Así afecta la pubertad precoz a los niños desde un punto de vista emocional

Cuando llega la pubertad, los niños viven un rápido crecimiento en lo que respecta a su altura y su estatura, pueden engordar y mostrar más musculatura, la forma del cuerpo se modifica y se produce una activación de las hormonas sexuales.

Todo ello conlleva cambios visibles como la salida de vello corporal, la aparición de pecho, cambios en la voz, la llegada de la menstruación en las chicas... Son modificaciones por las que dejan de ser niños para acercarse a la adolescencia, a través de la pubertad.

La pubertad suele iniciarse sobre los 11 o 12 años. Hablamos de pubertad precoz cuando esta aparece antes de los 8 años en niñas y antes de los 9 años en niños. Puede hacerlo con la aparición de vello genital o en las axilas, con el desarrollo del botón mamario...

Hay varias formas, y conviene consultar al pediatra, pues la pubertad precoz se debe, en ocasiones, a alteraciones médicas que habría que diagnosticar y seguir.

Tal como apunta el experto, se estima que un 1% de la población se ve afectada por la pubertad precoz, siendo la tasa más alta entre las chicas que entre los chicos.

“Tanto las niñas como los niños pueden sentirse demasiado diferentes si maduran sexualmente más pronto, pero hay claras diferencias en sus reacciones”, indica el experto del Hospital Universitario San Rafael.

En el caso de los chicos, “les agrada madurar pronto”, subraya. Así, “suelen ser más musculosos, más fuertes y más capaces en los deportes que sus compañeros, y se interesan antes por las relaciones sociales y por las personas del otro sexo”, explica.

En cuanto a las chicas que viven una pubertad precoz, Jesús Paños Martín apunta que a ellas no les agrada esta situación. “Por lo general, no les gusta diferenciarse mucho de sus compañeras. Las niñas que maduran temprano tienden a ser menos sociables, menos expresivas y tienen sentimientos negativos hacia la menarquia”, expone.

Además, son más vulnerables a la presión psicológica derivada del peso y esto hace que sean más propensas a tener una “autoimagen corporal distorsionada”, advierte.

Al activarse la maduración sexual, los niños con pubertad precoz pueden manifestar interés sexual antes que otros chicos de su edad. Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque el cuerpo va a una velocidad, psicológicamente no están preparados.

En el caso de las chicas, “suelen acercarse a ellas niños más mayores y verse enfrentadas a comentarios o exigencias sexuales según su apariencia, pero no para su edad, lo que les puede provocar malestar y confusión”, alerta el especialista.

“El sentimiento de ser diferentes a sus compañeros antes de tiempo, aumenta el estrés y la ansiedad”, destaca el psicólogo. Además, la madurez temprana se asocia a “comportamientos arriesgados, relaciones impulsivas con baja tolerancia a la frustración y ocasionales reacciones explosivas ante los conflictos”, enumera.

Pero también puede haber conductas de riesgo como el inicio en el consumo de sustancias tóxicas o en las relaciones sexuales.

Uno de los problemas más importantes a nivel emocional a los que se enfrentan los niños que tienen una pubertad precoz es que “no tienen un funcionamiento ejecutivo ni un autocontrol que les permita manejar sus emociones intensas de forma exitosa”, comenta Jesús Paños Martín.

“Suelen tener sentimientos desbordantes, tanto positivos como negativos, estar de mal humor y tener crisis en relación a sus padres”, concreta.

Los niños necesitan saber qué les está ocurriendo y por qué a ellos les sucede y al resto de sus amigos no. En este sentido, el psicólogo recomienda “dar explicaciones sencillas y reales de lo que le está pasando”.

Si hubiera alguna causa orgánica que justifique la pubertad precoz hay que comentarla también de forma directa y clara. Así lo propone el responsable de la Unidad de Psicología Clínica de la Infancia y la Adolescencia del Hospital Universitario San Rafael: “A tu edad, tanto los niños como las niñas comienzan a experimentar cambios en su cuerpo y en ocasiones esos cambios comienzan antes. Todos los niños los tendrán. No te agobies por ello. ¿Quieres que te explique en qué consisten?”.

La pubertad precoz puede conllevar situaciones emocionales difíciles de gestionar para el niño. Por este motivo, el psicólogo aconseja observar el comportamiento y su capacidad de adaptación y si hay “alteraciones mantenidas en el tiempo, realizar una evaluación especializada”.

Pedir ayuda profesional puede desbloquear las sensaciones del niño y permitirle expresar cómo se siente en esta nueva etapa de su vida con total libertad.