Hay distintas soluciones para enfrentarse a los mosquitos, pero no todas son aconsejables cuando hay un bebé. Algunos de los compuestos de determinados repelentes no son idóneos para los más pequeños.
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El funcionamiento del repelente se basa en aplicar una sustancia (habitualmente química, aunque también las hay naturales), de modo que cuando el insecto se acerca, no se puede fijar en la piel de su ‘víctima’ y así no puede haber picadura.
¿Cuándo hay más riesgo de que te pique un mosquito?
Los insectos se ven atraídos por algunas circunstancias, como las siguientes:
- Tener un olor corporal fuerte.
- Emanar mucho calor (como los deportistas)
- Vestir colores oscuros (ya que la persona se hace más visibles).
- Estar embarazada (pues en esta etapa hay más exhalación de dióxido de carbono, y esto los atrae).
- Permanecer en un lugar donde hay aguas estancadas o en zonas húmedas.
- Tener grupo sanguíneo 0 (por la producción de ciertas proteínas que atraen más a los insectos).
- Anochecer y amanecer, pues son las horas de mayor actividad de los insectos.
En relación a los niños pequeños, que suelen moverse mucho, este calor constituye un atractivo para los mosquitos. Y en el de los bebés, si se les echa colonia, también puede jugar en contra de ellos.
¿Qué tipos de repelentes existen?
Hay distintos tipos de repelentes, y no todos son adecuados para los bebés. Así, se puede distinguir entre los siguientes, tal como recoge la Asociación Española de Pediatría (AEP):
- DEET (o N, N-Dietil-meta-toluamida). Es un repelente muy utilizado y resulta eficaz contra los mosquitos, las garrapatas, las pulgas y las moscas. Se puede encontrar en cremas, lociones y rociadores. Ahora bien, no se debe usar durante el embarazo, la lactancia “ni en menores de dos meses y se evitará en lo posible en menores de dos años, priorizando el uso de mosquiteras”, destacan desde la AEP.
- Picaridin/icaridin. Sirve para luchar contra muchos tipos de insectos y de artrópodos. “No se ha evaluado en menores de seis meses, por lo que algunos organismos no lo recomiendan”, apunta la Asociación Española de Pediatría.
- IR3535. Es un repelente de uso tópico que también actúa frente a las garrapatas. Se puede emplear tanto en embarazadas, como durante la lactancia y desde los 12 meses de edad.
- Dispositivos electrónicos que emiten sonidos y pulseras impregnadas de repelentes. “No han demostrado ninguna eficacia y no se deben utilizar”, comentan.
Antes de usar cualquier otro hay que confirmar en las instrucciones si puede o no ser empleado en un bebé o en presencia de él.
¿Qué hacer cuando al bebé le pica un mosquito?
Al margen de los repelentes, las mejores medidas para que al bebé no le piquen los mosquitos es el uso de ropa larga y de colores claros y la mosquitera para dormir.
No obstante, siempre puede haber alguna picadura. En la mayoría de las ocasiones se irá sola en unas horas o en unos pocos días sin más complicación (a no ser que el pequeño fuera alérgico). En todo caso, se pueden seguir las siguientes medidas:
- Lavar la zona afectada con agua y jabón.
- Aplicar frío en el lugar de la picadura.
- Si hay ampollas o pápulas provocadas por la picadura, no romperlas.
- En el caso de que haya mucho picor se puede emplear un producto específico pediátrico para calmarlo.
- Si la zona muestra signos leves de infección, usar un antiséptico transparente.
- En el caso de una complicación mayor, será el pediatra el que tendrá que prescribir algún corticoide tópico, antihistamínicos o analgésicos orales.
¿Cómo aplicar el repelente en los niños?
Antes de aplicar por primera vez un repelente a un niño hay que hacer una prueba sobre una zona pequeña de la piel para ver si reacciona o no mostrando síntomas alérgicos. Si no es así, se puede administrar sobre la piel que queda sin cubrir por la ropa.
Deben ser los adultos los que lo apliquen, poniendo primero una pequeña cantidad sobre su mano para extenderla luego. Se evitará la zona de los ojos y la boca y tampoco se puede poner sobre heridas, cortes o cuando la piel esté irritada. En las manos de los más pequeños se aplicará también con precaución, ya que se las suelen llevar a la boca con mucha frecuencia.
Si se usa protector solar, primero hay que usar este y luego el repelente. La razón es que, a veces, las cremas solares tienen algún compuesto que puede atraer a los insectos. Siempre es mejor hacerlo de este modo y usar dos productos distintos: uno para el sol y otro para los mosquitos.