‘¿Puedo hacerme la manicura o la pedicura si estoy embarazada? ’ Pues por extraño que pueda parecer, no hay una respuesta contundente al respecto porque, al igual que ocurre con cosméticos y maquillaje, no hay ningún estudio certero al respecto. Sí parece claro, sin embargo, que las sustancias químicas de ciertos esmaltes pueden afectar directamente al feto: el tolueno, el formaldehído y el ftalato de dibutilo, que se relaciona con ciertas complicaciones del embarazo, sobre todo, en lo que respecta a partos prematuros y a problemas directos que podría causar en el bebé, como el bajo peso al nacer, defectos congénitos y ciertos trastornos relativos a la maduración sexual.
“No hay nada concluyente ni prohibido, pero sí que hay que evitar todas aquellas sustancias y solventes que tienen algunos quitaesmaltes o algunos esmaltes permanentes, como las uñas acrílicas o las de gel”, apunta la Dra. Isabel Vielsa y directora médica de Clínicas Eva. “Tanto los pegamentos o los solventes que llevan estos productos sí que pueden causar algún síntoma, como cefaleas o náuseas”.
La acetona en el embarazo
La acetona, sustancia presente en la mayor parte de quitaesmaltes, se asocia tanto a posibles afecciones congénitas en el feto como a abortos espontáneos. Aunque hay también expertos que aseguran que la cantidad que puede absorver el cuerpo de acetona y de los componentes anteriormente citados es tan pequeña que es imposible que cause efectos en el feto, lo mejor es minimizar riesgos y en caso de tener que usar un quitaesmalte, procurar que esté elaborado a base de ingredientes naturales.
Precauciones a seguir en el embarazo si decides pintarte las uñas
- Lo primero es procurar usar esmaltes a ser posible no permanentes y, sobre todo, asegurarnos de que no contienen ninguno de los componentes ‘bajo sospecha’ (tolueno, formaldehído y ftalato de dibutilo). Además, debemos tener en cuenta que, según estudios recientes, las lámparas de secado de uñas (si se utilizan de manera recurrente) pueden dañar la dermis e incluso provocar cáncer de piel por la exposición continua a la luz UV que muchas de estas secadoras desprenden.
- Si vamos a un salón de belleza, no acudir a cualquier establecimiento, sino a uno en el que quien nos atienda sea un profesional. Deberemos averiguar si las herramientas que utilizan están esterilizadas. Sería recomendable también utilizar mascarilla para evitar inhalar las sustancias y su olor y que la sala esté bien ventilada.
- De cara al parto: no debemos llevar las uñas pintadas en ningún caso. El motivo es que, en caso de que sea necesario que los sanitarios comprueben la saturación de oxígeno de la parturienta, podría inducir a error, ya que el esmalte (especialmente el semipermanente) puede dificultar la labor del pulsiómetro y ocasionar una medición incorrecta. Si, por algún motivo, queremos llevar las uñas pintadas a partir de la semana 37 (cuando ya es más probable que la gestante se ponga de parto), lo más adecuado es recurrir a una manicura tradicional, puesto que habrá que quitar el esmalte en el momento del parto y hacerlo en una semipermanente requiere un proceso más farragoso.
- Evitar los esmaltes en el primer trimestre de embarazo. Aunque reiteramos que no hay evidencia científica al respecto, minimizaremos riesgos si no nos pintamos las uñas en el primer trimestre de gestación, que es cuando más posibilidades hay de sufrir abortos espontáneos o de que el feto se vea afectado por diferentes factores.
En todo caso, “aunque se pueden usar muchísimos esmaltes y en principio no tiene que haber ningún problema, si durante el embarazo se llevan las uñas de forma natural, mucho mejor”, apunta la Dra. Vielsa. “Entre otras cosas porque las uñas al final son, en cierto modo, la expresión de lo que sucede en el cuerpo y muchas veces aparecen problemas, bien de oxigenación o de salud, que se manifiestan a través de la salud de las uñas”.