Pasar unos días de descanso junto al mar es el mejor regalo que se le puede hacer a un niño. Esta es una forma sana y natural de beneficiar su salud, pues dicho ambiente facilita su descanso. Acompañado de una buena alimentación, realizar ejercicio físico en libertad y convivir con familiares y amigos en largas jornadas al aire libre convierten la playa en un medio ideal e incomparable. Los beneficios que el sol ejerce sobre el organismo del niño es objeto de estudio y ha dado lugar a una disciplina médica conocida como helioterapia.
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El sol y sus radiaciones trasmiten, sobre todo, calor. Esta energía es absorbida por la piel y trasladada a la sangre, la cual la distribuye por todo el organismo del niño. El calor estimula y aumenta la ventilación pulmonar, la producción de sudor y acelera el latido cardíaco. Las funciones metabólicas se ven activadas de forma generalizada, estimulando las glándulas endocrinas y facilitando el metabolismo del calcio a través de la síntesis de la vitamina D3, circunstancia que previene, entre otras cosas, el raquitismo.
Efectos terapéuticos
Con el calor, las funciones metabólicas se ven activadas de forma generalizada, este estimula las glándulas endocrinas y facilita, como acabamos de comentar, la correcta absorción del calcio a través de la síntesis de la vitamina D3 en la piel, ayudando a prevenir ciertas enfermedades. La acción del sol, con una correcta y responsable exposición al mismo, aporta además los siguientes beneficios:
•Estimula el metabolismo glandular, mejorando la convalecencia y actuando como prevención.
•Propicia el crecimiento y el desarrollo infantil, aumentando la producción de vitamina D y evitando enfermedades como la osteomalacia.
•Ejerce un efecto beneficioso sobre las enfermedades de la piel, sobre todo en la psoriasis, los eccemas y en la dermatitis atópica.
•Eleva la resistencia ante las infecciones y facilita los procesos de desintoxicación.
•Aumenta el apetito, baja la tensión arterial y produce sedación y relajación.
•Invita a realizar más ejercicio físico y practicar mas deportes.
•Además, en verano se hace más vida social, y esto es también saludable.
Una rutina clásica y curativa
Los baños de mar
- El clima de las costas está regulado por la acción moderadora que ejerce la proximidad del mar. Las temperaturas tienen menos oscilaciones, la humedad es alta y las radiaciones solares, más efectivas. La acción beneficiosa del agua de mar se obtiene a través de los baños. El agua de mar contiene en disolución múltiples sustancias iónicas, minerales y oligoelementos que inciden de forma saludable sobre la piel del niño, las mucosas y otros tejidos corporales.
- La temperatura del agua, su presión y su movimiento actúan de forma directa sobre el sistema vascular, los músculos y las articulaciones y, como dato curioso, el oleaje y las corrientes le obligan a mantener el equilibrio y la estabilidad.
- Estimula la realización de ejercicio físico por la acción dinámica de las olas y la práctica de la natación, mejorando diferentes grupos musculares y articulaciones.
- El agua de mar no contaminada actúa directamente sobre la piel, manteniendo su hidratación y favoreciendo la estabilidad de su manto ácido.
- Lava e hidrata las mucosas respiratorias a nivel de fosas nasales y nasofaringe.
- El contacto con el agua de mar y su entorno relaja psíquicamente, aumenta el apetito y favorece la conciliación de un sueño tranquilo y reparador.