nuestros pequeños no chupen el flotador o se lo lleven a la boca (algo que, como sabemos, es muy común a ciertas edades).
Comprobar que el flotador o el hinchable está en buen estado
Si guardamos el flotador o los manguitos hinchables de un año para otro, debemos comprobar que está en perfecto estado y que no se ha pinchado. De hecho, teniendo en cuenta que cualquier roce con, por ejemplo, el bordillo de la piscina, podría pinchar o romper el elemento, lo adecuado es comprobarlo cada día para evitar sustos innecesarios.
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Comprobar que no hay riesgo de que el flotador se separe del niño
Si le ponemos un flotador o unos manguitos y estos le están algo grandes, el riesgo de que se desprendan de su cuerpo cuando menos lo esperemos es muy alto. Los manguitos hinchables suelen apretar el brazo de los niños y es fácil que cualquier padre o madre, buscando la comodidad para su hijo, le proporcionen unos de una talla mayor. Ojo, porque al contacto con el agua, pueden resbalar y salirse del brazo.
Comprobar que el elemento de flotación se le ha colocado correctamente al niño
Relacionado con lo anterior, debemos comprobar, además de la talla, que se lo hemos colocado correctamente. Así, los manguitos deberán estar en la parte superior del brazo, justo por debajo de las axilas; con los flotadores para bebés diseñados especialmente para evitar el vuelco, deberemos asegurarnos de que hemos colocado correctamente el cierre de seguridad. Esto último es aplicable también a otro elemento de flotación como los chalecos (no inflable y considerado de los más seguros para los niños), que tienen un cierre que pasa entre las piernas para unir ambos lados del chaleco. Este cierre es fundamental para que no se le salga el chaleco cuando el niño esté en el agua.
Permanecer en zonas que no cubran
Los elementos hinchables solo deben usarse en zonas donde el niño pueda apoyar las plantas de los pies, tanto en la piscina como en la playa. Esta recomendación hay que tenerla especialmente en cuenta con colchonetas, barquitas o grandes flotadores pensados más para sentarse o tumbarse en ellos.
En el mar, no alejarse de la orilla aunque no cubra
En el mar es imprescindible extremar las precauciones y no alejarse nunca de la orilla, por mucho que no cubra a los niños. Si se suben en la colchoneta o barquita, la corriente podría arrastrarles fácilmente mar adentro.
Evitar zonas rocosas en la playa
Lo ideal es evitar playas con zonas rocosas porque los niños, con o sin elementos de flotación, podrían hacerse daño con mayor facilidad, pero si además contamos con un flotador o elemento hinchable para ayudarles a no hundirse, es muy probable que este se pinche.
No saltar con el flotador desde el bordillo de la piscina
A los niños les encanta saltar y tirarse a la piscina desde el bordillo, pero mucho cuidado con hacerlo con un flotador o con algún otro juguete acuático hinchable, ya que podría hacerle rebotar y acabar golpeándose contra el bordillo.