madre pone el term metro© GettyImages

Salud

Casos en los que la fiebre en bebés y niños puede ser preocupante

Puede aparecer por diferentes motivos y, aunque la mayoría cursan con total normalidad, debemos estar muy pendientes ante determinados síntomas


24 de julio de 2023 - 14:48 CEST

La fiebre en el niño es un síntoma que alarma con frecuencia a los padres, en ocasiones es el único síntoma en el inicio de una enfermedad y su intensidad y duración, muchas veces, no tiene relación con la gravedad del proceso que la origina.

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¿Qué es la fiebre?

La fiebre es la elevación de la temperatura corporal por encima de los 37ºC, pero además de ser un síntoma de enfermedad, esta elevación de la temperatura puede estar originada por otros factores más banales que pueden producir alteraciones significativas de la temperatura corporal. El ejercicio físico, la ingestión de alimentos, la actividad física, las emociones, la temperatura ambiente y el vestido puede elevar o disminuir la temperatura.

En el niño, desde la época de lactante hasta los siete años, la temperatura central (rectal) es algo más alta que en el adulto, pudiendo alcanzar cifras de 37,5ºC, por lo que para valorar la fiebre en el niño debéis tener en cuenta esta condición y además se deberá tener en cuenta la forma de tomar la temperatura, pues la temperatura periférica (frente, conducto auditivo, axila) es medio grado más baja que la temperatura central (boca y ano).

Causas que provocan la fiebre

 El origen de la fiebre en el niño es casi siempre una enfermedad infecciosa. La insolación, el golpe de calor o la deshidratación son también causa de fiebre, pero mucho menos frecuente.

Las enfermedades agudas infecciosas víricas o bacterianas son las que producen con más frecuencia fiebre, siendo su intensidad y duración independientes de la gravedad de la enfermedad que la produce. Es decir, una enfermedad leve como el resfriado común puede producir fiebre alta en el niño y otra infección mucho más grave solo producir febrícula.

Síntomas de la fiebre

La fiebre en el niño produce afectación del estado general, llanto, decaimiento, a veces excitación, aumento del número de respiraciones, aumento de la frecuencia cardiaca y aumento de la pérdida de líquidos y tendencia a la deshidratación.

Además, como generalmente el origen de la fiebre es una enfermedad infecciosa, los síntomas de esta se sumarán a la fiebre y se pueden acompañar de vómitos, diarrea, tos, dificultad respiratoria, dolor, etc.

Las complicaciones más graves y más temibles de la fiebre en el niño son la deshidratación o la aparición de crisis convulsivas febriles.

¿Cuándo hay que tener miedo a la fiebre?

  • Cuando es muy intensa (más de 40ºC) o se presenta de forma súbita.
  • Cuando se mantiene por largo tiempo (más de siete días)
  • Cuando desconocemos su origen.
  • Cuando tiene complicaciones previsibles (tendencia a padecer crisis convulsivas)
  • Cuando da lugar a síntomas secundarios (vómitos, deshidratación, acetonemia)

Cómo debemos actuar

Con independencia del tratamiento de la enfermedad que originó la fiebre (infección, insolación, etc.) debemos procurar normalizar la temperatura lo antes posible, manteniendo al niño poco abrigado, en ambiente fresco y a ser posible en penumbra.

Las friegas de agua tibia con alcohol rebajado suelen ser eficaces y el baño de agua tibia progresivamente enfriada, aunque traumático, suele ser también eficaz.

Hasta que sea visto por el pediatra, la medicación antitérmica por vía oral o rectal se resume casi a tres medicamentos, el Paracetamol, el Ibuprofeno y el Metamizol.

Cómo se toma la temperatura en el niño

Se usan habitualmente dos métodos para tomar la temperatura corporal en el niño: la toma de temperatura periférica, que se realiza en un pliegue cutáneo (axila o ingle) durante cuatro minutos, y la toma de temperatura central, que se realiza en la boca o en el ano, durante un minuto, y luego se descuenta medio grado.

Igualmente existen diferentes tipos de termómetros: los tradicionales de mercurio -los más fiables, pero hoy en día en desuso por el riesgo de rotura y de toxicidad del mercurio-, los electrónicos, sonoros, para el conducto auditivo y los de cintas coloreadas para la frente.

Recomendaciones al inicio de la fiebre

  • Poneros en contacto con vuestro pediatra lo antes posible.
  • Mantener al niño con poca ropa.
  • Ofrecer líquidos con frecuencia, en pequeñas cantidades. (agua y zumos)
  • No forzar a comer, pues el riesgo de vómito es mayor.
  • Ofrecer las tomas solo si la fiebre ha descendido.
  • Medicarle con antitérmicos de forma pautada, según recomendaciones de vuestro médico (dosis y horario)
  • Mantener al menor en lugar fresco y seco, a ser posible encamado y en penumbra.

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