Lograr que un niño se involucre en su propio aprendizaje, que investigue acerca de qué es lo que debe aprender para así asimilar de verdad los conceptos y retenerlos por más tiempo a la vez que van desarrollando un criterio personal con mucha mayor madurez. Es lo que se busca con el aprendizaje reflexivo o Inquiry Based Learning (IBL), “un proceso o enfoque de aprendizaje que involucra al alumnado estableciendo conexiones con el mundo real a través de la exploración y la formulación de preguntas”, nos detalla Judy Dean, subdirectora de Infantil y Primaria en el campus BSB Castelldefels de The British School of Barcelona. “Es un método de aprendizaje que anima al alumnado a resolver problemas, permitiéndoles profundizar en su aprendizaje mediante la curiosidad y la interrelación entre distintas disciplinas”.
Fomentar el pensamiento crítico, prioridad del aprendizaje reflexivo
Para poder desenvolverse con soltura en la vida laboral y en general en un futuro, se hace imprescindible fomentar el pensamiento crítico en los niños. Cada vez hay más cuestiones que es preciso abordar de manera transversal, como la crisis climática o la superpoblación, que son inviables desde una única disciplina aislada; requieren el ámbito social, económico, científico o tecnológico. Y es una necesidad que los futuros adultos sean capaces de ese abordaje multidisdicplinar, pero… ¿cómo conseguirlo?
“Nos centramos en nueve hábitos de aprendizaje: la curiosidad, la imaginación, la reflexión, la organización, la atención, el pensamiento, la determinación, la socialización y el liderazgo para asegurar que el alumnado tiene las habilidades necesarias para la siguiente etapa de su educación”. Para ello, empleamos “una serie de enfoques diferentes”, como “debates en grupos reducidos, formulación de preguntas y aprendizaje guiados, para que los alumnos y las alumnas adquieran conocimientos a través de la exploración, la experiencia y el debate”, indica Dean. “Estos conceptos son clave para que observen el mundo real y sean capaces de establecer conexiones entre las diferentes materias”. De este modo, se “sitúa al alumnado en el centro del proceso”.
Es un aprendizaje transdisciplinar
Podemos afirmar que el aprendizaje reflexivo es un aprendizaje transdisciplinar, que hace imprescindible rediseñar el plan de estudios de tal forma que la planificación sea dinámica y flexible, y donde las actividades no vengan prefijadas desde el profesorado, sino que dejen espacio para que los alumnos puedan reflexionar sobre la unidad, puedan participar activamente en el diseño de su aprendizaje y donde las experiencias educativas respondan a sus intereses e inquietudes.
“Seguimos los objetivos del currículo nacional inglés y del Marco de Educación Infantil como guía para la enseñanza”, indica Dean. “A continuación, entrelazamos las áreas del currículo para crear vínculos específicos y permitir al alumnado profundizar en su aprendizaje con un sentido de propósito y rigor reales”. De este modo, “en el contexto de la investigación, el alumnado explora conceptos que le permiten comprender mejor el mundo”.
En esta línea, los trabajos por proyectos se convierten en un gran aliado del aprendizaje reflexivo. “Establecemos en primer lugar los objetivos y las expectativas de aprendizaje en base al currículum, y definimos la línea de investigación que vamos a seguir para que los alumnos desarrollen las ideas y la compresión que queremos obtener como consecuencia de su aprendizaje”. A partir de aquí, “determinamos los conceptos y las conexiones implícitas en esta línea de trabajo, cómo interrelaciona diferentes áreas del currículo, y cómo se puede aplicar y transferir al mundo real. Por último, nos preocupamos de que el aprendizaje sea atractivo, relevante, interesante e importante para los niños, desarrollando la unidad a partir de la curiosidad y la investigación de los alumnos”.
Para poder llevar a cabo un verdadero aprendizaje reflexivo, es más que favorable que las familias se involucren en el proceso: “es muy importante que las familias estén bien informadas sobre el método de Aprendizaje Reflexivo de BSB para que puedan ayudar desde casa. Entre las distintas formas de hacerlo se incluyen: hacer preguntas, utilizar el entorno natural para estimular la curiosidad natural del alumnado sobre el mundo que lo rodea y proporcionar juguetes o actividades abiertas que le permitan dirigir su juego de distintas formas”.