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Pediatría

Corte de digestión, deshidratación, quemaduras... Así debemos auxiliar a nuestros hijos frente a los accidentes de verano

Nuestro pediatra de cabecera detalla cómo es preciso atender a los niños ante estas situaciones propias del período estival


8 de agosto de 2023 - 17:45 CEST

El verano es la estación del año en la que se modifican de forma más radical las rutinas domésticas, los horarios, el lugar y el ambiente que nos rodea. Viajamos mucho más, vivimos más tiempo al aire libre, modificamos la dieta alimenticia y por ello somos mucho más vulnerables y, como es lógico, estas modificaciones afectan más a los niños por estar estos más expuestos y más indefensos.

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Por ello es conveniente estar avisados de la posible presentación de estos males y saber cómo enfrentarlos, realizar los primeros auxilios, poner los remedios urgentes a nuestro alcance para mejorar su evolución y su pronóstico, y por si fuera necesario acudir para su tratamiento a un centro médico.

Deshidratación

Las necesidades de agua aumentan en verano, las pérdidas de líquidos son mayores y el riesgo de deshidratación es mayor. La falta de aporte líquido o las pérdidas aumentadas de líquidos (sudoración aumentada, diarreas estivales, gastroenteritis) son las causas más frecuentes de deshidratación aguda.

Los niños son los más expuestos a estas situaciones, ya que se deshidratan con más facilidad. Las mucosas secas, la aparición de pliegues cutáneos, los ojos hundidos, la pérdida de peso, la elevación de la temperatura y la sed, son los síntomas más llamativos.

  • ¿Cómo prevenirla? Evitar las situaciones que puedan dar lugar a gastroenteritis o diarreas estivales. Controlar la salubridad del agua y los alimentos. Dar de beber al niño, siempre que se pueda agua embotellada. Ofrecer más cantidad de agua y con más frecuencia, sobre todo si realiza ejercicio físico intenso o aumenta la sudoración.
  • Primeros Auxilios. La rehidratación oral con sueros con electrolitos o bebidas isotónicas se debe realizar lentamente con tomas escasas y muy frecuentes. Si los síntomas progresan y las pérdidas hidroelectrolíticas aumentan, acudir a un centro hospitalario o a un servicio de Urgencia médica.
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Corte de digestión

El corte de digestión se define como una situación de mareo, síncope y pérdida momentánea de la conciencia como consecuencia de una disminución del riego vascular en el sistema nervioso central. Las comidas copiosas y abundantes dan lugar a cambios hemodinámicos en el organismo que hacen disminuir el riego cerebral. La entrada súbita en agua fría en esta situación, después de haber comido, hace que el niño pueda padecer un síncope y momentáneamente, perder la conciencia. Si esta se produce en el agua, el riesgo de ahogamiento es muy elevado.

  • ¿Cómo prevenirlo? En la playa y en la piscina, hacer comidas escasas. Entrar en el agua fría de forma lenta y progresiva y a los niños darles un periodo de descanso de baño de hasta dos horas después de comer.
  • Primeros Auxilios. Si el corte de digestión se produce fuera del agua, se debe actuar como si se tratase de un síncope, aflojando la ropa y tumbando al paciente con las piernas elevadas por encima de la cabeza. Si se produce dentro del agua y es rescatado, respiración-reanimación boca a boca, reanimación cardio-pulmonar por compresión cardiotorácica y traslado a un centro médico con máxima urgencia.

Diarrea estival

Proceso inflamatorio agudo intestinal generalmente ocasionado por la ingestión de aguas potables contaminadas, en núcleos de población de veraneo, saturados.

La baja salubridad, la conservación inadecuada de los alimentos, la saturación poblacional en zonas de veraneo y la higiene insuficiente, son los causantes del aumento de la patología intestinal en esta época del año. Cursan con diarrea, fiebre, dolor abdominal, náuseas y vómitos.

  • ¿Cómo prevenirlas? Que no beban agua potencialmente contaminada, darles de beber agua envasada, lavarles las manos antes de las comidas, lavar frutas y verduras, evitar mariscos crudos y mayonesas caseras.
  • Primeros Auxilios. Mantener el aparato digestivo en reposo. Dieta estricta, tomar agua, sueros o bebidas isotónicas. Alimentos astringentes. Probióticos. Si no mejora en 24 horas, acudir al médico.

Quemaduras solares

Son lesiones cutáneas inflamatorias producidas por las radiaciones solares, como consecuencia de la exposición prolongada al sol sin la adecuada protección.

El eritema solar se caracteriza por sequedad de piel, enrojecimiento cutáneo, picor y dolor. Si la exposición ha sido intensa y prolongada, pueden aparecer ampollas, flictenas y lesiones epidérmicas de necrosis. Aparecen con más frecuencia en los niños de piel clara con poca pigmentación y en las zonas más expuestas, nariz, pómulos, hombros y cuello.

  • ¿Cómo prevenirlas? Nunca debemos exponer a los niños al sol sin la adecuada protección. Sombreros, gafas, sombrillas y parasoles, así como la aplicación de filtros solares de suficiente índice de protección (IP) a cada tipo de piel, en forma de cremas, spray, leches, etc. La exposición al sol debe hacerse de forma progresiva a lo largo del verano, siempre de menos a más, y en las horas de menos intensidad de radiación. Los filtros protectores deben aplicarse 20 minutos antes de la exposición y renovarse periódicamente, sobre todo a los niños pequeños con piel muy blanca, ojos azules y pelo rubio.
  • Primeros Auxilios. Las quemaduras solares se deben tratar como cualquier otro tipo de quemaduras. Si solo es un eritema solar, compresas de agua fría, cremas   after sun  y cremas hidratantes. Si aparecen ampollas y no se han roto, mantenerlas con curas oclusivas con cremas antisépticas, hasta que cicatricen. Si se rompen, lavados y limpieza y aplicación de cremas antisépticas o antibióticas hasta su cicatrización.

Golpe de calor

Situación que se presenta cuando los mecanismos orgánicos para regular la temperatura corporal no son capaces de contrarrestar el calor ambiental exterior extremo. Se presenta en verano, sobre todo en ambientes cálidos y húmedos, afectando con mayor frecuencia e intensidad a niños y ancianos. Los síntomas que presenta suelen estar en relación a su intensidad: hipertermia elevada, dolor de cabeza, sensación de mareo, vértigo, náuseas y dolor abdominal. Si no se pone remedio y el cuadro progresa, aparecen falta de tono muscular, convulsiones, pérdida de conciencia y coma.

  • ¿Cómo prevenirlo? En verano, en ambientes cálidos la ropa debe ser escasa, ligera y transpirable. Utilizar, sombrero o sombrilla y permanecer y mantener al niño en lugares sombreados y aireados. Ofrecer agua con frecuencia y mantener un buen estado de hidratación.
  • Primeros Auxilios. Instalar al niño tumbado en reposo y en un lugar con ambiente en penumbra, fresco y ventilado. El baño de agua fría, las compresas húmedas frescas y la ventilación por aire, son eficaces. Si precisa rehidratación o medicación antitérmica (paracetamol), procurar atención médica.