El verano ya está aquí y, si te ha echado el tiempo encima o has tenido que cambiar de planes a última hora que te han trastocado las vacaciones y no sabes cómo organizarte con los niños, te damos una serie de consejos para ayudarte a elegir el mejor campamento de verano para ellos. ¿Buscas un campamento urbano o uno fuera, de aventura? ¿Quieres que ayude a reforzar un segundo idioma o prefieres que sea solo un lugar de entretenimiento y diversión para que tus hijos puedan realmente desconectar y disfrutar? Las opciones son muy diversas y lo más recomendable es elegirlas en función de una serie de variables:
1. La edad de los niños
Esta es la primera pregunta que debemos hacernos. Lógicamente, no debemos prestar atención a los mismos requisitos que buscamos en el campamento si nuestro hijo tiene 15 años o si tiene 3. Si es menor de 5 años, lo normal es que estemos interesados por un campamento urbano que esté lo más cerca posible de casa o del trabajo y que haga especialmente las veces de una especie de guardería; en este caso, deberemos preguntarnos si respetan el momento evolutivo del niño (es decir, si no exigen ir sin pañal porque hayan cumplido 3 años) y cómo les atienden en caso de que haya un ‘escape’. También deberemos valorar cómo son las instalaciones y si están acondicionadas para sobrellevar las altas temperaturas del verano.
2. La personalidad del niño
Los padres debemos tener en cuenta los gustos y preferencias de nuestros hijos, especialmente cuando ya van tomando conciencia de lo que quieren y de lo que les gusta. No siempre es viable, puesto que, como estamos viendo, son muchas las variables a tener en cuenta a la hora de elegir un campamento, pero en la medida de lo posible, debemos intentar incluirlos en la elección del campamento. Si el niño es más introvertido o tímido, se sentirá más seguro en uno al que vayan otros amigos; quizás, le guste mucho la cocina y pida ir a un campamento que ofrezca esta actividad. La cuestión es que estén a gusto el tiempo que vayan a pasar en él (sobre todo, si es fuera de la ciudad y tienen que pernoctar) y que se sientan incluidos en la toma de decisiones, ya que les afecta directamente.
3. Las necesidades familiares
Es una de las variables que más nos condicionan a la hora de elegir y que van desde las fechas en las que el campamento está en marcha hasta la localización. Muchos campamentos urbanos no ofrecen, por ejemplo, la opción de inscribir a los niños en el mes de agosto porque pertenecen a un centro escolar que tiene actividad durante todo el año y en agosto cierran; por mucho que nos guste un campamento en cuestión, si necesitamos inscribir a nuestro hijo en esas fechas, poca opción vamos a tener...
4. La localización del campamento
Entre las necesidades familiares, una esencial es la localización. Puede que, incluso aunque vayan a pernoctar fuera y podamos ser más flexibles en lo que a la ubicación se refiere, prefiramos que no estén demasiado lejos para poder acudir con prontitud ante cualquier eventualidad. O bien nos interesa que estén en una determinada zona para aprovechar que les llevamos o les recogemos para finalizar o para iniciar las vacaciones familiares, por ejemplo. Es posible que, por el contrario, estemos pensando en una estancia en el extranjero para reforzar un segundo idioma y, en ese caso, pensemos en un país u otro en función de otros muchos parámetros (vuelos directos, posibilidad de hablar en español con los organizadores, actividades que ofrece…)
5. Las necesidades de aprendizaje del niño
Si nuestro hijo flaquea en alguna materia durante el curso, quizás nos interese buscar un campamento en el que lo refuercen. Uno, puede ser un campamento de idiomas (si es que es ahí donde más apoyo extra necesita), pero hay otros -especialmente en las ciudades- en los que se dan clases de refuerzo de diferentes asignaturas. Incluso los hay en los que se trabajan las habilidades sociales o la inteligencia emocional, si es que lo que el niño requiere es orientación al respecto.
6. El presupuesto del que disponemos
Evidentemente, el presupuesto es clave a la hora de elegir campamento. La oferta es innumerable, pero no todos están al alcance de todos los bolsillos, de modo que entre las opciones que más nos gusten, este será uno de los requisitos de más peso a la hora de decantarnos por uno u otro.
7. Las actividades y la temática del campamento
Cada vez están más en auge los campamentos temáticos y los hay de todo tipo: de cocina, de actividades STEM, de baile, emocional… incluso de carpintería para niños. Otros muchos no se centran en una única temática, pero sí ofrecen actividades diferentes que son un ‘plus’ importante para decantarnos o no por él. De nuevo, a la hora de elegir uno u otro, deberemos tener muy presente tanto las preferencias de nuestro hijo como sus necesidades.
8. Experiencia de los organizadores del campamento y referencias
Con la multitud de ofertas que hay de campamentos, es esencial que nos informemos bien de quiénes están detrás, cuál es la empresa organizadora y cuál es su experiencia. Por supuesto, si tenemos referencias directa de algún conocido que haya llevado a sus hijos ya a alguno de los campamentos de la compañía, mejor que mejor. Deberemos saber cómo actúan ante determinadas eventualidades, cuáles son sus protocolos de seguridad y cómo y cuándo avisan a los padres en caso de ser necesario. Los niños pasarán muchas horas (puede que incluso días y noches completos) en este lugar y saber en manos de quién los dejamos es esencial.
9. Otros aspectos importantes
Son otros muchos los aspectos que deberíamos valorar, como la calidad de las comidas, por ejemplo (si tienen comedor propio o no y, en caso de no contar con él, quién elabora la comida y cómo se transporta). También si cuentan con personal sanitario o con algún centro de salud u hospitalario cerca y cómo actúan ante una caída grave u otra circunstancia en la que haya que intervenir con inmediatez.