En los aviones lo dejan muy claro: en caso de emergencia, siempre nos debemos poner la mascarilla antes de auxiliar a otros (niños incluidos). Porque si nos quedamos sin oxígeno, no podemos ayudar a nadie, por mucho que lo necesite. Un lema que toda madre debería grabarse a fuego: si nos ahogamos, no llegamos. Por eso, en la maternidad es tan importante dedicarse tiempo a una misma. Un momento, un espacio, destinados única y exclusivamente a cuidarnos. Lejos –muy, muy lejos– de ser un acto de egoísmo, es una forma de autopreservación que redunda en el beneficio de todos los que nos rodean.
No seas ladrona de tu tiempo
Una madre siempre tiene algo pendiente para hacer. Unos deberes, una llamada a los seres queridos, un e-mail por redactar, un informe que estudiar… Constantemente estamos cerrando frentes, lo que nos lleva, con demasiada facilidad, a autosabotearnos y dejarnos para el final. ¿Somos nuestra peor enemiga? Posiblemente así sea.
Sí, nos debemos priorizar
Demasiado a menudo, las prioridades ajenas, incluso las más nimias, canibalizan las nuestras y nos encontramos, día tras día, relegándonos al final de la cola y nos acabamos quedando fuera. Por eso no debemos autoescamotearnos el espacio que necesitamos. ¿Cómo? Casi siempre, aprendiendo a decir “no”. Si desde pequeñas nos han alabado por ser obedientes, de adultas nos cuesta decir “no” y defender nuestras necesidades y deseos. Debemos aprender a ser asertivas para una comunicación real con nuestro entorno, una forma de hablar y actuar que nos permita no acumular resentimientos y poder expresar nuestras ideas a la vez que empatizamos con las de los demás, y así hacer también un sitio para nosotras mismas en nuestra propias vidas.
Citas con una misma
No dejes tu tiempo propio al azar: agéndalo, como una cita laboral. Y una vez entre en el calendario, ¡no la muevas! No anules ni pospongas ese tiempo por nada que no sea una (auténtica) causa mayor.
Solo para ti
No debemos confundir el me time, ese tiempo para una misma, con aquel que se pasa a solas y/o cumpliendo obligaciones. Ni ir a la compra es un placer, ni terminar ese informe pendiente cuenta como tal. El me time se caracteriza por tres factores: debemos ser la prioridad, ha de ser placentero y, además, hemos de disfrutarlo sin interrupciones. Aunque sean solo diez minutos, han de ser regeneradores y servir para cargarnos de energía. Es un espacio pensado para conectar con nosotras mismas y hallarnos y escucharnos entre el ruido que nos rodea.