‘Mi hijo no señala con el dedo’: ¿significa que tiene un trastorno del desarrollo?

Señalar con el dedo, una acción aparentemente sencilla que algunos niños no logran llevar a cabo. Hacerla implica haber desarrollado una serie de  habilidades importantes para su desarrollo  , mientras que no conseguirlo puede ser indicativo incluso de padecer ciertos trastornos; de ahí que sea motivo de preocupación para los padres cuando comprueban que su hijo tiene más de un año de vida y sigue sin señalar de manera intencional.

“Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada niño puede tener un desarrollo en el que intervienen diferentes factores de neurodesarrollo o contextuales o ambientales que pueden propiciar que esta competencia se adquiera de forma temprana en el tiempo o de forma más tardía y por ello habría que analizar la ausencia de esta característica de forma individualizada”, especifica Marina Martín, coordinadora de los centros NeuroDei.

Cuándo es motivo de preocupación que un niño no señale con el dedo

“La edad promedio en la que se desarrolla la función de señalar es a los 12 meses”, pero más que en la edad, debemos prestar atención de una manera más global a la manera de comportarse de nuestro hijo. Así, “si tras el primer año de vida, se observara que un niño no efectúa conductas de señalado y que en conjunto se apreciaran ciertas dificultades para el sostenimiento de la atención, del contacto ocular, de la interacción recíproca y de la búsqueda de otras figuras para satisfacer necesidades, no solo físicas si no emocionales, sería recomendable acudir a un profesional especialista en neurodesarrollo que pudiera valorarlo de forma individualizada”.

Para explicar bien la importancia que este gesto tan simple tiene en el desarrollo de los niños, vamos a comenzar detallando las habilidades con las que está directamente relacionada y de las cuales depende.

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Habilidades que demuestra haber alcanzado al señalar con el dedo

“La acción de señalar con el dedo se considera un prerrequisito de la intención comunicativa y del desarrollo socio-emocional de un niño” y “continúa evolucionando, adquiriendo diferentes funcionalidades”, a medida que el pequeño va creciendo. “Inicialmente, el señalado se suele efectuar a modo de imitación de acciones que realizan las figuras de referencia”; de este modo, “según se va avanzando en diferentes escalas del desarrollo neuro-madurativo, la funcionalidad de la técnica del señalado va aumentando en complejidad”.

• Función declarativa. “Indicaría un deseo por obtener un determinado objeto, lo que nos estaría indicando un adecuado desarrollo de los prerrequisitos del lenguaje tanto a nivel de intención comunicativa, lo que luego dará lugar a la evocación de las primeras palabras, como comprensiva, ya que ha desarrollado la capacidad para entender y poner en marcha habilidades que le permiten adquirir lo que solicita sin emplear lenguaje verbal”.
• Intención comunicativa. “Otra de las funciones del señalado corresponde a una una necesidad que pueda tener el niño de mostrar al adulto un ‘descubrimiento’ que haya podido realizar y del que le quiere hacer partícipe mostrando no solo su evolución a nivel de desarrollo cognitivo, si no también esperando, por parte de la figura adulta, una respuesta ante su mensaje que le haga sentirse comprendido y reforzado positivamente”, explica Marina Martín. “El empleo del señalado buscando esta finalidad, requiere de otras habilidades como son el mantenimiento del contacto ocular y la capacidad para realizar la denominada mirada compartida lo que nos indicaría un desarrollo socio-emocional en promedio evolutivo, ya que, en este caso, el niño estaría buscando interrelacionar y conectar con su entorno, habilidades socio-emocionales imprescindibles para la formación de su identidad y para desarrollar la capacidad de integración y competencia social”.

¿Qué implica que no logre señalar con el dedo?

“La ausencia de la función del señalado podría ser indicativo de la presencia de algún trastorno del neurodesarrollo”. Aun así, la experta subraya que “no solo por analizar esta característica podríamos determinarlo: sería necesario realizar una valoración más completa que permita establecer si existen otras funciones que pueden estar viéndose afectadas”.

Entre los trastornos ante los que la falta de esta función podría podría ser una señal de alarma, se encuentran el del Trastorno Generalizado del Desarrollo o  el Trastorno del espectro autista (TEA) . “Es característico que un gran porcentaje de los niños que son diagnosticados de TEA no efectúan conductas de señalado de forma espontánea y llevan a cabo una variabilidad de esta conducta denominada instrumentalización”.

• ¿Qué es la instrumentalización? “La instrumentalización consiste en emplear a otra persona, normalmente un adulto o figura de referencia agarrándole la mano y dirigiéndola hacia el objeto o el lugar que el niño desee”. Aunque ambas acciones puedan presentar, a priori, ciertas similitudes por el hecho de ser la expresión de un deseo o voluntad del menor, hay una diferencia sustancial entre ellas: mientras en la conducta de señalado el niño busca “una interacción recíproca y un reconocimiento y feedback por parte del adulto, en este caso la función que cumple la instrumentalización suele ser puramente física (por obtener algo en concreto) y no emocional”.