Albergar una vida en el útero materno implica muchas transformaciones corporales. Algunos órganos se recolocan y la piel se estira a la vez que va creciendo el feto. En el posparto, a veces, la recuperación no es tan rápida o automática como se desearía.
Para hablar de uno de los problemas que se pueden presentar, la diastasis abdominal, hemos recurrido a Debora Hoyos, fisioterapeuta especialista en Uroginecología y Obstetricia (@deborahm.fisio, en Instagram).
¿Qué es la diastasis abdominal?
La pared abdominal de la mujer va creciendo a medida que pasan las semanas de gestación; es una diastasis fisiológica, es decir, normal, ya que el útero crece también para dar el espacio que necesita el bebé durante su desarrollo. El cuerpo de la mujer está preparado para que sea así.
Sin embargo, a veces se produce una diastasis patológica, cuando hay algún problema. “Se trata de la separación excesiva de los rectos del abdomen, la musculatura que está en la parte anterior del abdomen, por una distensión del tejido que une estos músculos”, explica la experta.
En este último caso, además de tener el abdomen abultado y no volver a la forma de antes del embarazo, se pueden generar distintos problemas como “dolor, disfunciones en el suelo pélvico o hernias abdominales”, detalla. Así, la diastasis se puede convertir en un problema de salud que afecte a la calidad de vida de muchas mujeres.
Todo ello sin olvidar el asunto estético, que puede hacer que algunas no se sientan bien en ese cuerpo que permanece con una tripa abultada meses después de haber dado a luz, lo que les genera inseguridad e insatisfacción corporal, un aspecto que no hay que minusvalorar en una etapa de muchos cambios en los que la mujer puede sentirse más vulnerable emocionalmente hablando.
¿Qué factores de riesgo hay para la diastasis abdominal?
La diastasis abdominal es más frecuente en los primeros meses tras el parto. Hay una serie de factores que pueden influir en que aparezca, tal como apunta la fisioterapeuta:
- La mujer ya tenía una separación anormal de los rectos del abdomen antes del embarazo.
- El bebé tiene gran tamaño y peso.
- La embarazada ha realizado esfuerzos sin control en esos nueve meses.
- La gestante ha practicado actividad física sin asesoramiento.
Por el contrario, durante el embarazo la diastasis abdominal se puede intentar prevenir realizando esfuerzos de una manera correcta y mediante “ejercicios específicos para la pared abdominal y del suelo pélvico supervisados por un especialista en el embarazo”.
¿Cómo se trabaja la diastasis en el posparto?
Para mejorar la diastasis una vez que se ha dado a luz es necesario contar con un profesional que indique las técnicas más adecuadas en cada caso. Suele ser un fisioterapeuta especializado, que hará una valoración una vez pasada la cuarentena. Dependiendo de lo que se observe en esa visita se emplerán distintas herramientas para solventar el cuadro.
El objetivo es “trabajar la conciencia temporal de la paciente, estabilizar su musculatura lumbar y pélvica y llevar a cabo un entrenamiento postural”, comenta Debora Hoyos. Para ello se aplican técnicas de electroestimulación, ejercicio terapéutico y diatermia, un tratamiento no invasivo para reafirmar y moldear la piel.
¿Se puede resolver totalmente la diastasis abdominal?
Algunas diastasis abdominales posparto no se logran resolver completamente y otras se mejoran de forma parcial. El motivo es que entran en juego otras circunstancias como si previamente la mujer tenía o no diastasis, el tipo de embarazo que ha tenido y la calidad de su tejido, pues hay unos que responden mejor que otros.
También influye mucho el momento en que la mujer se decide a consultar y a tratar este problema. “No es lo mismo que vengan tras la cuarentena para valorarse y empezar el tratamiento, a que vengan un año más tarde”, advierte Debora Hoyos. De igual manera, la implicación de la paciente en su proceso de recuperación también tiene que ver en el estado final al que llegue: cuanto más siga las pautas recomendadas, más probabilidad hay de que consiga volver a tener el abdomen anterior al embarazo, o lo más parecido a este.
Si la mujer tiene un nuevo embarazo tras haber tratado su diastasis abdominal en un posparto anterior, es más importante si cabe acudir tras la cuarentena a que la valoren nuevamente para abordar de la mejor manera posible el cuadro. Habrá siempre una diastasis, pues el bebé necesita espacio para crecer, pero con el asesoramiento adecuado se puede prevenir en gran medida que esta se convierta en algo patológico.